Todo Terreno

COMPARATIV­A

MERCEDES X & NISSAN NAVARA

- TEXTO Y FOTOS: JAIME SAINZ DE LA MAZA

EN VISTA DE QUE LA NUEVA LEGISLACIÓ­N DA RIENDA SUELTA A LOS PICK UPS, QUE AHORA SON CASI TAN “LIBRES” COMO UN TURISMO, NOS SENTIMOS TAMBIÉN LIBERADOS PARA HACER UNA PRUEBA INTEGRAL DE ESTOS DOS PARIENTES A LO LARGO DE 1.500 KILÓMETROS DE AUTOPISTA Y UN BUEN TRAMO POR EL DESIERTO DEL SAHARA._

La idea es sencilla. Vamos a recorrer cerca de 3. 000 kilómetros de norte a sur de Marruecos para comprobar en todo tipo de situacione­s las diferencia­s entre estos pick ups, fabricados en la misma cadena de montaje en Barcelona, pero con diferencia­s mecánicas importante­s.

La subida al ferry de Algeciras, siempre especial, anuncia la llegada a territorio africano, donde todo es diferente. Solo catorce kilómetros suponen una diferencia cultural

dos funcionan como perfectos tragamilla­s. Al ser los únicos pick ups con mue (con permiso del minoritari­o y diferente kilómetro solo tiene 800 metros cuando se motor, el 2.3 de doble turbo y 190 CV cambios automática tradiciona­l de siete

velocidade­s (también de Nissan, y emplea

COMIENZA LA AVENTURA

para atravesar la cordillera del Atlas por el

- y compensada gracias a los discos trase

- Star Wars, Gladiator, Babel o La joya del Nilo. -

PISTAS DURAS Y “CHOTS”

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BAJANDO EL PUERTO DE TIZI N’TICHKA, LAS DIFERENCIA­S DE ANCHURA DE VÍAS, SUSPENSION­ES Y FRENOS

SE MANIFIESTA­N RÁPIDAMENT­E

decidido pasar en estos valles la primavera, aprovechan­do los brotes de arbustos y plantas que pronto desaparece­rán con la llegada inminente de las altas temperatur­as.

LA NOCHE NOS SORPRENDE EN RUTA

La noche nos coge por sorpresa, y todavía estamos a más de 50 kilómetros del campamento donde teníamos previsto terminar la etapa. De repente, las potentes luces de los dos coches circulando en paralelo nos muestran los primeros arenales. Son momentos de incertidum­bre en los que dudamos si pasar la noche allí mismo y esperar a la luz de la mañana para continuar o arriesgarn­os y probar suerte total. Linterna en mano, salimos a ver el terreno de cerca y valorar la situación. La arena está compactada por la humedad y, como la temperatur­a es fría, no parce que sea muy complicado circular, así que nos sentamos al volante y probamos suerte.

Lo que ocurrió a continuaci­ón quedará en nuestra memoria para siempre: Los dos pick ups circulando entre una nube de polvo, superando dunas, ríos de arena y fesh-fesh a golpe de gas, con la única orientació­n de los potentes faros y un rumbo al que apuntar. Aquí nos dimos cuenta de la verdadera capacidad TT de estos coches.

El Navara es algo más reactivo en con

y su mayor altura son una ventaja. El Clase X sufrió más, pero nunca hizo amago de quedarse atascado, y no necesitamo­s hacer uso del bloqueo de diferencia­l trasero.

Nos parecía ver unos pilotos en la distancia, y como tampoco teníamos muy claro que el camino que llevábamos fuese el mejor, acudimos a su encuentro. Se trataba de un holandés que, en solitario y con su estupendo Toyota Land Cruiser camperizad­o y preparado al máximo para circular por la arena, viajaba tranquilo en nuestra misma dirección.

Su cara al vernos fue de sorpresa y de cierto escepticis­mo, como diciendo “A dónde irán estos locos con unos pick ups de serie y en mitad de la noche por el desierto…”

Finalmente conseguimo­s llegar al Bivouac sour les etoiles para descansar en unas jaimas en mitad del mar de dunas, cerca de la población de Mihamid. Este es el último núcleo urbano antes de adentrarse en el desierto profundo, y es un punto tan cercano a la frontera que sigue estando en disputa entre los gobiernos de Marruecos y Argelia.

SE ENDURECE LA PRUEBA

La mañana nos enseñaba un paisaje lunar y durísimo. Una tormenta de arena hacía imposible respirar sin un pañuelo en la cara y la visibilida­d era muy reducida. Empezábamo­s nuestro tercer día de

EL MERCEDES CLASE X ES MUCHO MÁS QUE UN CLON DEL NAVARA. SUSPENSION­ES, FRENOS Y REPARTO DE MASAS CAMBIAN DE FORMA SUSTANCIAL

ruta con algunas dudas, pues gran parte del recorrido que teníamos previsto era de navegación pura, y en estas condicione­s iba a ser complicado llevarla a cabo.

Para llegar a Merzouga y encontrarn­os con las dunas rojas del Erg Chebbi todavía teníamos que atravesar el conocido y complicado paso de Ramlia. Ramlia es una aldea con un pequeño oasis en la ribera del oued ed Daoura. Dependiend­o de la meteorolog­ía, puede ser fácil, difícil o imposible cruzarlo. Si llevaba agua, quizá no fuera posible vadearlo debido al barro, ya que es una zona de mucha arena que, con el agua, puede hacer el paso intransita­ble. Si simplement­e te lo encuentras húmedo y hay huellas, es segurament­e el mejor momento para atravesar esta zona. Sin embargo, cuando se encuentra seco y, además, han pasado muchos vehículos, aparece el temido fesh-fesh.

Finalmente tuvimos suerte, y el paso se encontraba en un término medio. Con bajar las presiones, cruzamos sin más complicaci­ones. Deslizar las pick up por el fesh-fesh

se convirtió en algo tan natural y divertido que los seis kilómetros que tiene este tramo nos parecieron apenas 500 metros.

El Erg Chebbi nos recibió al atardecer, y aunque cansados y con el hotel Xaluca Tombouctou llamándono­s a gritos, no pudimos resistir la llamada de las grandes dunas y, sin pensarlo dos veces, nos pusimos en faena. No duró demasiado nuestra primea incursión en la arena roja. Subiendo empanzó, y la ayuda del bloqueo de dife de su trampa. En el tiempo que estuvimos desatascan­do el coche, un buen corro de locales se acercó a ver si necesitába­mos ayuda y, de paso, a ver el Mercedes. Todos nos preguntaba­n por él y se asombraban de que un pick up y con neumáticos de asfalto hubiese llegado tan lejos circulando por el erg.

A la mañana siguiente y después de descansar como reyes en el hotel, volvimos a las dunas. Esta vez sin prisa e intentando aplicar lo aprendido en nuestra primera incursión. La capacidad de los dos coches

AUNQUE LA CARROCERÍA DEL NISSAN VA MÁS ELEVADA, LA DISTANCIA MÍNIMA AL SUELO ES SIMILAR

para rodar por este terreno nos resultó fascinante. No imaginábam­os que con una batalla tan larga y a pesar del cambio automático íbamos a rodar con tanta soltura por la arena. Pero el desierto no es un juego, y al bajar una duna con el Calse X cometimos un error y rompimos el intercoole­r. Conseguimo­s salir de allí casi sin potencia y llegar a Merzouga, donde con ayuda de un taller sacamos la pieza y la pudimos reparar. El error de pilotaje no habría terminado en rotura de haber llevado instalado el kit de protección de bajos que, por 922 euros, propone Mercedes en su listado de opciones, y es algo que obviamente recomendam­os a todo el que quiera este pick up. La reparación nos retrasó más de medio día, y cambiamos de planes para empezar nuestro regreso a Nador por un camino más rápido.

UN LUGAR PARA PERDERSE

El norte de África es un lugar para perderse, siempre que sepas donde estás (valga la antítesis). Las estribacio­nes del Atlas marcan profundas gargantas y valles que en primavera desaguan la nieve de las montañas y generan oasis que desafían al calor del verano. Es un país de contrastes - desierto de dunas gigantes del Erg Chebbi.

Este viaje nos ha servido para conocer a fondo estos dos coches. El Navara es un producto fantástico, resistente y con mucha capacidad de carga, mientras que en Clase X Mercedes se apoya en la experienci­a de Nissan para poner su sello de calidad.

La versión básica del Navara arranca en solo 19.300 euros, con el motor de 160 CV, tracción a las cuatro ruedas y cambio manual, mientras que el Clase X más modesto parte de 33.700, euros, ya en versión de 190 CV. Pero independie­ntemente de tu elección, ten por seguro que cualquiera de ellos es un merecido hijo del desierto.

NISSAN REPRESENTA LA OPCIÓN ASEQUIBLE; MERCEDES APORTA UN PLUS POR EL QUE HAY QUE PAGAR

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