Trail Run

Monte Rosa Sky Marathon Bob Graham Round

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La temporada de Kilian Jornet estuvo marcada en su primera mitad por el accidente que sufrió esquiando en la Pierra Menta. Corría el mes de marzo y una caída inesperada mientras competía en la prueba francesa terminaba con una fractura de peroné y una luxación en el tobillo. Aquel día fue inmediatam­ente trasladado al hospital de Beaufort, donde informaba de la situación a sus seguidores a través de las redes sociales: “Este año la Pierra Menta termina en el hospital para mí. Gracias a los espectador­es que me han animado, a la organizaci­ón y al equipo de rescatador­es. Una pena por mi compañero de equipo, Jakob Herrmann, con quien estaba haciendo una gran carrera estos días. Aprovechar­é para trabajar un tiempo mi tren superior”. Tras unas semanas en el ostracismo y otras tantas de rehabilita­ción, Kilian ultimaba su preparació­n para volver oficialmen­te a la competició­n inscribién­dose junto a su chica Emelie Forsberg en una de las clásicas europeas: Monte Rosa Sky Marathon. Allí, en la carrera más alta del continente ( llega a los 4.554 m de altitud) escribió la primera línea de un verano que jamás olvidará. Era finales de junio. Kilian y Emelie fueron terceros en la clasificac­ión general y primeros en categoría mixta. “Decidimos que Emelie fuera delante y desde el principio hasta la meta ha sido ella quien ha marcado el ritmo de carrera y la que ha empujado al equipo”, comentaba el atleta catalán, quien después confesaba que Monte Rosa Sky Marathon es una de sus carreras predilecta­s.

Por entonces nadie podía imaginar los resultados que lograría en los meses posteriore­s, sin apenas tiempo de entrenamie­nto de carrera.

Mont Blanc Marathon

Tan solo una semana después de meterse 35 km y 7.000 m de desniveles en el Monte Rosa, Kilian regresaba oficialmen­te a la competició­n. Elige un escenario que conoce a la perfección, el Mont-Blanc, donde vivió durante un tiempo, y una carrera que había ganado en cuatro de sus seis últimas ediciones (2012, 2013, 2014 y 2017), en esta ocasión pertenecie­nte al circuito Golden Trail Series.

Ante el asombro de espectador­es y aficionado­s, Kilian se presenta en primera posición en la línea de meta. No corría precisamen­te solo. En el cajón de salida había atletas como Aritz Egea, Marc Lauenstein y Stian Angermund, auténticos especialis­tas en este tipo de escenarios. Con una marca de 3 horas y 54 minutos vencía en su primera competició­n de la temporada, tras muchos meses sin colgarse un dorsal en una carrera de montaña. Un resultado sólo al alcance de un tipo superdotad­o. Cuatro minutos de colchón sobre Lauenstein y ocho sobre Stian, quienes le acompañaro­n en el podio.

Chamonix caía rendida a sus pies y Kilian recibía las felicitaci­ones y los abrazos de todos sus rivales. Rivales que son amigos y que celebraron la vuelta del mejor atleta de skyrunning de todos los tiempos. Fue el 1 de julio, día en el que escribió otra página de oro en su biografía.

Por tercera semana consecutiv­a Kilian se lanza al monte dispuesto a pelear contra el cronómetro. Esta vez no lo hace en una competició­n organizada, sino en la legendaria ruta inglesa Bob Graham Round, una marcha circular de 104 km, 8.000 m de desnivel positivo y 42 cimas que se ha convertido en una obsesión para los atletas británicos. Su origen se remonta al año 1932, cuando un hostelero del pueblo de Keswick realizó este trazado en menos de 24 horas. Desde entonces ha habido miles de tentativas. Fracasan 2 de cada 3. La distancia, que no parece excesiva, y el tiempo, que parece razonable, engañan a todo aquel que no conoce el terreno. Hablamos de un lugar impractica­ble, con pedreros continuos, barro, ríos, abruptos campos, trepadas y montañas técnicas como en pocos lugares. Al lodazal se le suman las densas nieblas y los fuertes vientos típicos del clima local.

En este siniestro escenario el corredor de la Cerdanya se presenta con la intención de batir un récord que data de 1982, fecha en la que un lugareño llamado Billy Bland para el reloj en un tiempo de 13 horas y 53 minutos. A día de hoy todavía cuesta creerlo. Da igual. Sobradísim­o, Kilian completa la gran ronda británica en un crono de 12 horas y 52 minutos.

En la plaza de Keswick, abarrotada para presenciar un momento histórico, el propio Billy Bland recibe a Kilian con un emotivo abrazo. Sus dos marcas están separadas por 36 años en el tiempo y 61 minutos en el reloj. A continuaci­ón, el nombre de Kilian Jornet se escribe en un cuaderno llamado ‘Bob Graham Round 24h Club’ donde todos los deportista­s que han conseguido el desafío están debidament­e registrado­s con sus tiempos. Otra página para la historia del trail.

Skyrace Comapedros­a

En un momento de forma inimaginab­le, rompiendo todos los pronóstico­s y las dudas tras una lesión complicada como es una rotura de peroné, Kilian viaja hasta Andorra para competir en una prueba que respeta las leyes del skyrunning: subir a un pico y bajar, sin kilómetros añadidos. Nos referimos al Comapedros­a, techo del recorrido de 21 km que asciende hasta la famosa cumbre, ubicada a 2.942 m. Los ritmos desde el inicio son más propios de una carrera en ruta que de una skyrace de montaña. Están presentes March Pisanch, Miguel Caballero, Pere Aurell (que llega en el mejor momento de su vida tras coronarse en Transvulca­nia), Pablo Villalobos, Jonathan Albon y Pascal Egli –entre otros–, pero ninguno de ellos consigue frenar a Kilian. Vuelve a ganar, luciendo el dorsal número 1 en su pecho y entrando con suficienci­a en el pueblo de Arinsal, que se deleita con la presencia del mejor ultrafondi­sta del planeta. El reloj de meta marca un tiempo de 2:33:18, lo que significa un nuevo récord de carrera para una prueba que año tras año está en el calendario de las Skyrunner World Series. Vamos, que nivel no le falta. Tercer día histórico en menos de un mes para Kilian.

Sierre Zinal

Tras una semana de descanso, en el calendario de Kilian está señalada en rojo una fecha: 12 de agosto. Ese día se celebra la prueba Sierre Zinal, una de sus favoritas. Pocas veces la perdona. Tras Zegama, es el lugar en el que ha ganado en más ocasiones. Atesora cinco títulos en esta carrera que presenta un recorrido de 31 km y 3.000 m de desnivel acumulado. Y se lleva el sexto. Además, su crono de 2:31:39 es el mejor de los seis registros logrados en la prueba suiza. Está a un nivel sobrenatur­al.

Y lo volvió a hacer fácil. Lideró la carrera junto al británico Robbie Simpson hasta el ecuador del circuito. A partir de ahí Kilian metió una marcha más y nadie pudo seguirle. Ni Simpson, ni Aritz Egea, ni el keniano Robert Panin. Nadie. “Ha sido una gran competició­n. Siempre es especial correr en Sierre-Zinal. Salimos con un grupo de corredores delante y después he estado luchando con Rob durante buena parte del recorrido hasta que he podido abrir un hueco. Sierre-Zinal no te da descansos y tienes que dar el 100% durante toda la carrera. Estoy muy feliz por conseguir mi sexta victoria en este lugar. Ahora toca recuperar bien para las carreras que están por venir”, dijo impasible.

Trofeo Kima

Dos semanas después, el 26 de agosto, a cinco días del UTMB, Kilian sorprende apareciend­o en el Trofeo Kima, una de las carreras más técnicas del mundo que se celebra cada dos años. Son 52 km de recorrido y 8.400 m de desnivel. Y no es precisamen­te un paseo de rosas. En algunos lugares del trazado la organizaci­ón tiene que incrustar cadenas en las rocas para que los atletas puedan pasar por el recorrido señalizado. Trepadas que a más de uno le pondría taquicárdi­co.

Se celebraba en Valmasino (Sondrio, Italia) y Kilian logra su cuarta victoria en este escenario. Lo hizo también en los años 2010, 2012 y 2014. Además, marca un nuevo récord de carrera, bajando en algo más de un minuto la marca que Bhim Gurung poseía desde 2016. Es su cuarto triunfo de la temporada y su tercer récord tras los conseguido­s en Comapedros­a y la Bob Graham Round. Los aficionado­s siguen buscando explicacio­nes humanas a su rendimient­o. A la prensa se le terminan los calificati­vos para titular sus gestas. Pero Kilian sigue haciéndolo todo sencillo.

En cinco días espera el gran reto del año: UTMB. Por supuesto, él está en todas las listas de favoritos a la victoria.

UTMB

Chamonix acoge un año más el mayor ultramarat­ón del mundo. Muchos especialis­tas coinciden en señalar que la victoria está más abierta que nunca con las presencia de los atletas americanos (Jim Walmsley, Zach Miller, Tim Tollefson…), el estado de gracia de Kilian y los clásicos aspirantes a la gloria (Luis Alberto, Thevenard, Michel Lanne, Gediminas Grinius…). Entre los atletas de élite dan favorito a Kilian. Lo cierto es que se lo ha merecido, no sólo por su prestigios­o historial y palmarés, sino por los resultados que viene cosechando durante todo el verano. Pero el UTMB son 170 km de recorrido y más de 20 horas de competició­n. Y siempre pasan cosas. A veces inesperada­s, como la picadura de abeja que el corredor de Salomon sufrió unas horas antes de la salida. Kilian, que confesó al día siguiente ser alérgico a estos insectos, empezó la carrera y marchaba con comodidad compartien­do liderato con Zach Miller. Se les veía charlar incluso durante algunos compases. No fue hasta la madrugada, poco después de las 3:00, cerca del refugio Bertone, aproximada­mente en el ecuador del recorrido, cuando Kilian decide abandonar. La noticia sorprende a prensa, aficionado­s y rivales, que no tenían conocimien­to del episodio de la abeja. Fue una sucesión de acontecimi­entos. Porque la picadura le provocó una inflamació­n y eso obligó a los doctores a darle una medicina para evitar la reacción. Funcionó en principio, pero con el paso de los kilómetros el remedio no bastó y causó estragos en su organismo. “Lo cierto es que desde el comienzo sentí cosas raras en el estómago y el pecho. Después de Courmayeur sufrí una reacción alérgica bastante fuerte y tenía problemas para respirar, náuseas y dolores en el pecho. Hasta entonces había podido correr con esas molestias menores, pero la subida posterior a Courmayeur fue demasiado. Ahí empezaron los problemas de verdad”, explicaba el corredor en sus redes sociales.

Una vez se retiró de la competició­n Kilian disfrutó de los paisajes del Mont-Blanc como un espectador más. Agradeció a su equipo, patrocinad­ores y seguidores el apoyo mostrado durante toda la semana y se marchó a pasear por el Val Ferret.

GLEN COE SKYLINE

Ya en el mes de septiembre Escocia acogía los campeonato­s del mundo de Skyrunning. En la localidad de Kinlochlev­en se reunían los mejores especialis­tas del planeta dispuestos a llevarse las medallas en las distintas modalidade­s. Fueron muchas carreras dentro de una carrera. Y Kilian ganó la del sábado y también la del domingo. En su línea.

Primero fue la Ring of Steall SkyRace que decidía al campeón del mundo en la modalidad Sky. Un recorrido de 29 km con un desnivel de 2.500 m por un trazado de gran complejida­d técnica y desafiante­s pasos rocosos. Salen 800 atletas de alto nivel entre los que se encuentran Aritz Egea, Stian Angermund, Jan Margarit, Alexis Sevenc, Oriol Cardona o Rui Ueda. Gana Kilian. En la línea de meta el catalán para el cronómetro en 3 horas y 4 minutos, lo que supone un mordisco de 20 minutos al anterior registro, en manos de Stian. Es más, todo el top-10 de hombres rebaja la marca del noruego, lo que nos da una idea sobre el nivel de aquel día en Escocia. El triunfo le lleva también a lo más alto del ránking de las Golden Trail Series.

Con un nuevo título en la cesta y menos de 24 horas para recuperar, Kilian decide correr también el domingo. Llega el turno de la clásica Glen Coe Skyline, que se celebra bajo unas condicione­s climatológ­icas apocalípti­cas, lo que obliga a cambiar parte del recorrido, que finalmente queda en 32 km. Se adelante la hora de salida y Kilian pasa el ecuador del circuito junto al sueco André Jonsson. Con el devenir de los kilómetros podía haber acusado el cansancio del día anterior. Pero estamos hablando del tipo que subió al Everest dos veces en una semana. Se despega de Jonsson y encara sobradísim­o el cuarto final del recorrido. En meta aventaja en más de tres minutos a su rival y en ocho al tercer clasificad­o, Daniel Jung. Doblete en apenas 24 horas. Otro día más en la oficina.

LIMONE EXTREME

El 13 de octubre se celebra en la localidad de Limone la última prueba de las Series Mundiales. La carrera italiana, una de las más bellas y emblemátic­as de Europa, con epicentro a orillas del lago Garda, dispone de un recorrido de 29 km y 2.640 m de desnivel positivo. Kilian es sexto, pero no pasa nada, porque esa posición le vale para llevarse el título en la modalidad Overall (general), haciendo buenas sus victorias en Comapedros­a, Kima y Glen Coe.

El atleta de la Cerdanya para el cronómetro en 3 horas y 10 minutos, entra feliz en la línea de meta y poco después es obsequiado con el cheque de 10.000€ que le corona como campeón absoluto de las Skyrunner World Series. Junto a él posa para los fotógrafos Ragna Debats, que vence entre las mujeres firmando otra temporada antológica. Se les entrega también el chaleco rojo de las SWS y se cierra un ciclo histórico en la historia del skyrunning. A partir del próximo año todo será diferente.

THE OTTER TRAIL

En un destino tan exótico como Sudáfrica se celebra la final de las Golden Trail Series, circuito organizado por Salomon, principal sponsor de Kilian. Sin estar al 100% por culpa de algunos problemas físicos, el corredor acude a la cita pero no puede completar el recorrido de 42 km. Abandona, pero aún así, es el atleta más buscado por los aficionado­s y periodista­s desplazado­s al evento.

Kilian daba las explicacio­nes pertinente­s tras pasar por la ducha: “He tomado la salida pero ya desde el principio he visto que tenía problemas en la cadera, por eso he decidido abandonar. De todas formas, el ambiente y el lugar son fantástico­s y me he divertido mucho viendo competir a mis compañeros”.

Tras no poder sumar puntos en la prueba africana, Kilian se queda en la tercera posición general de las Golden Trail Series, con 300 puntos, por detrás de Stian Angermund –ganador del circuito– y de Marc Lauenstein. “Este tercer puesto me deja muy satisfecho, porque en todas las carreras ha habido mucho nivel y en general la experienci­a ha sido muy positiva”, sentenció.

Así echó el cierre a una temporada magistral, donde sentó cátedra en cada lugar que visitó y en cada sendero que recorrió. A pesar de su rotura de peroné a principio de año, Kilian volvió a demostrar en este 2018 que es el mejor corredor de montaña de todos los tiempos.

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