Rafael Morán Clemente

El deporte, su pasión.

Conocí a Rafa (@Rafuky1, para los tuiteros), ya de novios, estirándose los polos porque no entraba en ellos, devorando (no comía) todo tipo de alimentos no saludables y despertándose a las 12 del medio día los fines de semana probablemente por sus apneas que el sueño le acumulaban el resto de la semana. Nos hemos levantado a las 3 de la mañana a hacernos o nos comíamos los donuts de cuatro en cuatro... Y así era nuestra vida, llegó a pesar 143 kilos hasta que un día se puso unas zapatillas de correr y empezó. Desde entonces ha participado una treintena de carreras populares de 10k (no se ya donde meter tanta camiseta), una veintena de medias maratones y tres maratones. En un par de años no tardó en sentir atracción por el triatlón, entrenando casi a diario sin llevar un objetivo claro: un par de triatlones sprint, siete u ocho olímpicos y 3 de media distancia, el último en Lisboa. Ha pasado de correr los 10k en más de una hora, a terminar su última media en 1:36 o su última Maratón por debajo de 3:40. Un día se marchó a por una bici; al siguiente día me dice que se va a apuntar en un club para aprender a nadar y, de repente, su primer sprint en la Casa de Campo... Aún lo recuerdo sin neopreno en la fila con tanto nervio que no podía ni mirarnos... El hacer deporte se ha convertido en su filosofía de vida y lo que es MEJOR, nos arrastra a todos, con esa fuerza y pasión que le pone, superándose cada día más y nos deja a todos pequeñitos. No somos capaces de seguirle.