EL TESORO DE PEDRO
Por cantidad y calidad existen pocas colecciones de vehículos, camiones y maquinaria pesada tan completas e interesantes como la que tiene Pedro Avilés, en la que tras muchos años de dedicación ha logrado juntar más de 3.000 reproducciones que están asegu
Más de 3.000 maquetas componen la colección de Pedro Avilés. La más cara de todas le costó 6.000 euros.
He de confesar que pocas veces se tiene la suerte de disfrutar de una colección de maquetas como la que tiene Pedro Avilés. Un muestrario que no es fácil de ver, ni siquiera en una juguetería especializada, ya que suma nada más y nada menos que 3.000 referencias diferentes.
Una afición que empieza “por casualidad” hace treinta y pico años, cuando su hijo cae enfermo siendo muy pequeño y Pedro para animarle decide regalarle un camión. Un enorme Pegaso de cuatro ejes fabricado por Rico y que en aquellos momentos causaba furor entre los niños, puesto que era de los primeros modelos que se manejaba a distancia mediante unos mandos por cable.
Pasado el susto a Pedro le pica el “gusanillo” y animado por su familia decide ir juntando algún otros modelos pero a escalas más pequeñas, en su mayoría de 1:50. Un surtido generosos de camiones, furgonetas, pero mayoritariamente de maquinaria de obras públicas, actividades a las que él está vinculado directamente, pues es el propietario de un desguace de vehículos industriales.
Modelos que Pedro ha ido adquiriendo tanto en España, donde mantiene contacto con ciertas juguete-
rías especializadas que le ofrecen “joyitas” fuera de lo corriente, como las que ha comprado en sus viajes al extranjero rebuscando con pasión en ciudades de Alemania, Francia, Canadá o Estados Unidos, con anécdotas en cada una de ellas.
En Canadá, por ejemplo, le propuso al guía de la excursión que le acompañara durante el día libre a recorrer las jugueterías que conociera y por la mañana había un autocar de 50 plazas esperándole a la puerta del hotel, porque enterado el conductor del encargo, dijo que él no se lo perdía. Al final necesitó hacerse con dos maletas muy grandes para poder volver a casa con todo lo comprado y pagar algo más de 1.000 euros por el exceso de equipaje.
La verdad es que Pedro no compra cualquier reproducción y por ello en su colección llama la atención la calidad de las maquetas, donde se reproducen hasta los mínimos detalles de todos los componentes.
Modelos especiales y raros de encontrar y que en algunos casos, siguiendo el buen criterio de su mujer, se exponen realizando la actividad de los modelos reales, ya sea cargando arena o levantando pesadas piezas.
Pero si hay algo que destaca en esta colección es el parque de grúas, algunas con más de tres metros de altura. Se trata de reproducciones de una gran exactitud y cuyo montaje requiere de destreza y mucha paciencia, como por ejemplo una impresionante Huisman que le llevó a Pedro más de 300 horas de montaje hasta poder ver todos los cables pasados por sus poleas y todas las piezas ajustadas.
Para realizar estos trabajos tiene sus trucos, como el utilizar agujar curvas de cirugía para ayudarse a pasar los cables por las partes angostas de los cabrestantes o alicates y pinzas de precisión de un tamaño casi quirúrgico.
Un hobby al que ha dedicado mucho tiempo y dinero, pues algunas de estas maquetas se compraron por 6.000 euros, pasando por precios intermedios en el entorno de los 2.800 euros de la impresionante draga Bucyrus 495 HF a escala 1:50, que pesa nada menos que 38 kilos. Para evitar sobresaltos, que alguno ya se ha dado, toda la colección está convenientemente asegurada por un montante de 400.000 euros.
Pedro y su mujer ya preparan nuevos viajes ahora que él está “medio” jubilado y como siempre hacen hueco en las maletas para las nuevas adquisiciones que se pongan a tiro.