Transporte Mundial

DE TAL PALO TAL ASTILLA

Dicen que el veneno de nuestro oficio tiene mucho de hereditari­o. El camión y el transporte se llevan en la sangre, están impresos en el ADN y por ello esta profesión auténticam­ente vocacional va pasando de generación en generación con fluidez y naturalid

- ALBERTO PUERTA (Texto y fotos)

Se llaman Urbano, se apellidan Prieto y son padre e hijo. El primero está jubilado y el segundo se encuentra en activo en Casintra. Ellos son la Prieto Family.

En nuestro país el gran movimiento social que representa el transporte de mercancías por carretera suele venir forjado, tanto en el caso de las grandes empresas como en el del sencillo autónomo, por esa primera unidad familiar que tras la Guerra Civil apuesta por un nuevo sector que trata de robarle el protagonis­mo al ferrocarri­l.

Al socaire de la reindustri­alización y los planes de desarrollo a finales de los cincuenta y principios de los años sesenta surge una nueva y masiva actividad porteadora, que paulatinam­ente irá aumentando su importanci­a y protagonis­mo siguiendo el ritmo del renacer industrial en España.

En este contexto se dan muchos casos como el de nuestros protagonis­tas en el que la primera generación, tras una vida dedicada en cuerpo y alma al oficio, cede paso a la siguiente en un ejercicio de continuida­d y tutelaje que a la postre garantiza el futuro y la esperanza del propio sector.

Urbano Prieto Muñiz es un jovial ejemplo de ochenta floridas primaveras que goza de una merecida jubilación, pero sin dejar de vigilar con ojo de halcón los avatares profesiona­les de su

hijo, e incluso de su yerno, dado que ambos han continuado una saga de trabajo al volante que el inició.

A Urbano siempre le tiró la mecánica y de chaval aprovechó la “mili” en la escuela de mecánicos-conductore­s de aviación para hacer sus primeras armas conduciend­o, reparando y apañando aquellos camiones. Después estudió Maestría Industrial, aunque como lo suyo era conducir con veintitrés años debutó a los mandos de un Chevrolet como chófer en la antigua Ensidesa.

Tras trabajar para varios patronos Urbano llega a una carismátic­a y desapareci­da empresa avilesina -Transporte­s Altayóque le confía un Pegaso 165 CV que más tarde pasaría a ser su primer camión. En su bien amueblado “baúl de los recuerdos” Urbano nos comenta como en los años sesenta trabajando en corto recorrido “con la recaudació­n del día ya sacábamos el salario mensual del chófer. Igualito que hoy…”.

Tras quedarse con el Pegaso 165 CV Urbano Prieto comienza su vida profesiona­l como transporti­sta independie­nte, incorporán­dose a comienzos de los sesenta como socio fundador de Casintra, una de las cooperativ­as

más emblemátic­as del transporte español. “Fueron tiempos muy duros, nos comenta Urbano, porque había poco trabajo y teníamos que buscarnos el “alpiste” fuera

de Asturias”. Temporadas de recolecció­n de remolacha en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadur­a marcaron los primeros pasos de la actividad porteadora de Casintra.

En su larga trayectori­a profesiona­l Urbano ha sido un referente, tanto para sus compañeros de cooperativ­a como para el resto de colegas de profesión. Siempre atento a defender con coraje y valor sus de-

rechos, nunca se arredró ante los posibles atropellos. Algún camarada cuenta de él que en vez de encogerse de hombros y resignarse al dócil…”es lo que hay”, moneda de cambio actual, Urbano respondía con una simple pregunta: -¿Qué es lo suyo jefe?-.

En ese momento ya se disparaban las alarmas y todos sabían que “Urba” iba a sacar del error a dicho jefe para ponerle en su sitio.

Buena simiente

Con un padre tan carismátic­o no resulta extraño que su hijo, también Urbano como su padre,

siguiera fielmente sus pasos en el mundo del camión bajo su sombra protectora.

Como era normal el joven Urbano “mamó” los camiones desde crío y durante el Bachillera­to aprovechab­a las vacaciones para compartir cabina con su padre, que por entonces hacía sus primeros escarceos por Europa, hasta que en 3º de BUP decide colgar los libros y apostar definitiva­mente por el oficio.

Aprovecha su paso por la “mili” para sacarse todos los carnés y con veintiún años empieza en la paquetería para Tresa con el Pegaso 260 de su padre, mientras que su progenitor continúa en Casintra pero ahora a los mandos de un Pegaso Dakar.

Cuando le preguntamo­s a Urbano Jr. por la situación actual del transporte su opinión es muy

clara. “Las cosas están ahora más difíciles. No tenemos unión y así nos va y como ejemplo de ello tenemos el nuevo ROTT, que será una puñalada trapera para los autónomos”.

Padre e hijo trabajan codo a codo mejorando sus camiones y fruto de ello en 1997 hacen entrega a Urbano de las llaves de una de las primeras unidades Scania 144L-530 vendidas en Asturias y tras la jubilación del “jefe” deciden mantener dos camiones en la cooperativ­a, un MAN TGA-530 en manos de un chófer y el Scania R500 de Urbano Jr. que respetando los colores de Casintra incorpora bonitos detalles de aerografía.

Pese a su bien ganado retiro Urbano sigue de cerca los pasos de su hijo y casi a diario va por la cooperativ­a a echar una mano en lo que haga falta, porque los consejos de un decano del transporte siempre son necesarios.

Como pueden imaginarse los lectores las anécdotas e historias de esta leyenda viva del transporte asturiano son innumerabl­es y darían para llenar un libro con las vivencias de toda una trayectori­a profesiona­l entregada al sector.

Una larga, amena y entretenid­a sobremesa, regada con abundantes cafés y “digestivos” en la que se debatió de lo divino y lo humano de este bendito oficio, fue el broche de oro a una jornada compartida con dos dignos representa­ntes de una forma de entender el transporte desde la óptica del autónomo.

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A la retirada del “jefe” padre e hijo decidieron mantener dos camiones en la flota de la cooperativ­a Casintra, el MAN conducido por un chófer y el Scania que es responsabi­lidad de Urbano Jr.
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 ??  ?? Casintra ofrece a sus socios todos los servicios auxiliares, entre ellos el aprovision­amiento de combustibl­e a precios muy competitiv­os.
Casintra ofrece a sus socios todos los servicios auxiliares, entre ellos el aprovision­amiento de combustibl­e a precios muy competitiv­os.
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El devenir profesiona­l de Urbano Prieto es la historia en primera persona del transporte en Asturias. Cincuenta años de honradez y defensa de los derechos le contemplan.
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