Nada de humo
Con esta versión eléctrica para cinco pasajeros se pueden recorrer hasta 170 kilómetros, entrar en las zonas urbanas de acceso restringido y aparcar en cualquier lugar de la ciudad sin incurrir en costes adicionales. Estamos ante una alternativa “cero emisiones” diseñada para una utilización familiar .
Poco a poco los vehículos de propulsión eléctrica se van abriendo paso como una solución a los problemas ambientales de las grandes ciudades, aunque todavía les queda un largo camino por recorrer para mejorar su principal punto débil, que no es otro que la distancia que son capaces de recorrer y el tiempo que precisan para su recarga.
Dos cuestiones fundamentales que en estos momentos ponen los límites a su utilización y que suponen el principal inconveniente a la hora de decantarse por uno de estos modelos entre las opciones de compra.
En el caso de las versiones comerciales eléctricas, la oferta se reduce por el momento a cuatro marcas, que inicialmente proponían versiones de furgoneta para carga con la pretensión de cubrir el reparto y distribución urbana en lo que se ha dado en llamar “la última milla”.
Un plantel al que ahora se incorporan las versiones acristaladas para pasajeros con el objetivo de arrebatar clientes a los turismos “cero emisiones”. Este es el caso de este acabado PartnerTepee para cinco plazas al que sus dimensiones y características externas no delatan su condición de modelo eléctrico, pues son idénticas a las de sus gemelos con motores térmicos.
A los mandos de esta versión eléctrica el conductor no necesitará más que un par de minutos para familiarizarse con el instrumental y la información que se ofrece, en este caso centrada en el consumo que hacemos de la energía y la que nos queda disponible.
Peugeot anuncia una autonomía inicial de 170 kilómetros, pero se trata de una simple estimación porque todo depende del tipo de conducción que hagamos y sobre todo de
la orografía del recorrido por el que circulemos.
Reconozco que los vehículos eléctricos siempre me generan un cierto estrés, sobre todo cuando ves reducirse de forma rápida los kilómetros que nos quedan disponibles, de forma que es necesario un trabajo previo para estudiar el recorrido a realizar, no tanto cuando este discurre por ciudad donde siempre podremos encontrar un punto de recarga.
La ley del silencio
Apretamos el botón de arranque y este Partner Tepee Electric se pone en marcha, aunque si lo sabemos es porque las agujas indicadoras recorren todo el espacio disponible en las esferas dado que no emite ningún tipo de ruido.
Giramos el mando redondo que hace las veces de palanca de cambio y elegimos la posición D como si de un coche automático se tratara y el vehículo se pone en marcha en el momento que tocamos el acelerador y tan rápido como apretemos el pedal, pues en su condición de eléctrico nos ofrece los 200 Nm de par motor desde el primer momento.
El vehículo reacciona al acelerador con rapidez y se mueve con vigor, aunque no es este el estilo de conducción más adecuado para este tipo de modelos, al menos si queremos prolongar la autonomía. Un indicador en el tablero y un contador numérico nos marcan los kilómetros que aún podemos recorrer.
Para evitar excesos esta versión eléctrica tiene la velocidad limitada a 110 km/h, y cuanta con una tecla ECO que mitiga la aceleración, aunque le que permite moverse con cierta soltura en vía rápidas.
Es cierto que en ciudad esta autonomía resulta mucho más “extendida”, pues no solo el consumo es menos elevado, sino que es posible recuperar cierta parte de esa energía cuando utilizamos los frenos.
Tiempo de recarga
Esto hace que el contador de kilómetros disponibles baje de forma pausada contribuyendo a restar nerviosismo en el conductor.
Si a esto le añadimos la posibilidad de “recalar” en algún punto de recarga mientras hacemos gestiones o comemos, podremos ampliar nowww.transportemundial.es
tablemente la duración de nuestro recorrido.
Si las baterías están “secas” y nos enchufamos a una toma doméstica con una potencia de hasta 16 amperios, el proceso de recarga completa requerirá de entre seis a nueve horas. Una alternativa que suele utilizarse durante la noche.
Este modelo dispone también de una segunda toma de corriente preparada para enchufes de “caudal” industrial de hasta 125 amperios. Utilizando esta modalidad conseguiremos recargas de hasta el 80% en media hora.
Al volante el comportamiento de este modelo eléctrico resulta similar al de un motor térmico, con la única diferencia que cuando soltamos totalmente el acelerador el motor eléctrico de impulsión entra en modo carga, por lo que notaremos una retención superior a la que existe con una mecánica convencional.
Para conseguir ese efecto de “deslizamiento” del punto muerto basta con mantener ligeramente apretado el acelerador y el motor rodará sin apenas consumo e incluso aprovechando cierto nivel de carga.
Aunque dispone de una mecánica con 67 CV de potencia, el rendimiento es adecuado para el planteamiento urbano de este modelo, incluso con todos los ocupantes a bordo. La disponibilidad del par motor desde el primer momento garantiza una arrancada sin titubeos, aunque la aguja de consumo se dispara por encima de la zona verde, regresando paulatinamente al tramo de consumo óptimo.
En cuanto al frenado el efecto de retención del motor eléctrico nos valdrá a la hora de circular por ciudad para adaptarnos al ritmo cambiante del tráfico, jugando con el acelerador para ganar velocidad y reduciendo esta solo con soltarlo. El pedal del freno tan sólo le necesitaremos para detener el coche del todo.
En resumen este Partner Tepee Electric nos ha parecido una interesante alternativa para quienes necesitan cinco plazas y un considerable volumen de equipaje, todo ello con un reducido coste/km. Otro valor añadido en este vehículo es que puede acceder a las zonas de acceso restringido dado su carácter “Cero Emisiones” y que no paga en las áreas de aparcamiento regulado.