¿Amanoo amáquina?
Nadie en su sano juicio piensa hoy en día en lavar la ropa a mano. Para eso está la lavadora. ¿Y a la hora de comprar un deportivo? ¿Sigue siendo sensato apostar por una transmisión manual? A Aston Martin le importa un comino si es lógico o no. Busca ofrecer la máxima expresión de deportividad y eso, guste o no, solo se consigue pisando el pedal del embrague y decidiendo por ti mismo cómo y cuando cambias de marcha. En este caso, además, con una caja de nada menos que siete velocidades.
Pero este Vantage AMR aporta mucho más que una palanca de cambios y un embrague. De hecho, debes saber que se trata de una edición limitada a 200 unidades y que, a diferencia de otros Vantage, puedes equiparla con el paquete aerodinámico, el exterior con detalles oscuros y multitud de elementos en fibra de carbono, como el modelo que ves en las fotos.
Y algo que también quiero destacar es que con solo quitar la caja de cambios automática y con la inclusión de los discos de freno carbocerámicos (410 mm delante y 360 mm detrás), que vienen de serie en esta versión AMR, se logra una reducción del peso respecto al Vantage ‘normal’ de 95 kilos. Con las mejoras que eso implica en su comportamiento, claro.
El motor es el mismo 4,0 litros V8 biturbo que llevan todos los Vantage y que los de Warwickshire (Inglaterra) han tomado prestado del Mercedes-AMG GT. Entrega los mismos 510 CV de potencia, pero la diferencia es que ofrece 625 Nm de par entre 2.000 y 5.000 rpm, en lugar de los 685 del automático. Pero te garantizo que no se nota nada. Empuja como un toro a la salida de toriles, sin importar que marcha lleves engranada y por muy bajo de vueltas que vaya el motor. Además, ofrece diferentes modos de conducción, que se pueden activar desde el botón situado en la parte superior del radio derecho del volante y se llaman Sport, Sport + y Track.
La caja de cambios es de tipo Transaxle, lo que quiere decir que va montada en el eje posterior y no junto al motor, por tanto, se logra un mejor reparto de pesos. De hecho alcanza la perfección y presume de un equilibrio 50:50 en cada eje.
Mi primer objetivo cuando me pongo en marcha es jugar con el cambio al máximo para comprobar cómo funciona, qué transmite. El tacto de la palanca es duro, duro de verdad. Y los recorridos bastante cortos. No creo que haya nadie sobre la faz de la tierra al que no le guste esta configuración. Pero reconozco que al principio me siento algo extraño, porque la configuración de este Vantage manual es de una doble H, con la primera velocidad añadida a la izquierda y hacia atrás y la segunda en la posición habitual de la primera, así que cuesta encontrarla y engranarla correctamente, ya que dudas incluso si estás metiendo marcha
atrás, que es la posición que está justo al lado. Eso sí, me ha alucinado el sistema AMSHIFT, que para que me entiendas es el punta-tacón de toda la vida, pero automatizado y sin que tengas que forzar tanto el tobillo como para llegar al esguince. Se puede desactivar por medio de un botón situado tras la propia palanca de cambios, aunque deberías de llevarlo siempre conectado, porque no solo mejora la respuesta y el comportamiento en las reducciones, sino que es sensacional ¡cómo pertardea!
En carretera se comporta de manera muy estable. La suspensión sujeta muy bien la carrocería y en las curvas no hace ningún extraño si no abusas del pie derecho. También tiene tres posiciones y, de hecho, se llaman igual que los modos de conducción: Sport, Sport + y Track. O , lo que es lo mismo, dura, muy dura y de locos. En Track es una auténtica tabla. Es tan duro, que si vuelvo a Sport me parece hasta confortable.
La dirección tiene 2,4 vueltas entre topes, es firme y pesada. Y eso me gusta, especialmente cuando elevo la velocidad, porque transmite confianza y aplomo y no hay que hacer ni una sola corrección. Se apoya en un volante grande, que está un poco achatado por arriba y por abajo y parece casi cuadrado. Generalmente no me gustan los volantes achatados, pero este sí me convence, porque no es exagerado.
El precio de esta edición limitada es de 188.104 euros. Enrique Trillo
“LA SUSPENSIÓN TIENE TRES POSICIONES: DURA, MUY DURA Y DE LOCOS”