ORGANIZACIÓN 100 % ENTREGADA
No hay que olvidar que todo esto lo pone en marcha un club de aficionados, que tira de amigos, conocidos y empresas afines para sacar adelante el evento. Meses antes de la carrera, se tuvieron que emplear a fondo para hacerse con una localización capaz de albergar tal movimiento de personas y vehículos. Tras superar los lógicos trámites administrativos y de permisos, tuvieron que gestionar las licencias de cada piloto y copiloto, ya que la prueba estaba al amparo de la Federación de Automovilismo de Castilla y León.
Han sido más de medio centenar de personas que, desde las seis maquinas de obra pública para el rescate hasta las UVI móviles, han tenido su protagonismo, pasando por el personal que vendía recuerdos de la prueba, los encargados de cobrar las entradas, los que organizaban aparcamientos y parques, personal de seguridad, etc. El público respondió, ya que hubo más de tres mil personas en el Eurotrial, de las cuales más de un millar pasaron por taquilla, siendo el resto participantes, equipos, organización y prensa.
Mención aparte merecen los jueces, dos por zona, que estuvieron respectivamente catorce y trece horas al pie de cada especial, no solo controlando el paso de los participantes, sino haciendo de intérpretes en lo posible, ya que aunque el inglés es el idioma oficial de la carrera, ni todos los participantes ni todos los jueces lo hablaban, por lo que el lenguaje gestual tuvo su importancia. Con buena voluntad, no hubo problemas.