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Pocas cosas se me han quedado tan grabadas a fuego como mi primera vez en Portimão. Más que nada porque no soy un fuera de serie en un circuito y sudo solo con pensar en Eau Rouge o en Bugatti. Eso de apurar hasta el último metro, forzar la salida de la curva... No, eso definitivamente se lo dejo a los que no se marean. Por eso, cuando me enfrenté por primera vez a ese lugar repleto de curvas ciegas, rápidas, con cambios de rasante, bajadas, subidas y demás cosas malas, no me lo podía creer. Porque iba en un Nissan GT-R con un instructor portugués definitivamente suicida del que por desgracia no recuerdo el nombre. Me hablaba en portuñol y bastante tenía yo con gestionar sus “dale más, hombreeeeee” con ese trazado que no me conocía. En las vueltas de instalación me contaba no sé qué de la “caseta de la 14”. “La caseta de la 14. Vale, lo que tú digas”, pensaba yo. Ya lo vería. Resultó ser una curva a derechas, en bajada, en la que te vas de morro si entras muy rápido y sales directo hacia, ¿adivinas? Exacto, la caseta de comisarios número 14. Esto me vino a la cabeza cuando mis compañeros ingleses nos contaban que se iban a rodar 24 horas seguidas al autódromo para encontrar el mejor deportivo lanzado en 2019. Pero yo a lo mío: la 14 de noche. ¡Buf! Ni pensarlo quiero.
Los que nos quedamos en tierra tampoco lo pasamos mal del todo. Por ejemplo, Gabriel Jiménez, respetado y admirado jefe- de-todo- esto ha estado en Malibú conduciendo el nuevo Audi RS6. Es un deportivo muy serio disfrazado de familiar e ideal para convencer a tu familia de que necesitas llevar los muebles de Ikea a 250 km/ h sin despeinarte. El que sí se despeinó fue nuestro compañero Raúl, que se cruzó los Pirineos en plena ebullición otoñal. Muy bonitos los tonos ocres de las hojas... y muy bonito el sonido del escape del Nissan GT-R que llevaba, que resiste el paso del tiempo mejor de lo que cualquiera hubiera pensado cuando salió. Algo más pausada estuvo Rebeca, que se llevó un Audi A8 de la gran ciudad al campo para ver si era capaz de dominar esa pieza de tecnología casi extrema. ¿Lo consiguió?
Ya sabes, todas las respuestas comienzan en cuanto pases de página.
“IBA EN UN GT-R CON UN INSTRUCTOR SUICIDA”