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David Castera, director de carrera, presentó desde los Pirineos y de forma online la 43.ª edición del Dakar, la segunda que se celebrará íntegramente en Arabia Saudí. Y en su presentación desveló varias interesantes novedades.
El recorrido del Dakar 2021 será completamente inédito. No se repetirá ni un kilómetro de los disputados en 2020. Será –prometió Casterá– mucho más lento, más técnico, y con una importancia mucho mayor de la navegación en un intento por recuperar parte del espíritu de aventura original de la prueba, perdido por completo en las ediciones de la carrera disputadas en Sudamérica.
Habrá 12 etapas, dos de ellas en bucle y otra de tipo maratón; sin posibilidad de recibir asistencia externa en el parque cerrado. La salida volverá a darse, el 3 de enero, en Yeda, la segunda ciudad más importante del país, si bien en esta ocasión la meta estará, el 15 de enero, nuevamente en Yeda, en lugar de en Quiddiyah, como ocurrió el año pasado, con una jornada de descanso en Hail, el día 9 de enero. Dicho lo cual, para conocer el recorrido más al detalle habrá que esperar hasta noviembre.
Los roadbooks se entregarán siempre justo antes de cada etapa. Para evitar que los equipos con más medios puedan sacar ventaja de la entrega del libro de ruta durante la jornada anterior, en este Dakar el recorrido preciso de cada etapa será secreto hasta instantes antes de la salida, como ya ocurrió con seis etapas del pasado Dakar 2020.
Los “ecológicos” pagarán menos. La organización ha previsto una rebaja de la cuota al 50 % para los participantes que elijan disputar la carrera a bordo de vehículos con energías alternativas, ya que uno de los objetivos del Dakar, según Charles Cuypers –ex piloto del Dakar y responsable de la relación con los competidores– es reducir su huella medioambiental.
Habrá alertas acústicas antes de las zonas peligrosas. De cara a mejorar la seguridad, los puntos de mayor peligro (niveles 1 y 2) estarán registrados en el GPS de a bordo de cada vehículo y activarán una señal acústica de alerta cuando los participantes se encuentren a entre 200 y 100 metros del peligro, medida con la que se quiere reducir el riesgo de accidentes y lesiones.
Habrá una carrera paralela para vehículos clásicos. Aunque no se especificaron la edad ni las características de los vehículos admitidos en la primera edición del nuevo Dakar Classic (solamentre se habló de vehículos de los años 80 y 90), Casterá sí confirmó que disputarán las mismas etapas que el resto de contendientes, pero con diferente recorrido y planteando la prueba como una carrera de regularidad en lugar de como un rally de velocidad.
De cara a los participantes en moto, se hará obligatorio el uso de una air-jacket, una chaqueta que se inflará automáticamente en caso de accidente, como si de un airbag se tratara. Asimismo, no se podrá tocar la moto durante los repostajes, se penalizará el cambio de pistones, y los piloto de categoría Elite (los prioritarios) dispondrán únicamente de seis neumáticos traseros para toda la carrera.
Casterá concluyó la presentación asegurando que, a pesar de la COVID-19, han conseguido realizar todo el trabajo de preparación que tenían previsto y que la carrera no se verá afectada, de forma que en enero de 2021 todo estará preparado para vivir una nueva edición del Dakar.