EL ALTER EGO
Poco tienen que ver el SsangYong Rexton DKR y su alter ego de calle, si bien al menos en esta ocasión se ha intentado integrar la parrilla frontal y la silueta serigrafiada de los faros originales del Rexton de calle de la mejor manera posible.
El Rexton DKR se encuadra en la categoría T1.3 ( prototipos de dos ruedas motrices y motor de gasolina), y se construye a partir de un chasis tubular desarrollado en España por Herrador Competición. Su carrocería, de plástico reforzado por fibra de vidrio, reviste por completo el esqueleto de acero al cromomolibdeno.
El motor, en posición central trasera, es un fiable y potente V8 atmosférico de 6,2 litros fabricado por General Motors, muy similar al montado por los Chevrolet Tahoe y Hummer H2 de calle. A pesar de la brida de admisión de 38 mm de diámetro, entrega 450 CV y 500 Nm, que pasan a las ruedas traseras a través de una caja de cambios secuencial Sadev SL90-23, específicamente desarrollada para vehículos de rally raid, dotada de dientes rectos, seis relaciones y un límite de 650 Nm de par máximo, con un diferencial autoblocante integrado en la propia caja, de tipo transaxle. Al tratarse de un 4x2, dispone de importantes ventajas. La primera de ellas es el sistema de inflado (y desinflado) remoto de los neumáticos, que permite bajar presiones para rodar por arena sin necesidad de detenerse y volver a inflarlas en marcha cuando desaparezca la arena.
Las suspensiones de largo recorrido son otra ventaja de los 4x2, con un esquema de dobles triángulos superpuestos para el tren delantero y trapecios longitudinales traseros ( como un brazo tirado, pero con dos puntos de anclaje al chasis), en ambos casos acompañadas de gigantescos amortiguadores King ( dos por rueda) regulables en cuatro vías. Además, el Rexton DKR cuenta con neumáticos Yokohama Geolandar M/ T G003, en medida
37 x 12,50 x 17, con un diámetro de 94 centímetros, casi 32 centímetros de anchura de banda de rodadura y más de 25 centímetros de altura de flanco. Las cubiertas van montadas en llantas beadlock, que evitan el riesgo de desllante. Entre sus peculiaridades, se trata de un vehículo mucho más ligero que el prototipo del año pasado, ya que pesa 1.877 kilos en orden de marcha. Además, está dotado de una arquitectura eléctrica basado en una única centralita sin fusibles para mejorar su fiabilidad.