LAS VENTAS DE JEEP Y EL DESTINO DE FCA
Las alarmas saltaron en el pasado Salón de Ginebra, cuando Sergio Marchionne, dado a esporádicos arrebatos verbales, afirmó que las ventas de Jeep, que habían disminuido en 100.000 unidades debido al retroceso en la flota de alquiler en Estados Unidos, habían sido “pésimas” en 2017. Aunque Manley se apresuró a quitar hierro a la andanada de su entonces gran jefe, era plenamente consciente de que su marca se enfrentaba a una etapa crucial en la que tal vez no consiga alcanzar el ambicioso objetivo de vender 1,9 millones de coches durante 2019.
De hecho, prestigiosas entidades como
IHS Markit pronostican que la marca estadounidense no logrará dicha cifra hasta 2023, esto es, al término del nuevo plan estratégico de Fiat Chrysler para los próximos cinco años. IHS aventura que las ventas pueden estancarse en 2019 y 2020 en unos 1,55 millones de unidades, hasta que el mercado cobre impulso al año siguiente gracias al tirón de Europa, China y Latinoamérica. Los registros alcanzarían los 1,68 millones de unidades en 2021, coincidiendo con el lanzamiento del nuevo SUV más pequeño que el Renegade. Ahora es responsabilidad de Manley enderezar el rumbo de Jeep al tiempo que consolida o mejora la posición global de FCA entre los fabricantes mundiales.