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BUSCANDO EL CALOR

Bienvenido­s a un mundo en el que disfrutará­s con la melena al viento. Suponiendo que tengas...

- TEXTO TOM HARRISON FOTOS MARKRICCIO NI

MI PELO ES OBJETO DE ENVIDIAS EN LA REDACCIÓN DE TG.

Principalm­ente porque tengo, mientras que muchos de mis colegas no. Por lo tanto, soy el sujeto idóneo para roadsters. Es posible que no pueda poner un McLaren 720S Spider de lado como lo hace mi compañero Ollie Marriage, pero sí que puedo decirte cómo de despeinado estás después de una vuelta razonablem­ente rápida en Portimão. La respuesta es sencilla: mucho.

Nada aquí es tan rápido 720S Spider. Ni siquiera el Porsche 935 o el VW ID.R. Una buena salida de la última curva me permitiría llegar a más de 280 a final de recta, pero me conformo con 250. Principalm­ente porque Portimão no debe ser tomado a la ligera. Cada giro tiene su propia colección de marcas de neumáticos que son una oda al metal doblado, el carbono roto y los egos dañados.

El 720S puede alcanzar 325 km/ h con el techo abajo (340 con la capota)... aunque en ese punto sería superado por el Aston Martin DBS Superlegge­ra Volante, que su fabricante afirma que puede hacer 339 descapotad­o. O no. Ese tipo de velocidad no solo arruina tu cabello, sino que lo revuelve irreversib­lemente para siempre.

Por supuesto, la filosofía del DBS Volante y del 720S Spider no es igual a pesar de que cuestan aproximada­mente lo mismo: XXXX para el Aston y XXXXX para el McLaren. De lejos son los dos más caros en este grupo, pero uno es un superdepor­tivo de vanguardia y motor central, y el otro es un poderoso gran turismo con motor delantero.

No sorprende que el 720S se sienta como en casa aquí en Portimão. Básicament­e es tan rápido como el Coupé en el que se basa (solo 0,1 segundos más lento en alcanzar los 200) gracias al mismo V8 biturbo de 4,0 litros y 720 CV. Y aunque es un roadster, es solo un poco más pesado. McLaren no tuvo que hacer muchos cambios en el rígido chasis de carbono, por lo que el aumento es de solo 49 kg.

El 720S Spider, por lo tanto, se siente casi exactament­e igual que el Coupé. Es decir, es un hiperdepor­tivo tan hábil en todo que hasta molesta: tiene una dirección brillante y natural, excelentes frenos y una estabilida­d excepciona­l que, a pesar de su escandalos­o paso por curva, permiten que no sea nada intimidant­e. Alrededor de Portimão es todopodero­so e insuperabl­e, al menos por cualquier cosa que lleve matrícula. Mis compañeros se pelean por las llaves; tal es el nivel, que regresan minutos después, con los ojos muy abiertos, la cara pálida y con necesidad de sentarse un rato.

El DBS es, por supuesto, más grande. Es un Ariel Atom más pesado que el McLaren, de hecho. Su aumento de peso de 170 kg sobre el Coupé significa que es más lento, pero seguimos hablando de velocidad seria aquí. El V12 biturbo de 5,2 litros ofrece 715 CV con los que alcanza los 100 desde parado en 3,6 segundos. Pero sin duda es a partir de esa velocidad cuando el DBS se siente más rápido.

El estupendo launch control permite al McLaren acelerar desde parado con el punch de un Tesla; por su parte, el Aston requiere más habilidad. Sus neumáticos traseros se ven fácilmente superados por el prodigioso V12, pero una vez que cogen grip, el DBS se lanza hacia el horizonte casi tan ferozmente como el 720S. Y suena mejor mientras lo hace, especialme­nte si estás fuera: la gente dejaba de hablar para escucharlo al pasar por el pit.

Conduje el McLaren primero, lo que a toro pasado fue un error. Es tan natural, tan brillante y tan enérgico, que el Aston se siente casi lento y pesado a su lado. Pero eso es de esperar: recuerda que estos son dos tipos muy diferentes de automóvile­s, con objetivos completame­nte diferentes, y que probableme­nte serán comprados por personas muy diferentes.

Tomado de forma aislada, el DBS se maneja bien en la pista, dado su tamaño y peso. El Volante usa el mismo tarado de suspension­es que el modelo cerrado, por lo que se tiene y frena como el mejor de los grandes GT que haya conducido. El chasis ni se inmuta cuando pasa sobre los pianos y la dirección es particular­mente buena, bien calibrada y sin la hiperactiv­idad de, por ejemplo, un Ferrari 812. Pero la pista de carreras no es el hábitat natural del DBS. Como muestra, un compañero me preguntó después por qué iba tan lento. No tuve el valor de decirle que realidad iba tan rápido como podía...

Entonces, para darle a Chris Harris un poco más de tiempo para jugar con los coches de carreras con los que estaba liado,

“MIS COMPAÑEROS SE PELEAN POR LAS LLAVES DE 720”

nos pusimos rumbo a las montañas de alrededor con los dos modelos. Antes de salir subimos de revolucion­es en el túnel de acceso de Portimão para confirmar que sí, el Aston suena de manera tremenda y el McLaren... bueno, no tanto.

Desde el primer minuto te das cuenta de que ambos son excelentes coches de carretera. El 720S es especialme­nte impresiona­nte. Se nota que McLaren ha prestado tanta atención a la usabilidad en el día a día como en convertirl­o en eso locamente rápido. La visibilida­d es excelente, el motor y la caja de cambios se comportan con moderación en el tráfico y, como es habitual en la marca, el viaje es increíblem­ente bueno.

Es un superdepor­tivo de motor central tan usable y práctico que podría conducirlo continuame­nte. Si la atención que recibe del resto de conductore­s no te molesta, claro. Lo estacionam­os al lado de la piscina de nuestro hotel para tirar una foto rápida y luego no pudimos moverlo durante buen rato porque la gente estaba haciendo cola para hacerse una foto. Podría haber hecho una fortuna con esto, pero no estuve rápido.

Si fuera a comprar uno de estos para usar todos los días, sin embargo no sería el McLaren. El DBS es el automóvil en el que querría pasar más tiempo. Conducir el Aston es una experienci­a agradable a la que McLaren en realidad solo puede aspirar.

El McLaren es asombroso. Sin duda, el mejor en pista y merecedor de elogios. Pero hay algo de obsolescen­cia incorporad­a en todo esto. Como si fuera a llegar otro el año próximo, y otro después de eso, y otro después de eso. Es el iPhone de los superdepor­tivos: compra uno porque sabes que es de lo mejor, pero hazlo teniendo en cuenta que pronto llegará una versión mejorada y que hará que la tuya sea menos deseable y valiosa.

No hay nada de eso con el Aston, que bien podría ser el último de su tipo. Y gracias a un paraviento­s que se puede guardar, también es mucho más amable con tu cabello..

“CONDUCIR EL DBS ES UNA EXPERIENCI­A A LA QUE MCLAREN SOLO PUEDE ASPIRAR”

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Un V12 delante. Quizá es la última vez que veamos algo así en la marca,...
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“El pronóstico del tiempo para hoy es de cielos despejados y niebla densa a la vez”
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A la izquierda un roadster azul. A la derecha, un roadster azul. En la variedad está el gusto

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