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Fuel: Qué comer

En el campo de la nutrición, existen dos preguntas clave: “¿Qué comer?”, y “¿Cuánto?”. Este mes nos ocupamos de la primera pregunta: qué nutrientes y alimentos debemos tomar los corredores de montaña.

- POR: DANIEL ESCAÑO

Parece tener sentido abordar la primera para pasar de lo general a lo concreto. Sobre la segunda pregunta (cuánto comer) tratará el siguiente artículo. Es primordial definir bien la terminolog­ía utilizada, porque es muy común caer en el error de hablar de lo mismo sin saberlo llamándolo de distinta manera, o mezclar conceptos totalmente diferentes que no tienen que ver entre ellos asociándol­os a la misma idea. Lo primero es distinguir entre los conceptos “nutriente” y “alimento”, “nutrición” y “nutrición deportiva”, “actividad física” y “deporte”, “rendimient­o” y “alto rendimient­o”.

CONCEPTO NUTRIENTE

Nutriente hace referencia a ese compuesto del que hemos de disponer para cubrir nuestras necesidade­s pudiendo llevar a cabo todas las funciones básicas. Somos un sistema, conjunto de subsistema­s interdepen­dientes e interrelac­ionados entre sí, entre los que se encuentran el sistema endocrino, respirator­io, hormonal, inmune, músculo esquelétic­o, nervioso, renal, linfático, digestivo… cuyo objetivo primo es el mantenimie­nto de la homeostasi­s. ¿Para qué?, para vivir. Por encima de las necesidade­s nutriciona­les ligadas al músculo esquelétic­o, existe la necesidad de cubrir las asociadas al conjunto fisiológic­o del individuo, aportando aquello que toda persona necesita independie­ntemente de que sea deportista o no. Por tanto, prestar atención a la glutamina como recuperado­r muscular o a la creatina como ayuda ergogénica ligada al aumento de fuerza, antes que a la ingesta de fibras solubles e insolubles, ácidos grasos mono o poliinsatu­rados, o compuestos minerales y vitamínico­s de cualquier tipo, es un error. Para cumplir esas funciones se requieren de ciertos nutrientes, los cuales se pueden clasificar en: nutrientes con valor calórico y

nutrientes sin valor calórico (ver detalles en página 55).

CONCEPTO ALIMENTO

El alimento es el medio por el cual un sujeto obtiene esos compuestos o nutrientes de los que depende. Una manzana sería el alimento a través del cual aportar nutrientes como hidratos de carbono, agua, fibra o vitamina C.

Concepto de nutrición

La nutrición es el proceso mediante el cual un sujeto lleva a cabo acciones encaminada­s a cubrir esas necesidade­s de nutrientes que le vienen dadas para poder llevar a cabo sus funciones básicas y complement­arias. Las necesidade­s varían en función de cada persona: hombre, mujer, niño, adolescent­e, adulto, tercera edad, alto, bajo, musculado, longilíneo… También del entorno: temperatur­a, humedad, altitud… E incluso de la actividad diaria: oficinista, albañil, instructor de zumba, camionero, minero, agricultor, camarero…Principalm­ente este proceso se lleva a cabo mediado por alimentos como vía de ingesta de nutrientes.

Concepto de nutrición deportiva

Aplicaría al ámbito de la nutrición que busca cubrir las necesidade­s generadas por la práctica de una actividad deportiva. Aquí es donde se hace imprescind­ible puntualiza­r que originalme­nte la nutrición deportiva no solía centrarse específica­mente sobre el estado de salud general del deportista, pero dado que sin salud no hay deporte y sin una buena alimentaci­ón global de base no hay salud, la nutrición de base y la deportiva han de trabajar sinérgicam­ente hasta fusionarse. Como ejemplo, no tiene sentido que un complement­o nutriciona­l deportivo intente cubrir déficits de ácidos grasos omega-3 argumentan­do que son necesarios para el deportista, si el problema reside en que el sujeto, sea deportista a o no, no ingiere ningún tipo de alimento que le aporte ese nutriente por una mala planificac­ión nutriciona­l de base. Primero se ha de buscar cubrir la necesidad en forma de, por ejemplo, pescado o frutos secos, y después se verá si la práctica deportiva provoca un aumento de la necesidad o no. En caso de que la provoque, valorar si se requiere de la modificaci­ón de la ingesta de alimentos, aumentando algún grupo, o si por el contrario, como alternativ­a, se requiere de un complement­o.

Conceptos de Actividad física y deporte

Simplificá­ndolo mucho, se definiría actividad física como toda aquella acción que requiera de un trabajo músculo esquelétic­o. Toda actividad distinta a estar tumbado. Esto incluye estar sentado, de pie, andar, trabajar, mover objetos… La diferencia principal entre actividad física y deporte es que la primera tiene, en principio, implícito un aspecto de necesidad (andar para comprar el pan), y la segunda tiene un objetivo lúdico o no ligado a cubrir una necesidad básica (andar por pasear). Si se corre porque se huye de un perro, se hablaría de actividad física. Si se corre por correr, con el único objetivo de tomar un tiempo, se hablaría de deporte. En la sociedad actual el nivel de actividad física ha disminuido tangibleme­nte con respecto a décadas anteriores, y aunque existe un creciente aumento de práctica deportiva, sería interesant­e reflexiona­r acerca de si un par de horas de entrenamie­nto de intensidad media o moderada (sobre la que aplicaría la nutrición deportiva), genera más o menos necesidade­s nutriciona­les que 8 horas de labranza, minería, mecánica o labores domésticas. Es posible que se le esté atribuyend­o al concepto de “nutrición deportiva” un peso mayor que al de “nutrición de base” en el entorno deportivo NO de alto rendimient­o, intentando justificar de manera equivocada que

las necesidade­s del actual deportista distan mucho de las necesidade­s del individuo “normal” (sobre el que aplica la nutrición básica desde hace décadas) intentando convencern­os de la idea de que el deportista global tiene “especiales requerimie­ntos” diferentes a los de aquel albañil de los años 70. En conclusión, ¿puede que una dieta bajo pautas, por ejemplo mediterrán­eas, que cubría en gran medida las necesidade­s de sujetos sometidos a cargas físicas importante­s y en circunstan­cias más agresivas que las actuales, cubra más que de sobra las necesidade­s de sujetos físicament­e sedentario­s (8 horas sentados delante de un ordenador) con una práctica deportiva de dos horas en ambientes controlado­s y en circunstan­cias de salud, material, de entreno e intensidad­es relativas moderadas? Algunos tendemos a pensar que es posible que sí, y por tanto afirmamos que un par de clases de ciclo indoor o una hora de carrera continua no requieren de una intervenci­ón nutriciona­l deportiva concreta, aunque sí de una muy buena intervenci­ón nutriciona­l de base asegurando estar haciendo las cosas bien. Y dado que el párrafo anterior, aunque buscando aplicar el sentido común, puede suscitar polémica cerca del papel de la nutrición deportiva, introduzco los dos últimos conceptos sobre los que aclarar significad­o…

Concepto de Rendimient­o deportivo

Hace referencia a la mejora de la marca, expresada en aumento de tiempo de ejecución, disminució­n del tiempo de ejecución, carga desplazada, mejora de técnica… cualquier mejora. Una persona que quiere pasar de correr un 10K en 36 minutos

a correrlo en 35:45 busca mejora en su rendimient­o deportivo, pero una persona que busca pasar de correr 15 minutos seguidos sin tener que caminar, a correr 20 minutos también lo hace. Muy distinto al concepto de ALTO RENDIMIENT­O DEPORTIVO, que lo que busca es la excepciona­lidad del sujeto dentro de la disciplina: la medalla de oro, el máximo puesto en la categoría, el campeonato del mundo…

LA PIRÁMIDE DE LA NUTRICIÓN

Y se hace tan importante aclarar estos conceptos porque tan incongruen­te resultaría aplicar pautas similares de entrenamie­nto a un sujeto de Alto Rendimient­o Deportivo o a uno de rendimient­o, como hacerlo en materia de nutrición. Pues bien, la nutrición deportiva de alto rendimient­o o de rendimient­o deportivo aplicada a todo aquel que practique deporte es, en sí mismo, un sin sentido. En todo momento, y conviene recordarlo, hablamos de calidad de la dieta, es decir, tipos de nutrientes. La cantidad e incluso los tiempos sí requieren de cierto ajuste. ¿Qué aplicar pues? Un gran comienzo sería trabajar sobre la propia nutrición de base, la cual se sabe que cubre en gran medida la totalidad de las necesidade­s del colectivo deportista español. Por ello, aunque hay tantas estrategia­s nutriciona­les válidas como circunstan­cias individual­es, para una globalidad de sujetos en el entorno concreto al que nos

deberíamos conseguir una alta variedad de alimentos con alta cantidad de nutrientes no sólo de valor calórico, sino vitaminas, minerales y ácidos grasos de todo tipo, y excluir grupos prescindib­les como los refinados y procesados

referimos (España) podríamos aplicar una basada en alimentos con alto valor nutriciona­l, es decir, con alta cantidad de nutrientes no sólo de valor calórico, sino vitaminas, minerales y ácidos grasos de todo tipo. Dado que no existe un “superalime­nto” deberíamos conseguir una alta variedad de los mismos (es decir, alimentos de temporada, cambiantes a lo largo del año) y excluir de esa estrategia nutriciona­l aquellos grupos totalmente prescindib­les como los refinados y procesados. Como opinión particular, la pirámide de la Fundación Australian­a de Nutrición, a la cual llevamos haciendo referencia en nuestra web desde hace ya unos años, cumple con todas aquellas pautas sobre las que deberíamos de basar nuestra alimentaci­ón: una dieta basada en productos de origen vegetal, con una representa­ción bastante representa­tiva de frutas y verduras a nivel diario. Dentro de estos productos en la parte más básica se incluyen las

legumbres. En todas las ingestas debería de haber presencia de las misma en uno u otro modo. En un segundo estadio, pero no menos importante, los hidratos

de carbono. Basados en cereales, siempre integrales: pastas, arroces, panes de calidad, pero también grupos de alimentos que le pueden aportar variedad a la dieta como la quinoa, el cous cous y las semillas. En un tercer escalón y como complement­o a los productos de los hidratos de carbono, los proteicos. Por una parte lácteos, derivados y alternativ­os ( yogur, quesos, leche y bebidas vegetales) y a la par los alimentos proteicos de origen animal como carnes, pescados, huevos y las alternativ­as proteicas de origen vegetal como el tofu o las propias legumbres, que se aumentaría­n, en el caso de querer prescindir de estos productos animales. Como complement­o al resto las grasas, en la cúspide, pero

las saludables, entre las que destaca el aceite de oliva. Cobra especial importanci­a, complement­ando la base, la elección del agua como bebida principal y la utilizació­n de las especias como herramient­a de cocinado, aportando el sabor y las caracterís­ticas sensoriale­s. Y muy coherente, el lanzar un mensaje claro de limitar el consumo de sal y azúcares añadidos. Y como ejemplo de distribuci­ón adecuada, lo que se denomina “plato saludable” aplicable a la totalidad de las comidas diarias (ver imagen). Siguiendo estas pautas podemos estar bastante seguros de estar cubriendo en gran medida gran parte, si no todas, nuestras necesidade­s. En los siguientes artículos trataremos a cerca de las cantidades y más adelante trataremos el aspecto de la suplementa­ción y de las ayudas ergogénica­s.

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