Te encantará si te gustan los karts
HONDA E ADVANCE
Con el e, Honda se adentra en una nueva y desafiante era. Y aunque pueda parecer una frase manida y extensible para el resto de marcas de automóviles, hay que tener en cuenta que Honda es el mayor fabricante de motores térmicos del mundo, pues produce al año más de 30 millones de propulsores de motos, automóviles, fuerabordas y otro tipo de vehículos.
Ante todo hay que dejar claro que se trata de un coche urbano, para moverte por ciudad o ir a trabajar. Para distancias largas, Honda considera que un coche híbrido o el transporte colectivo tiene más sentido.
He de reconocer que personalmente me gustaba bastante más el diseño del concept del Honda e. Pero una vez que he visto el Honda e de serie en la calle, junto a otros coches, la verdad es que he empezado a verlo con otros ojos. Y, claro, como la belleza está en el interior, mi enamoramiento se consolida. Los responsables de Honda tenían claro que su primer coche eléctrico debía tener un diseño icónico y ser muy tecnológico.
El Honda e está disponible en principio con dos acabados: Honda e y Honda e Advance. Estos acabados determinan, además, las motorizaciones disponibles –según me confirman los ingenieros de Honda, no va a haber versiones deportivas del Honda eléctrico, pero sí habrá nuevos modelos de corte deportivo en la gama eléctrica y que llegarán en los próximos años–: Honda e de 100 kW (136 CV) y Honda e Advance de 113 kW (154 CV) – que es la variante de la que ya se admiten pedidos y cuyas primeras unidades se entregarán en verano de 2020–. El Honda e Advance es precisamente el que voy a probar. En cualquier caso, ambas motorizaciones anuncian la misma autonomía: 222 km – en el caso del Honda e Advance con llanta de 17’’ la autonomía se reduce a 211 km–.
Pulso el botón de arranque y, además del silencio, es como si una nave espacial entrara en funcionamiento. La autonomía de partida es de 168 km. Inicio la marcha lento pero seguro, y no porque el Honda eléctrico no tenga empuje –su par inmediato es de 315 Nm–, sino porque la primera impresión al volante es una catarata de información. Es tanta la información que recibo a través de las cuatro pantallas que me siento abrumado.
Una vez que me voy a acostumbrando a tanto dato, comienzo a descubrirle grandes virtudes. Y es que a sus menos de cuatro metros de longitud, se une un radio de giro de 4,3 metros (3,1 vueltas de volante entre topes), con lo que el Honda e se convierte en es un coche urbano ideal para el tráfico ratonero de cualquier gran ciudad.
Del mismo modo que otros coches eléctricos, el Honda eléctrico cuenta con el Single Pedal Control System, que permite olvidarse del pedal del freno, pues en función del nivel de retención que se seleccione, recupera más o menos energía, toda vez que es capaz de detener el coche hasta parado sin tener que hacer uso del freno. Tras haberlo
probado durante todo el test, te aseguro que es idóneo para el tráfico urbano, porque hace más cómodo el viaje, a la vez que se recargan las baterías.
En este sentido, gracias al tamaño compacto del Honda e, su tren de rodaje, con suspensiones independientes McPherson en cada rueda – de corto recorrido pero blanditas– y su tracción trasera, el Honda e se conduce como un kart y es muy divertido.
¿Y qué tal con los espejos virtuales? La experiencia es muy buena, aunque como la cabra tira al monte hay querencia a mirar afuera para tomar referencias.
Para confrontar la experiencia con la vivida con el Audi e-tron, me metí en un parking con muy poca visibilidad. Mientras que con el Audi e-tron la maniobra de aparcamiento es una locura –porque no ofrece buenas referencias al dar marcha atrás–, con el Honda e la maniobra sale a la perfección.
Aunque la orientación de este modelo sea urbana, lo probé en carretera. En ese terreno muestra sus puntos flacos. Y no es que no vaya bien: la dirección es sincera, toma las curvas con aplomo a pesar de su contenido tamaño y peso y los adelantamientos los supera sin problemas. Lo que sucede es que la autonomía comienza a desplomarse. Al final de la ruta, y tras pisar el acelerador con alegría, la pantalla arrojaba un consumo medio de 23,2 kWh y una autonomía restante de 10 km. Sea como fuere, este pequeño japonés me me ha encantado. Gabriel Jiménez