MOLA TENER ÁNGULOS

Al igual que el traje de tres piezas, los relojes ya no son obligatorios: son una manera de ser

La inspiración para los relojes de este mes proviene del genial cineasta, experto en artes marciales y frikazo con estilo Guy Ritchie. En un podcast estadounidense se le preguntó por qué siempre usa sus trajes con un pañuelo de bolsillo. Ritchie dijo que al agregar un toque a la vestimenta, te apropias de un atuendo, haciendo de un traje una prenda que te enorgullece usar, que te hace sentir bien, en lugar de ser algo que tienes que llevar forzado por tu jefe. Este es el mismo enfoque que hay que tomar con los relojes.

Cuando decides que te vas a comprar un coche, siempre hay algunas consideraciones prácticas que te tienes que hacer, como si cabe en la plaza de garaje o si los niños pueden meterse detrás con facilidad. Con un reloj no hay muchas cosas de este tipo que pensar. De hecho, puedes comprar uno que está diseñado para resistir la fuerza de miles atmósferas bajo el agua y tú ni siquiera saber nadar.

Si tienes que ponerte un reloj por obligación, es como entrar en uno de esos clubes de caballeros donde insisten en que uses una de las corbatas polvorientas que guardan en un cajón. Por eso, para evitar sentirte como si estuvieras enfundado en un uniforme escolar, necesitas un poco de estilo. Y una manera fácil de hacer esto es seguir la idea del pañuelo del señor Ritchie: apuesta por el cuadrado. Hay relojes de este tipo en todos los rangos de precios, desde el desechable hasta el que está repleto de diamantes.

Siempre han sido una elección poco convencional. Nadie hizo más para que se vieran geniales que Steve McQueen en Le Mans. Luego, Al Pacino le dio al reloj cuadrado una ventaja aún mayor en Scarface. Desde entonces, han sido usados por estrellas desde Brad Pitt hasta el propio Jason Statham, paradigma de hombre duro y amante de los relojes. Una cosa es segura: si usas uno cuadrado, has tomado el control de tu atuendo de una manera más que adecuada.