UNIVERSO TT
EASTER JEEP SAFARI
LAS PREPARACIONES CON LAS QUE JEEP NOS HA SORPRENDIDO EN LA ÚLTIMA EDICIÓN DEL SAFARI DE PASCUA PONEN UN OJO EN EL LEGADO DE LA MARCA Y OTRO EN EL DESAFIANTE FUTURO QUE HA DE ACOMETER, DÁNDONOS UNA CLARA IDEA DE POR DÓNDE IRÁN ENCAMINADOS LOS FUTUROS DESARROLLOS DE JEEP SIN RENUNCIAR AL ENFOQUE LÚDICO QUE DEBE PRIMAR EN UN EVENTO QUE ES UNA AUTÉNTICA FIESTA DEL TODOTERRENO._ JEEPSTER BEACH
Este homenaje al clásico Jeepster Commando (modelo del que derivaban los Jeep fabricados entre 1968 y 1980 por Viasa en Zaragoza) nos retrotrae completamente a nuestra niñez y conecta directamente el legendario pasado de Jeep con el futuro, representado por el prototipo Magneto. Técnicamente no es una restauración, ya que combina la carrocería y la estética de un Jeepster Commando de 1968 (C-101) con el chasis, la cadena cinemática y parte de los interiores de un Jeep Wrangler Rubicon 2020. Todo ello ha sido aderezado con una temática playera que cuadra perfectamente con el aspecto lúdico del vehículo original.
Así, este Jeepster cuenta con el motor de gasolina de dos litros que se ofrece en los modelos europeos, potenciado hasta los 340 CV y 500 Nm mediante el montaje de un turbocompresor Twin Scroll con un circuito de refrigeración específico que también da servicio al colector de admisión y la válvula de mariposa para garantizar la entrada de un aire más fresco (y, por tanto, con mayor densidad de oxígeno) al motor. El cambio es la habitual caja automática ZF de ocho relaciones, acoplada a la caja tránsfer con reductora de relación 4:1 del Jeep Wrangler Rubicon, mientras que los neumáticos son unos Falken Wildpeak MT de 35 pulgadas.
En el exterior se ha elegido una pintura bitono de brillantes colores metalizados Hazy IPA y Zinc Oxide combinada con los cromados del Jeepster Commando, mientras que el interior cuenta con asientos tapizados en piel roja y un arco anti-vuelco cromado de cuatro puntos.
JEEP MAGNETO
Puede parecer un Jeep Wrangler más, pero, lejos de eso, este prototipo es un adelanto de un futuro Wrangler completamente eléctrico que no renuncia a las capacidades trialeras del modelo más legendario de Jeep y que demuestra que una cadena cinemática de cero emisiones es completamente viable en un todoterreno.
Sigiloso y potente, toma como base el actual Jeep Wrangler Rubicon corto y reemplaza su motor térmico por un motor eléctrico, que se acopla, convenientemente desmultiplicado, a una caja de cambios manual de seis velocidades. Sí, has leído bien; este Jeep eléctrico tiene un cambio manual; toda una declaración de intenciones, no tanto por ser manual (evidentemente un futuro Jeep Wrangler eléctrico no puede ser sino automático), como por tener marchas. Y es que, por mucho que otros fabricantes nos quieran vender lo contrario: sin desmultiplicación no hay verdaderas capacidades todoterreno.
Se ha perseguido, además, que el motor eléctrico desarrolle unas prestaciones similares a las del V6 3.6 Pentastar atmosférico de gasolina que se monta como mecánica estándar en EE.UU., por lo que ofrece 273 lb ft (370 Nm) y 285 CV. No obstante, a pesar de contar con una potencia similar a la del modelo básico, sus prestaciones son netamente superiores, ya que el par motor está disponible de forma inmediata, y ello permite acelerar de 0 a 60 mph (de 0 a 96,6 km/h) en 6,8 segundos.
Para alimentar el motor se emplean cuatro paquetes de baterías de iones de litio distribuidos por todo el vehículo que acumulan 70 kWh de energía en un sistema de corriente continua a 800 voltios. Los dos paquetes de baterías principales se encuentran en los bajos, un tercer conjunto se sitúa sobre el motor eléctrico, bajo el capó, mientras que el cuarto paquete ocupa el hueco del voladizo trasero, reemplazando tanto el compartimiento portaobjetos bajo el piso del maletero como el espacio del desaparecido silencioso del escape.
Toda el sistema está sellado contra el agua para mantener una capacidad de vadeo de 30 pulgadas (76,2 cm), y el vehículo dispone además de dos baterías de 12 voltios: una para los sistemas existentes, como la radio y el alumbrado, y otra para accesorios como el cabrestante. Se ha instalado, asimismo, un sistema de calefacción eléctrico de 10 kW, ya que, al no haber motor térmico, tampoco puede usarse su calor residual para calentar el habitáculo.
Por supuesto, no falta el habitual conjunto de suspensiones elevadas y ruedas de tacos de mayor diámetro, si bien el objetivo aquí es mostrar el potencial del todoterreno eléctrico.
JEEP RED BARE
El Jeep Gladiator no podía faltar a la cita, y en este prototipo Red Bare se presenta con el motor EcoDiesel V6 de 3,0 litros, 260 CV y 442 lb ft (601 Nm), cambio automático de ocho velocidades y robustos ejes Dana 44 delantero y trasero con grupos cónicos de relación 4,88:1. Para mejorar sus capacidades TT se ha optado por el habitual kit de elevación JPP de 2 pulgadas, con llantas de 17 pulgadas en acabado negro mate calzadas con neumáticos BFGoodrich MT de nada menos que 37 pulgadas (94,0 cm) de diámetro. La carrocería del Jeep Gladiator Red Bare está pintada en color rojo Fire Cracker con elementos gráficos personalizados en negro mate y detalles dorados, mientras que en el interior hay asientos que combinan el cuero negro con pespuntes rojos y la franela roja típica de las camisas de leñador.
JEEP ORANGE PEELZ
En este Jeep Wrangler corto de aspecto lúdico podemos ver las nuevas puertas reducidas, con una cintura más baja y sin ventanillas, que son una opción de fábrica en EE.UU. Se han desmontado las ventanillas traseras, pero no el cerramiento de fibra Freedom Top, coronado por un techo solar corredizo de cristal instalado para la ocasión.
Estéticamente, el color Orange Peelz metalizado cubre la carrocería, el capó adopta cierres Mopar personalizados con el logotipo Jeep Willys, y el parabrisas se recubre con una protección laminada contra roturas y fisuras fabricada en vidrio Corning Gorilla Glass, como los protectores de pantalla de los teléfonos móviles.
Un detalle que nos gusta especialmente es el refuerzo del soporte de la puerta de repuesto, que permite acomodar la rueda de 37” en la portezuela trasera. Está pintado en negro con pintura electrostática y se añade a la bisagra de fábrica para facilitar su instalación. Cuenta, además, con un kit que permite reubicar la luz de freno en el centro de la rueda de repuesto.