Todo Terreno

PRUEBA

BMW X4 XDRIVE20D

- TEXTO Y FOTOS: PABLO J. POZA

EL CAMBIO DE PLATAFORMA DEL X3 FORZÓ UNA RETIRADA PRECOZ DE LA PRIMERA GENERACIÓN DEL X4. EN SU SEGUNDA ENTREGA, EL SUV COUPÉ DE BMW MANTIENE UNA ESTÉTICA CONTINUIST­A, SI BIEN ES MÁS GRANDE, MÁS HABITABLE Y APUESTA POR AUMENTAR EL NIVEL DE CONFORT.

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La mejora parece clara. No tienes que entender de coches para percibirlo. De hecho, esa es la idea. El X4 xDrive20d rueda silencioso por la autopista A6, a pesar de montar unos gigantesco­s neumáticos de distinta sección en cada eje sobre llantas de 20 pulgadas. El parabrisas con blindaje acústico y la parrilla del radiador activa tienen parte ocho relaciones, que desarrolla 64,4 km/h cada 1.000 r.p.m. en su marcha más larga, frente a los 52,3 km/h que desarrolla­ba la anterior caja de seis velocidade­s. La nueva caja permite, además, circular “a vela” si conectamos el modo Eco Pro en la interfaz en la que le dicimos al vehículo qué esperamos de él. Pero el modo Eco Pro, que nos deja viajar en punto muerto cuando es mejor avanzar con inercia que cortar por completo la alimentaci­ón y perder el “momento”, es demasiado “eco” para nuestro gusto. El recorrido muerto del pedal del gas nos parece excesivo, y si conectamos el control de crucero para del cambio sin sufrir el tarado del pedal, experiment­aremos notables reduccione­s de velocidad al subir, por ejemplo, un puerto de montaña.

Pero lo cierto es que los kilómetros pasan sin dejar apenas mella en nuestro cuerpo, y llegamos a las increíbles pistas de montaña del valle del Oza (en la co

LA MEJORA EN HABITABILI­DAD Y CONFORT DE ESTE X4 ES CLARA, AUNQUE A COSTA DE PERDER PARTE DE LA LEGENDARIA AGILIDAD DE BMW

marca leonesa del Bierzo) frescos como rosas. Y es que, una vez más, nuestra idea es comprobar si realmente un SUV como este X4 aporta un extra de movilidad frente a una berlina de lujo equivalent­e.

POR CARRETERAS SECUNDARIA­S

Pero antes de llegar a las pistas de tierra, conducirem­os por carreteras secundaria­s, un escenario en el que este X4 nos ha dejado fríos. Su motor es tremendame­nte generoso, a pesar de tratarse de la opción diésel de acceso a la gama. El cambio, suave y rápido, ayuda a sacar partido a los 190 CV disponible­s, tanto si lo usamos en el modo manual como en el automático, siempre que, obviamente, seleccione­mos cualquier otro programa que no sea el Eco Pro. Los frenos nos ofrecen un mordiente adecuado, y el coche gira plano... pero la sensación de agilidad que recordábam­os del anterior modelo ya no está. Incluso un X6 con el diferencia­l trasero activo puede proporcion­ar la percepción de entrar con más agilidad en los virajes, a pesar de lidiar con un lastre superior a los 300 kilos.

Parte de esa falta de agilidad la achacamos a la monta de los neumáticos más anchos homologado­s para este modelo, con 24,5 centímetro­s delante y nada menos que 27,5 en el tren trasero, la potencia disponible ni por el peso, y que además suponen un incremento del consumo y de las emisiones del 5 %. No parece mucho, pero estamos hablando de unos 60 litros más de combustibl­e (un reposataje extra) para alguien que recorra 15.000 kilómetros al año.

FUERA DEL ASFALTO

Dejamos el asfalto y comenzamos a movernos por pistas de montaña. Nuestro objetivo es llegar hasta Santa Lucía de

Valdueza (42° 28’ 17” N, 6° 37’ 49” O), un pueblo de montaña abandonado a raíz de los daños provocados por las intensas lluvias torrencial­es caídas en diciembre de 1970. Apartado de la hoya berciana, este valle es un reducto de la naturaleza más salvaje. Circulamos por una pista en buen estado, pero muy pronto los problemas comienzan a surgir.

aunque el X4 roza con las zarzas en algunos pasos, y nos obliga a prestar especial atención en los cortados que se abren hacia el centro del valle. La pista atraviesa impresiona­ntes bosques de castaños que generan zonas umbrías en avance. Pronto la tracción total comienza a trabajar sin pausa; en condicione­s normales, casi todo el par se envía al tren trasero, y un embrague interaxial de discos reenvía parte de la fuerza a las ruedas del eje delantero cuando el sistema lo juzga necesario. Tras superar una pequeña cuesta en la que jamás habríamos pasado exclusivam­ente con tracción trasera, nos pensamos en dar media vuelta, pero no hay donde darla, así que la huída hacia delante se convierte en la única estrategia; dar marcha atrás aquí, y especialme­nte con la reducida visibilida­d que genera la cintura alta de la zaga, no parece una idea brillante.

Más adelante, el valle va cerrándose, por las betas calizas de La Aquiana (la montaña en cuya falda se abre este valle) generan charcos parcialmen­te helados que hacen trabajar al control de tracción en un esfuerzo por sacar el máximo partido de unos neumáticos que no han sido pensados para este cometido.

Finalmente, el camino se abre y decidimos que es mejor dar la vuelta. El BMW

LA VERSATILID­AD DEL X4 ES DESTACABLE. CON ÉL PODEMOS VIAJAR CÓMODAMENT­E SIN LIMITARNOS A LAS VÍAS ASFALTADAS

X4 nos deja con una sensación agridulce. Por una parte, su sistema xDrive saca la quintaesen­cia de unos neumáticos 100 % asfálticos, y estamos convencido­s de que con unos simples neumáticos de cuatro estaciones en la medida estándar habríamos llegado a nuestro destino. Por otra parte, nos parece un logro la versatilid­ad de este BMW, que ha ganado en confort, habitabili­dad y hasta en consumo con respecto al modelo precedente. Y, de - cas premium nos permiten hacer de sus modelos, que en algunos casos como este - tible mejora de la estética.

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Si pensamos en el X4 como una berlina de 4,75 metros, hay propuestas mejores en cuanto a habitabili­dad, pero comparado con su predecesor resulta bastante amplio, incluso en las plazas traseras, donde el límite lo marca la altura más que el espacio para las piernas.
HABITABLE. Si pensamos en el X4 como una berlina de 4,75 metros, hay propuestas mejores en cuanto a habitabili­dad, pero comparado con su predecesor resulta bastante amplio, incluso en las plazas traseras, donde el límite lo marca la altura más que el espacio para las piernas.
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Mires donde mires, la sensación de calidad es muy alta. La interfaz iDrive requiere un periodo de aprendizaj­e, pero hay accesos directos a las principale­s funciones.
IMPECABLE. Mires donde mires, la sensación de calidad es muy alta. La interfaz iDrive requiere un periodo de aprendizaj­e, pero hay accesos directos a las principale­s funciones.
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Aunque todos los motores del X4 se sitúan en posición central delantera (entre los ejes del vehículo), los de cuatro cilindros tienen la ventaja adicional de ubicarse aún más centrados que los de seis. Hay barras de refuerzo para las torretas de las suspension­es. En lugar de rueda de repuesto, encontramo­s un hueco bajo el piso del maletero.
XDRIVE.
La tracción total aumenta notablemen­te la movilidad fuera del asfalto, si bien en el caso de esta unidad el límite lo marcaban las cubiertas Yokohama Advan Sport, 100 % asfálticas.
DETALLES. Aunque todos los motores del X4 se sitúan en posición central delantera (entre los ejes del vehículo), los de cuatro cilindros tienen la ventaja adicional de ubicarse aún más centrados que los de seis. Hay barras de refuerzo para las torretas de las suspension­es. En lugar de rueda de repuesto, encontramo­s un hueco bajo el piso del maletero. XDRIVE. La tracción total aumenta notablemen­te la movilidad fuera del asfalto, si bien en el caso de esta unidad el límite lo marcaban las cubiertas Yokohama Advan Sport, 100 % asfálticas.
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La perfecta integració­n hombremáqu­ina es una constante en BMW. Todos los mandos directamen­te relacionad­os con la conducción se agrupan en dos zonas: el selector del cambio y el volante.
ERGONOMÍA. La perfecta integració­n hombremáqu­ina es una constante en BMW. Todos los mandos directamen­te relacionad­os con la conducción se agrupan en dos zonas: el selector del cambio y el volante.

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