¿KIA SPORTAGE O MITSUBISHI ECLIPSE CROSS?
TÚ PREGUNTAS Empecé con coches grandes y, para reducir el consumo (recorro unos 15.000 kilómetros anuales), me compré un Kia Rio para uso cotidiano. El problema es que siempre me ha gustado meterme por pequeños senderos para hacer rutas, ya que me gusta la montaña; también viajo, por lo que a pesar de que mi coche me ha salido muy bien en estos ocho años, para los viajes lagos (de unos 800 kilómetros) resulta incómodo y, por lo bajo que es, no puedo salir de carretera. Ahora necesito un segundo coche y quiero uno con el que pueda hacer todo lo que quiero, incluido tirar de un pequeño remolque. Tanto el Kia Sportage como el Mitsubishi Eclipse Cross me gustan mucho, pero no lo tengo del todo claro. Valoro especialmente que el vehículo aporte comodidad, buenos consumos, capacidad de almacenamiento y calidad, mi preferencia es un motor de gasolina y mi presupuesto alcanza los 25.000 euros. Samuel Cardeña, Madrid
TT RESPONDE Kia Sportage y Mitsubishi Eclipse Cross comparten similitudes y diferencias. Estructuralmente ambos son parecidos a tu Kia Rio: vehículos relativamente compactos con carrocería autoportante monocasco, con motores y cambios transversales. La tracción es siempre a las ruedas delanteras y, opcionalmente, algunas versiones pueden disponer de tracción temporal en el tren trasero conectable automáticamente. Dicho esto, el Kia es algo más grande y espacioso que el Mitsubishi, si bien este último es netamente más ágil, independientemente del motor que elijas.
Por supuesto, si piensas salir del asfalto con cualquiera de ellos, te recomendamos que te decantes por una variante de tracción total. De nada sirve tener altura libre si no tienes motricidad y te quedas inmovilizado en cuento te enfrentes al barro, una pendiente pronunciada, un banco de arena o un pequeño nevero. En este sentido, y aunque ambos usan un sistema de
acoplamiento del tren trasero técnicamente similar (un embrague de discos múltiples en aceite gestionado electrónicamente), el del Eclipse Cross resulta más eficaz, ya que su gestión está coordinada con la del control de estabilidad, y tiende a mantener las ruedas traseras conectadas en muchas ocasiones en las que el sistema del Sportage, con una gestión más convencional, no las conecta. Con respecto a los motores de gasolina, podríamos hablar de un empate. Sobre el papel, el 1.5 del Mitsubishi rinde menos que el 1.6 del Kia, pero en la práctica las diferencias son muy pequeñas. Ambos resultan muy ágiles, gastan relativamente poco si somos muy cuidadosos con el pedal del gas y disparan sus consumos si no lo somos. Sí nos parece una ventaja
la posibilidad de disponer de un cambio manual de seis relaciones en el caso del coreano, mientras que el japonés ofrece únicamente una caja automática de relaciones continuamente variables, poco indicada, por ejemplo, para remolcar. Dicho todo esto, elijas el vehículo que elijas, acertarás. Los dos son buenos todocaminos, muy cómodos en desplazamientos por carretera y suficientemente compactos como para desenvolverse sin problemas en el día a día. Eso sí, el Mitsubishi cuenta con 11 milímetros extra de altura libre al suelo. No parece mucho, pero puede suponer la diferencia entre rozar o no con un obstáculo en un paso complicado, una pequeña loma o una rodera profunda. ■