PROBAMOS EL MERCEDES-AMG A35 SEDÁN...
¡y nos vamos de ruta con mitos sobre ruedas!’
La prueba de un coche siempre es un proceso complejo. Implica muchos factores relevantes: factores objetivos, sensaciones, emociones, medidas muchas veces intangibles, otras veces complicadísimas de narrar en un folio en blanco. Pero hay días en los que el trabajo de probar un coche y hacer una crónica resulta mucho más fácil y entretenido.
No hay duda que el Mercedes-AMG A35 es uno de los coches de moda. Estéticamente impecable, puedo, sin miedo a equivocarme, considerarlo el culmen de aquella monumental campaña de marketing de Mercedes. El ya mítico: ‘algo está cambiando en Mercedes’. En pocos años la marca ha pasado de fabricar coches robustos, fiables y serios, pensados para gente de cierta edad, a coches súper impactantes a nivel estético, con mucha tecnología, opciones de personalización y con un público objetivo mucho más joven.
El A35 llega al mercado para rentabilizar al máximo tres letras que son sinónimo de éxito en Stuttgart. A, M y G. Un paso intermedio para llamar la atención de quien busca un compacto rápido pero que tampoco quiere la radicalidad y las prestaciones salvajes del A45. Un compacto de 300 CV para luchar con la flor y nata de los ‘ hot hatch’, desde un Mégane RS pasando por un Honda Civic Type R, aunque seguro que se siente más cómodo ante opciones premium como el Audi S3 o el Volkswagen Golf R.
Lo que está claro es que el A35 cubre una necesidad. Hoy estoy delante de una versión que personalmente, su mera existencia, me alegra. Como fan declarado del concepto sedán, clásico, de tres volúmenes, me encanta que las marcas estén apostando por estas carrocerías en el segmento compacto. Bueno, ‘compacto’ con muchas comillas: un Clase A sedán mide 4,55 metros, es decir, 2,4 centímetros más que un Clase C de hace 10 años. Así que de compacto tiene más bien poco.
Estéticamente me parece brillante. Es una carrocería más clásica, pero los ciertos detalles deportivos, especialmente en su zaga específica, con un difusor y una doble salida de escape, le dan un aire muy atractivo. Ojo: atractivo, no llamativo. Si lo que quieres es
llamar la atención, mejor cómprate un Civic Type R. O espera al descomunal A45.
Antes te hablaba que hoy era un día especial a la hora de probar un coche y lo es porque no lo voy a hacer solo. Me he ‘arrejuntao’ con los amigos del Drive Club Team, una comunidad de jóvenes apasionados por la conducción que no dudan en invertir sus días festivos en compartir su pasión por los coches. En este caso, la mayoría utilizan coches similares al mío por concepto: compactos deportivos.
Y Nada más llegar, me encuentro con otro A35: pese a ser novedad, cuento más de 4 en la ruta. ¡Y yo que pensaba que llevaba un coche ‘exclusivo’! Bueno, al menos me conformo con que el mío es el único sedán. Junto a su hermano ‘hatchback’, queda claro que el tres volúmenes ofrece un aspecto más serio, clásico y elegante, pero insisto, es muy atractivo y nadie lo asocia con un coche para viejos.
No hay duda que este grupo de amigos sabe disfrutar de sus monturas, la mayoría de ellas RS3, A35 y 45, Volkswagen Golf R y joyas adoptadas como un espectacular Lancia Delta HF Integrale,un Ford Mustang o un exclusivo y espectacular Mini GP. Aquí lo importante es compartir una pasión. Y unas cuantas curvas.
Y precisamente, los tramos escogidos, no pudieron ser mejores para llevar al límite al
A35 Sedán y ver de lo que es capaz. Lo primero que debo destacar: los asientos no son dignos de una versión deportiva. Creo que Mercedes tendría que haber apostado por asientos más deportivos de serie. Este es uno de los puntos negativos del coche.
El A35 equipa un propulsor de cuatro cilindros turbo con 306 CV y 400 Nm de par disponibles desde las 3.000 vueltas. Es un motor que empuja bien: acelera de cero a cien en 4,8 segundos y alcanzará los 250 km/ h sin rechistar. Además, homologa un consumo real ( WLTP) de 7,7 litros. Este motor trabaja asociado a una transmisión automática de doble embrague y 7 velocidades, que envía la fuerza generada a las cuatro ruedas gracias al sistema de tracción integral 4MATIC.
Pasan los kilómetros y cada vez lo tengo más claro: Mercedes-AMG ha trabajado mucho para evidenciar, de una manera nítida, las diferencias entre su gama 35 y 45.
El A35 sigue la tendencia adoptada por otros compactos de altas prestaciones. Es un coche rápido, pero no es un coche deportivo. Sus aspiraciones ‘GT’ son incuestionables.
¿Qué significa eso? Pues que es un coche muy eficaz, que tendrás que ir al límite para ponerlo en problemas, que gracias a su tracción integral y a su poderoso motor puedes rodar a un ritmo muy alto con total seguridad. Pero no tienes ese ‘ feeling’ deportivo que sí tienes en un A45. La suspensión es más cómoda, los frenos pueden sufrir si los machacas en un tramo de curvas y el sonido del escape tampoco es precisamente emocionante.
En definitiva. En Mercedes han creado un coche perfectamente adaptado a los tiempos que corren. Estéticamente brillante, con ciertos detalles deportivos que implican mayor atractivo a la vista. Bien acabado, tecnológicamente a la última y muy agradable de conducir. Pero su orientación es completamente GT. Velocidad, pero también comodidad, un coche perfectamente utilizable en el día a día, pero si lo que buscas es la radicalidad y comportamiento salvaje de un AMG ‘ pata negra’, yo te recomiendo que esperes al A45 (o que pases a la página 108). Algunas esperas son largas, pero seguro que merecen la pena. Raúl Salinas
“EL A35 SEDÁN ES UN GT, NO UN DEPORTIVO RADICAL”