Adaptados
Alo largo de la vida te adaptas a multitud de situaciones, y lo mismo nos ocurre con el automóvil. A los 18 años, el deseo de tener el primer coche con el que sueñas desde meses antes y del que quieres su llave en la mano, es el símbolo de la libertad e independencia. Con el tiempo, y según avanza tu vida y circunstancias, sencillamente lo necesitas cambiar.
Sin embargo, algo se ha modificado en los años recientes: el automóvil es diferente en su diseño y propulsión marcado por una importante razón medioambiental. Ahora, los usuarios nos vemos obligados a sustituir nuestro anterior vehículo por uno más ‘verde’, aunque algunos no hayan sentido esa necesidad de apoyar el medio ambiente, y una gran mayoría porque simplemente no pueden o no cumple con sus necesidades mínimas. Algo está fallando. Y resulta que, en la situación actual, no han pasado seis meses y el mundo se ha dado la vuelta como un calcetín. En algunos países se ha visto que el calcetín estaba roto y necesitaba importantes remiendos sanitarios, y que en todos son necesarios cambios en lo que al transporte y las ciudades se refiere. Ha quedado al descubierto que, literalmente, un mundo parado en industria y transporte es mucho más limpio. Evidentemente, no podemos seguir así para siempre. Pero nuestras ciudades van a cambiar, serán más amables con los peatones y vulnerables con una organización policéntrica donde los servicios de vivienda, trabajo, alimentos, centros de salud, ocio y educación estarán más próximos y en un radio de movimiento reducido. El teletrabajo o el transporte público a demanda nos permitirán acceder a él de otra forma.
Eso sí, como cuando teníamos los 18 años, la libertad la ofrece nuestro vehículo. Será en propiedad o alquiler, más nuevo y puede que eléctrico 100 %, pero sobre todo será más eficiente que antes. La movilidad urbana va a cambiar; las carreteras y caminos transitables de España, no; así que viaja y siéntete libre.