EL ROTT DE LA DISCORDIA
Nadie, o casi nadie, sabe con certeza cuál será el grado de rigor del futuro ROTT que Fomento quiere que entre en vigor el próximo 1 de julio, pero si el “consenso” que pretende el Comité Nacional no sirve para cambiar la “dureza” que defiende Fomento, pu
La mayor parte de los transportistas están en contra del borrador de ROTT que ha propuesto Fomento.
Durante el primer semestre de este año la actualización del Reglamento de la LOTT (ROTT) va a ser la gran incógnita y la gran preocupación del transporte de mercancías por carretera.
En palabras de Emilio Sidera, subdirector general de Ordenación y Normativa, el proceso de elaboración del nuevo ROTT debería concluir durante el próximo mes de mayo, momento en el que se produciría la publicación en el BOE del texto definitivo.
El director general de Transportes Terrestres, Joaquín del Moral, lleva tiempo afirmando que el ROTT 2018 entrará en vigor el 1 de julio, aunque a la vista de los muchos desacuerdos que por el momento existen entre Fomento y las organizaciones de transportistas poner fecha concreta podría ser una apuesta arriesgada.
La modificación del ROTT va a suponer un “cambio de cultura” en muchos aspectos y la necesidad de retocar al menos catorce normas reglamentarias referidas, entre otros temas, a requisitos de acceso a la profesión, regulación de las autorizaciones de transporte, formación de los conductores profesionales, documentación de control, etc.
Una vez concluidos los trabajos de la Secretaría Técnica del ministerio de Fomento el futuro ROTT pasará el trámite preceptivo del Consejo de Estado, institución que dará el “ok” definitivo para su incorporación al ordenamiento jurídico español.
Un ROTT duro
Para las asociaciones que conforman el Comité Nacional del Transporte (CNTC) el ministerio ha planteado desde el primer momento un “ROTT duro”, de forma que todos los trabajos están centrándose en intentar “suavizar” sus aspectos más negativos para los transportistas.
Preocupa a las grandes empresas la pérdida automática de la “honorabilidad” por acumulación de tres infracciones muy graves, una medida ya prevista por la normativa comunitaria y que ahora se incorporaría a la legislación española con toda la repercusión que ello pueda tener.
Esta “tarjeta roja” por mal comportamiento significaría que la empresa o autónomo sancionado podría quedar inhabilitado durante un año para ejercer la actividad de transportista.
Otro de los temas que están en discusión, y en el que los fabricantes de vehículos industriales están tomando protagonismo, es que las renovaciones o ampliaciones de flotas tengan que realizarse obligatoriamente con vehículos más nuevos, una cuestión
que podría tener un fuerte impacto en el mercado de segunda mano.
El borrador del ROTT también recoge que las empresas que se encuentren en concurso de acreedores, lo que se denomina “situación temporal de insolvencia”, puedan perder por este motivo el reconocimiento de la capacidad económica, una decisión que evidentemente obligaría al cierre.
Finalmente, las organizaciones que representan a los autónomos y a las empresas de menor formato, mayoritariamente por debajo de los tres vehículos, están defendiendo que a estos transportistas no se les impida crecer libremente y que las autorizaciones de las que sean titulares puedan continuar transmitiéndose, dado que cualquier otra decisión significaría su final programado.
Las cooperativas de transporte son uno de los colectivos que podrían resultar más afectados si el ROTT ve la luz en los términos anunciados, dado que en su opinión se bloquearía la entrada de nuevos transportistas al impedir que las autorizaciones de los actuales socios puedan ser transferidas a nuevos cooperativistas con menos de tres camiones, en un sector donde el 60% de los transportistas tienen un máximo de dos camiones.
Otoño caliente
Para Emilio Sidera la desaparición del documento físico que acredita ser titular de una autorización de trans-
porte, será la medida que mejor visualice el “cambio cultural” en favor de la administración electrónica que Fomento pretende impulsar con el nuevo ROTT.
Al hilo de esta actualización, y siguiendo el camino marcado por las regulaciones comunitarias, las actuales autorizaciones para vehículos ligeros MDL serán convertidas automáticamente en autorizaciones para pesados MDP, una decisión de la que preocupa el impacto negativo que pueda tener en el frágil mercado del transporte de mercancías por carretera.
También existe mucha preocupación por cómo se desarrolla la nueva figura del “gestor de transporte”, una figura directiva de nueva creación en el ROTT que tendrá por ley unas funciones muy amplias y que según la normativa será el máximo responsable de que las empresas de transporte operan de acuerdo con las normas legales vigentes.
Cuál es el problema de fondo. Pues que el ministerio de Fomento está dando muestras de que no tiene intención de “meter mucha mano” en el borrador del ROTT elaborado por sus expertos y que con ello su intención es sacar adelante un texto que probablemente podría incendiar el sector.
En este sentido algunas organizaciones ya están advirtiendo de que un “ROTT duro” podría significar un “otoño caliente”.