Adaptado a los tiempos
FORD PUMA 1.0 MHEV 155 CV ST- LINE
Los tiempos cambian, los coches, también. ¿Recuerdas aquel deportivo compacto de los 90 anunciado por un virtual Steve McQueen en las calles de San Francisco? Pues bien, hazte un ‘Men in Black’ y borra de tu memoria esa exitosa campaña, porque el peque ha mutado en algo distinto, en algo más actual: un SUV compacto.
Esta reencarnación lógica del Puma -lógica porque es el tipo de vehículo más demandado en la actualidad- guarda cierto parecido con el coche del siglo pasado gracias a la forma redondeada de la carrocería y a sus faros, que también están inspirados en los del Ford GT. Antes de que te lo preguntes: no, no le doy al cigarrillo de la risa...
El habitáculo me suena muy mucho, porque la consola central y el salpicadero son los mismos que los del Fiesta, modelo con el que comparte plataforma e interior. Por ello, presenta buenos materiales y ajustes, y la calidad percibida es destacada. El único cambio, gran cambio, diría yo, se sitúa frente a mis ojos: el cuadro de instrumentos analógico ha sido sustituido por uno digital de 12,3 pulgadas, un tamaño igual que el que puede equipar todo un Audi A8. Lo cierto es que le sienta muy bien y su interfaz, que varía dependiendo del modo de conducción escogido, es muy atractiva.
El todocamino tiene una longitud de 4.186 m, una anchura de 1.805 m, una altura de 1.537 m y una batalla de 2.588 m, por lo que es 146 mm más largo, 71 mm más ancho, 54 mm más alto que el Fiesta. Ese crecimiento de cotas, sumado a los 95 mm más de batalla, se nota en el interior: en la fila trasera son seis dedos los que separan mis rodillas de rozar con el respaldo del asiento delantero y tres los dedos que impiden que mi cabeza acaricie el techo (mido 1,78 m).
Abro el maletero y me encuentro con uno de sus puntos fuertes: 456 litros de carga. Tremenda cantidad que se reduce a 401 en el híbrido. Además, tiene un cofre bajo el piso, denominado MegaBox, que es de plástico y puede ser vaciado; súper útil. Y otra novedad que hallo es la bandeja, que pasa de ser rígida a ser de lona; una solución más barata y flexible y con la que se puede cerrar el maletero aunque los bultos sean altos.
Para la prueba elijo el motor EcoBoost de 155 CV MildHybrid, el tres cilindros más potente de la gama hasta la llegada del ST - existe otra opción de 125 CV con el mismo bloque tricilíndrico, con y sin hibridación, y el diésel 1.5 EcoBlue, también de 125 CV, aunque este último llegará más tarde-. Como su nombre deja caer, equipa un sistema de microhibridación compuesto por una red eléctrica adicional de 48 V y una unidad eléctrica de 11,5 kW que efectúa la función de motor de arranque, elementos que, además de otorgarle la ventaja de lucir la etiqueta ECO en el parabrisas, ayudan en el arranque, la parada, la aceleración y la regeneración, todo ello por solo 350 euros más en el precio final.
Este motor despliega un buen alarde de potencia hasta bien arriba del cuentarrevoluciones, pero lo bueno es que también se aprecia cuando la aguja cae; por ello, no es necesario jugar con el cambio, aunque no supone un problema, porque esta transmisión de seis marchas rápida, precisa y de buen tacto. Asimismo, esa potencia es entregada de forma bastante lineal y va acompañada de un sonido que no es nada feo. Además, el consumo medio oficial es de 5,7 l/100, una muy buena cifra que se ha convertido en 7,7 durante la prueba realizada en la presentación internacional. Esa disparidad de números se debe a que he recorrido mucho tramo de puerto de montaña, gran porcentaje de él en subida. Para reducirlo entra en acción el sistema MildHybrid, que se aprecia en el cuadro de instrumentos con los logos de carga y de apoyo de energía, así como en la forma en que el coche decelera cuando dejo de pisar el pedal derecho.
También me ha llamado la atención lo bien insonorizado que está, así como el equilibrio tan bueno entre comodidad y deportividad que tiene la suspensión.
El Ford Puma está a la venta con los acabados Titanium, ST-Line y ST-Line X, que tienen un precio de partida de 21.925, 23.175 y 24.875 euros, respectivamente.
Apago el motor, cierro la puerta y me alejo pensando en lo que se parece al deportivo de los 90; también en el buen candidato que ha creado la firma para triunfar en un difícil y concurrido segmento. Hugo Valverde
“SI STEVE MCQUEEN LEVANTASE LA CABEZA, NO SE ASUSTARÍA”