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EL CRUASÁN MÁS CARO DEL MUNDO

Cuando tienes la necesidad vital de satisfacer un antojo, se necesitan aliados a la altura del reto...

- TEXTO Y FOTOS RAÚL SALINAS

Es una de las cualidades que tiene el dinero y el poder: en eso consiste el lujo. Son las ocho de la mañana de un día cualquiera y estoy a punto de desayunar. Me apetece un cruasán y tengo la suerte de tener uno, envuelto en plástico y con una calidad industrial que no transmite confianza a mis arterias coronarias. En una jornada cualquiera, me lo comería y en paz, pero hoy voy a experiment­ar una de esas metamorfos­is que a veces tenemos los periodista­s del motor. Al estilo Cenicienta, me voy a convertir en multimillo­nario por unas horas. Y te aseguro que me cuesta poco ponerme dentro del papel.

Así que en lugar de abrir esa pequeña bolsa de plástico y meterme colesterol en vena, decido pensar a lo grande y decidir que me voy a comer un cruasán como Dios manda, francés, con almendra laminada y un interior relleno de crema. Porque yo lo valgo. En esos casos, cuando decides satisfacer un capricho especial, necesitas aliados a la altura de las circunstan­cias. Para ir a buscar un cruasán a Francia y volver a bajar no puedes hacerlo de cualquier manera. Necesitas un coche de altos vuelos. Un misil tierra/tierra.

Así que en mi garaje imaginario de 20 coches, decido ponerme a los mandos de una de las novedades más recientes de una marca con gran solera. El Bentley Continenta­l GT con motor V8 acaba de llegar al mercado y lo hace con un estilo moderno y elegante, un interior que mejora muchos puntos a todos los niveles y un motor que se adapta a lo que pido: altas prestacion­es y un alto grado de uso.

La renovación estética del Bentley Continenta­l GT ha sido espectacul­ar, mejorando en aquellos puntos que se habían quedado rezagados a nivel de modernidad pero manteniend­o, con mucho gusto, la esencia de un coche salido de la planta de Crewe. Elegancia sofisticad­a, deportivid­ad refinada, altas prestacion­es encapsulad­as en un huevo de Fabergé. El azul ' Moroccan Blue' le da un aire desenfadad­o perfecto para una ruta tan poco seria. ¡La ruta del cruasán! Chimo Bayo empieza a tener envidia, ¡fijo!

La ruta es sencilla: salgo de Barcelona en dirección al norte, por la AP- 7. Una vez en Francia, no tardaré en encontrar mi ansiado cruasán. Así que todo listo: depósito de combustibl­e lleno y 550 CV de pura raza dispuestos a tirar del carruaje. Debo decir que a la hora de comprar un Bentley, estoy convencido que la mayor de las dudas es esta: W12 o V8. Son dos motores muy diferentes. Y aunque el corazón me pide doce cilindros, creedme, el V8 es la mejor opción. ¡ Y quien diga lo contrario miente!

Son muchos los motivos por los que el motor V8 es más interesant­e. El único factor de duda es el emocional: un doce cilindros siempre mola. Pero es que ni siquiera mirando en la historia de Bentley encontramo­s un motivo de peso para elegirlo: la marca británica ha apostado tradiciona­lmente por los V8. Al menos en los últimos 30 años, antes del periodo Volkswagen, con el glorioso V8 6,75 como emblema. Pero más allá de cuestiones puramente emocionale­s, la decisión es clara. Este propulsor desarrolla­do por Porsche y compartido con coches como el Panamera Turbo es una maravilla.

PODER SATISFACER LOS CAPRICHOS EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS

LA RUTA DEL CRUASÁN. CHIMO BAYO EMPIEZA A TENER ENVIDIA, ¡FIJO!

Con él, de un plumazo, adelgaza casi 100 kilos. Aunque con 2,3 toneladas de peso, este es un factor que de primeras tampoco resulta definitivo. Lo que más me gusta es su carácter, su tecnología y su manera de entregar la potencia. Es un motor que se siente más ágil, más vivo, aunque las cifras dicen que en aceleració­n no es tan rápido, acelera de cero a cien en 4 segundos y alcanza los 318 km/ h. No necesitas más cuando alrededor solo tienes cuero y madera.

El motor empuja con brío en cualquier momento y nada más rozar el pedal derecho hace que el peso desaparezc­a. Se siente lleno de fuerza y es una sensación muy agradable cada vez menos común. ¡Gracias, downsizing! Alcanzar los 200 km/ h es una cuestión de despiste, no de voluntad. Es un coche rapidísimo y si los límites de velocidad fueran más sensatos, sería un transporte de alta velocidad absolutame­nte invencible. No llevo ni 50 km y ya estoy más que convencido que he escogido el aliado perfecto para una aventura así.

El motor convence por su entrega de potencia y por un consumo sorprenden­te. He probado la versión W12 y te aseguro que hablamos de un recorte del 50% en el gasto de gasolina. Y es que este V8 es superefici­ente, ya que cuenta con tecnología punta como el modo a vela o la desconexió­n de cilindros. ¿Qué significa esto? Pues que en el 90% del tiempo, rodando a velocidade­s legales, este coche tiene mucho en común con un Seat León. Bueno, en el número de cilindros de medio motor.

Con un consumo medio que ronda los 10 litros, hablamos de una cifra que me parece excelente. Sí, y no lo pongo con mayúsculas porque rompería el diseño de la página. Bien, es cierto que me puedes decir que quien se gasta 250.000 euros en un coche le da igual el consumo. Pero si eres rico es por tomar decisiones acertadas y en este caso, el V8 es la respuesta a una necesidad concreta. Fin de la discusión.

Otra cosa que destaca del Bentley Continenta­l GT es su confort de marcha. Está perfectame­nte ajustado y proporcion­ado con su manera de ver el mundo. Me explico: un Bentley Flying Spur es un coche extremadam­ente refinado, pero que no transmite de la misma manera. El Continenta­l GT consigue crear un vínculo con el conductor, una conexión a nivel dinámico que convence. Los asientos deportivos te recogen con un mimo extremo, el rodar es refinado pero sientes que estás en marcha y la dirección es directa y bastante precisa para tratarse del coche que es.

Te crea algo dentro de ti. Una sensación de querer comerte el mundo, de no tener límites por delante. Estoy llegando a la frontera de la Junquera y estoy triste: con este coche me iría hasta Moscú y volvería del tirón. Pero es momento de cumplir el objetivo del viaje. Para ello, salgo de la autopista y me meto por las estrechas carreteras del sur de Francia, donde un coche así se ve claramente superado por un Citroën C1. Ahora en serio: para maniobrar no es el mejor coche: mide 4,85 metros de largo y 1,95 metros de ancho. Se siente grande, incluso más de lo que realmente es.

Por eso, entre el tamaño y el peso del conjunto, no es el mejor coche para ir de curvas a una carretera de montaña. Aún así, en carreteras nacionales, con buena anchura y curvas rápidas, es un auténtico avión. Puedes ir realmente rápido y con confianza. El coche tiene varios modos de conducción pero créeme, no hacen mucha falta. Es un coche que se disfruta más en autopista y vías rápidas que en zonas de curvas. Un coche para viajar. Con todas las de la ley.

Por fin, ya tengo aquí mi cruasán de la ' Maisson Castro'. Ir con un coche así está lleno de ventajas. Por ejemplo: me dan el cruasán con más relleno y extra de almendras con la única condición de poder hacerle fotos al coche. ¡Claro que sí! Toca volver rápido: con una punta de 318 km/ h puedo pasarme por la piedra al AVE en su ruta entre Francia y España. Teóricamen­te, podría ir de la frontera francesa a Barcelona en media hora. ¡Quien no desayuna cruasanes franceses cada mañana con un Bentley en el garaje es porque no quiere!

El Bentley Continenta­l GT es un Gran Turismo de libro. Un crucero transconti­nental de primer nivel. Un coche perfecto para cruzar Europa de una sentada. El nombre del coche no puede ser más descriptiv­o y te aseguro que el V8 le sienta genial, también a su denominaci­ón. Vuelvo a entrar en la autopista para volver a casa y debo decir que me alegro: no sabes

el placer que da hundir el pedal derecho a fondo, ver cómo la velocidad sube de 20 en 20 kilómetros por hora mientras te estás dando un masaje en los dorsales y el coro del Ejército Rojo canta 'Smuglianka' en el fabuloso sistema de audio Naim for Bentley, con 18 altavoces, dos subwoofer y 2.200 vatios de potencia y de perfección musical.

De esta guisa, lo último que quieres es llegar pronto a tu destino, por lo que decido aflojar el ritmo para que el coche vuelva a su modo de cuatro cilindros y a un ahorro que hoy no necesito. Pero que los pingüinos del Ártico me agradecerá­n. Y es que una cosa os digo: me puedo imaginar perfectame­nte al Bentley Continenta­l GT con un sistema de propulsión híbrido o incluso 100% eléctrico. En un coche así, donde lo importante son las altas prestacion­es y el refinamien­to, las bondades de un coche eléctrico casarían a la perfección con este concepto de coche: no se lo digas a nadie, pero la marca británica ya está manos a la obra.

Otro elemento que destaca del Bentley Continenta­l GT es que hablamos de un coupé de cuatro plazas, real, en el que dos adultos pueden viajar en las plazas traseras salvo que superen el metro noventa de altura. Además, la forma del asiento es muy agradable y no solo hablamos de un desplazami­ento de emergencia: se puede viajar detrás sin problema. Siguiendo por

ROZAR LOS 200 KM/H ES UNA CUESTIÓN DE PURO DESPISTE...

otros detalles prácticos de pobres, el maletero suma 235 litros, suficiente para el equipaje de un fin de semana pero poco apto para mudanzas. ¡Las mudanzas de los millonario­s se hacen en trailers, insensatos!

Ya estoy llegando de nuevo a Barcelona y los primeros atascos me permiten investigar otros elementos del coche. Por ejemplo, la pantalla del salpicader­o, que rota para esconderse cuando en lugar de tecnología quieres ver madera de nogal, tiene una interfaz perfecta, así como una calidad de imagen brutal: tiene 12,3 pulgadas, el mismo tamaño que el cuadro de mandos digital heredado de Audi.

Y esto me hace ver una de las cosas que menos me gusta de este coche: hay demasiados mandos similares a los que puede

llevar un Audi A3, o incluso el ya citado Seat León. No es por desmerecer a estos, pero en un coche de casi 300.000 euros algo más de exclusivid­ad no estaría de más. ¡Es lo malo de las sinergias entre marcas! En cualquier caso, es mejor tener los fiables mandos del Grupo Volkswagen que no recurrir al desarrollo de mandos propios que difícilmen­te alcanzarán la efectivida­d de estos.

Siempre me gusta buscar algún punto negativo, aunque este Bentley realmente me ha puesto pocos. El nuevo Continenta­l GT es un coupé de altos vuelos con muy pocos defectos. El principal hasta ahora era lo gastón que podía llegar a ser su motor W12 (con medias de más de 20 litros a los 100), pero con este motor V8, con la más moderna tecnología en términos de eficiencia, incluso Greta Thunberg podría enamorarse de él. (Bueno, quizás he exagerado)

Llega la hora, toca disfrutar del cruasán más caro del mundo. Sí, haciendo números, si sumamos el precio del coche, la gasolina, el seguro, los peajes y el coste del mismo, hablamos de un cruasán de 300.000 euros. ¡Al alcance de unos pocos afortunado­s! Y encima con el paso del tiempo se ha enfriado. ¡No hay problema! El V8 también puede servir como horno improvisad­o si hace falta. ¿Qué más quieres en un coche? Señores, que no les engañen: ¡esto es el verdadero lujo!

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 ??  ?? ¿Un cruasán con bolsita? ¿Con un Bentley en el garaje? Por favor...
¿Un cruasán con bolsita? ¿Con un Bentley en el garaje? Por favor...
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La única diferencia estética del V8 son las cuatro salidas de escape
Nada de W12: el motor V8, de origen Porsche, es el mejor aliado de este GT
Desde el primer segundo en el que te lo entregan, este Bentley te mima sin esperar nada a cambio La única diferencia estética del V8 son las cuatro salidas de escape Nada de W12: el motor V8, de origen Porsche, es el mejor aliado de este GT
 ??  ?? Es un coche creado para hacerte sentir bien en cada segundo de tu viaje
Es un coche creado para hacerte sentir bien en cada segundo de tu viaje
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 ??  ?? Desde los faros con forma de diamante a la parrilla cromada. Detalles que marcan la diferencia también a nivel estético
Desde los faros con forma de diamante a la parrilla cromada. Detalles que marcan la diferencia también a nivel estético
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Al César lo que es del César: la pastelería en Francia es toda una referencia...
Calentar un cruasán en un V8 de Bentley. ¿Cuántos han hecho algo así? Al César lo que es del César: la pastelería en Francia es toda una referencia...
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Con un coche así, tu apellido suma un 'De todos los Santos' o 'Del marquesado'

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