PRUEBA
BMW X4 XDRIVE20D
EL CAMBIO DE PLATAFORMA DEL X3 FORZÓ UNA RETIRADA PRECOZ DE LA PRIMERA GENERACIÓN DEL X4. EN SU SEGUNDA ENTREGA, EL SUV COUPÉ DE BMW MANTIENE UNA ESTÉTICA CONTINUISTA, SI BIEN ES MÁS GRANDE, MÁS HABITABLE Y APUESTA POR AUMENTAR EL NIVEL DE CONFORT.
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La mejora parece clara. No tienes que entender de coches para percibirlo. De hecho, esa es la idea. El X4 xDrive20d rueda silencioso por la autopista A6, a pesar de montar unos gigantescos neumáticos de distinta sección en cada eje sobre llantas de 20 pulgadas. El parabrisas con blindaje acústico y la parrilla del radiador activa tienen parte ocho relaciones, que desarrolla 64,4 km/h cada 1.000 r.p.m. en su marcha más larga, frente a los 52,3 km/h que desarrollaba la anterior caja de seis velocidades. La nueva caja permite, además, circular “a vela” si conectamos el modo Eco Pro en la interfaz en la que le dicimos al vehículo qué esperamos de él. Pero el modo Eco Pro, que nos deja viajar en punto muerto cuando es mejor avanzar con inercia que cortar por completo la alimentación y perder el “momento”, es demasiado “eco” para nuestro gusto. El recorrido muerto del pedal del gas nos parece excesivo, y si conectamos el control de crucero para del cambio sin sufrir el tarado del pedal, experimentaremos notables reducciones de velocidad al subir, por ejemplo, un puerto de montaña.
Pero lo cierto es que los kilómetros pasan sin dejar apenas mella en nuestro cuerpo, y llegamos a las increíbles pistas de montaña del valle del Oza (en la co
LA MEJORA EN HABITABILIDAD Y CONFORT DE ESTE X4 ES CLARA, AUNQUE A COSTA DE PERDER PARTE DE LA LEGENDARIA AGILIDAD DE BMW
marca leonesa del Bierzo) frescos como rosas. Y es que, una vez más, nuestra idea es comprobar si realmente un SUV como este X4 aporta un extra de movilidad frente a una berlina de lujo equivalente.
POR CARRETERAS SECUNDARIAS
Pero antes de llegar a las pistas de tierra, conduciremos por carreteras secundarias, un escenario en el que este X4 nos ha dejado fríos. Su motor es tremendamente generoso, a pesar de tratarse de la opción diésel de acceso a la gama. El cambio, suave y rápido, ayuda a sacar partido a los 190 CV disponibles, tanto si lo usamos en el modo manual como en el automático, siempre que, obviamente, seleccionemos cualquier otro programa que no sea el Eco Pro. Los frenos nos ofrecen un mordiente adecuado, y el coche gira plano... pero la sensación de agilidad que recordábamos del anterior modelo ya no está. Incluso un X6 con el diferencial trasero activo puede proporcionar la percepción de entrar con más agilidad en los virajes, a pesar de lidiar con un lastre superior a los 300 kilos.
Parte de esa falta de agilidad la achacamos a la monta de los neumáticos más anchos homologados para este modelo, con 24,5 centímetros delante y nada menos que 27,5 en el tren trasero, la potencia disponible ni por el peso, y que además suponen un incremento del consumo y de las emisiones del 5 %. No parece mucho, pero estamos hablando de unos 60 litros más de combustible (un reposataje extra) para alguien que recorra 15.000 kilómetros al año.
FUERA DEL ASFALTO
Dejamos el asfalto y comenzamos a movernos por pistas de montaña. Nuestro objetivo es llegar hasta Santa Lucía de
Valdueza (42° 28’ 17” N, 6° 37’ 49” O), un pueblo de montaña abandonado a raíz de los daños provocados por las intensas lluvias torrenciales caídas en diciembre de 1970. Apartado de la hoya berciana, este valle es un reducto de la naturaleza más salvaje. Circulamos por una pista en buen estado, pero muy pronto los problemas comienzan a surgir.
aunque el X4 roza con las zarzas en algunos pasos, y nos obliga a prestar especial atención en los cortados que se abren hacia el centro del valle. La pista atraviesa impresionantes bosques de castaños que generan zonas umbrías en avance. Pronto la tracción total comienza a trabajar sin pausa; en condiciones normales, casi todo el par se envía al tren trasero, y un embrague interaxial de discos reenvía parte de la fuerza a las ruedas del eje delantero cuando el sistema lo juzga necesario. Tras superar una pequeña cuesta en la que jamás habríamos pasado exclusivamente con tracción trasera, nos pensamos en dar media vuelta, pero no hay donde darla, así que la huída hacia delante se convierte en la única estrategia; dar marcha atrás aquí, y especialmente con la reducida visibilidad que genera la cintura alta de la zaga, no parece una idea brillante.
Más adelante, el valle va cerrándose, por las betas calizas de La Aquiana (la montaña en cuya falda se abre este valle) generan charcos parcialmente helados que hacen trabajar al control de tracción en un esfuerzo por sacar el máximo partido de unos neumáticos que no han sido pensados para este cometido.
Finalmente, el camino se abre y decidimos que es mejor dar la vuelta. El BMW
LA VERSATILIDAD DEL X4 ES DESTACABLE. CON ÉL PODEMOS VIAJAR CÓMODAMENTE SIN LIMITARNOS A LAS VÍAS ASFALTADAS
X4 nos deja con una sensación agridulce. Por una parte, su sistema xDrive saca la quintaesencia de unos neumáticos 100 % asfálticos, y estamos convencidos de que con unos simples neumáticos de cuatro estaciones en la medida estándar habríamos llegado a nuestro destino. Por otra parte, nos parece un logro la versatilidad de este BMW, que ha ganado en confort, habitabilidad y hasta en consumo con respecto al modelo precedente. Y, de - cas premium nos permiten hacer de sus modelos, que en algunos casos como este - tible mejora de la estética.