DESPLAZADO.
Si nunca has conducido un Defender clásico, es difícil que puedas imaginarte la mala disposición de su puesto de conducción. Esto no impide que nuestra unidad, restaurada con un gusto exquisito, muestre un aspecto formidable, muy superior al de los acabados originales.
Mercedes Clase G, si bien –todo hay que decirlo– estos iconos tampoco han dado el salto tecnológico que sí ha dado el Defender.
Gerry McGovern ( jefe de diseño de Land Rover), lo tuvo realmente difícil. Desde el primer boceto, su idea era ser del origen de todo, pero con un diseño contemporáneo. Sus primeros prototipos (varias unidades que respondían al nombre DC100 y que fueron presentadas en diversos salones del automóvil a lo largo de 2011 y 2012) fueron duramente criticados y tuvieron que ser rediseñados hasta dar paso, ya en 2015, al LR1, prototipo que, esta vez sí, mostraba la imagen prácsi bien en aquella ocasión Land Rover concept en secreto.
Así, viejo y nuevo Defender comparten numerosos rasgos de diseño: los volúmenes, en general, la línea de las ventanillas separada de la de las puertas por un arco constante que nace del capó, los aletines en los pasos de rueda, las claraboyas sobre las ventanillas de la zona trasera, el capó nervado, el portón trasero desprovisto de nervios o la disposición general de los grupos ópticos. En defensa de Gerry,