BIENVENIDOS

Hace ya como tres años que me deshice de mi BMW 318is. Tres años son unos 1.100 días. Y de esos 1.100 días, ponle que 1.090 me haya arrepentido de haberlo hecho. Los que no me he lamentado, seguramente hayan sido porque he estado ocupado en otras cosas: que si te pones malo, que si tienes tu segundo hijo... Cosas así. Tengo muchas razones para llorar por aquel coupé negro en casi perfecto estado. Uno es el precio que se está pidiendo por uno hoy en día, pero sobre todo es por las sensaciones que transmitía. No diría que fuera un coche rápido, ni mucho menos, pero el feeling que te da semiclásico de este tipo es apasionante incluso aunque vayas a trabajar a las seis de la mañana. Y es que quizá suene a frase de abuelo cebolleta, pero ya-no-los-hacen- como- antes.

Con esto seguro que está muy de acuerdo mi compañero Kike Trillo. Hace unas semanas participó en el rally de Andorra con un fantástico Seat 1430. Ligero, relativamente potente, trasera... Digamos que hizo manos en las carreteras nevadas por las que transcurría la carrera que, como no puede ser de otro modo, nos cuenta unas pocas páginas más adelante.

Los coches modernos también están bien, las cosas como son. Y no tienen por qué ser caros o ultrapotentes: en este número hemos conducido desde un Opel Corsa o un Mazda CX-30 hasta un Speedtail y cada uno tiene su cosilla.

Este último, el McLaren Speedtail, es uno de los pocos integrantes del club de los 400 km/ h y, hoy por hoy, somos los únicos que nos hemos montado en él. Por eso hemos mandado a Chris Harris, nuestro compañero más célebre y con más experiencia en este tipo de coches. Son ventajas de ser una marca global: tenemos acceso a cosas que, como diría nuestro amado coronel Trautman cuando hablaba de Rambo, harían vomitar a una cabra.

Pero como no todo es velocidad, también hemos discutido acerca de cuáles serán los coches que más interés van a despertar en este 2020 que está empezando. Dentro de 12 meses hacemos balance y vemos si nos hemos equivocado por mucho...

Por ahora vamos abriendo boca con todo lo que tienes por delante.

“DE 1.100 DÍAS, PUEDE QUE 1.090 ME HAYA ARREPENTIDO”