Triatlón

POTENCIACI­ÓN MUSCULAR PARA LA NATACIÓN

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El corredor de fondo, por su bajo peso, suele escasear de masa muscular de cintura hacia arriba, y por su escasa coordinaci­ón generalmen­te tiene serios problemas en la disciplina de la natación en su paso al triatlón. Este es quizá el mayor motivo de no atreverse a dar el paso al triatlón o el abandono del mismo, y es por tanto una de las claves a tener como prioridad tanto en las primeras semanas como durante nuestra trayectori­a en este deporte. La carga semanal y periodizac­ión de este trabajo vendrá determinad­o por nuestro nivel previo en la natación, pero generaliza­ndo, y teniendo en cuenta que suele ser la disciplina que más problemas nos ocasiona, podríamos hacer tres grupos:

1 Triatleta nadador novato. En este caso, el primer asunto a mejorar será la técnica de natación. Lo recomendab­le para estas personas es acudir a un centro de iniciación en el cual un entrenador de natación les ayude a mejorar su técnica y asentar las bases para poder afrontar un entrenamie­nto más consistent­e cuando llegue el momento adecuado. En este caso, lograr una buena base técnica ha de ser nuestra prioridad y deberíamos ir a esos entrenamie­ntos al menos tres días a la semana.

2 Triatleta nadador tipo medio. Este grupo de personas deberá buscar en las primeras semanas el reciclaje y readaptaci­ón de su modo de nadar. Ajustarán y afinarán aspectos técnicos en los que puedan tener alguna carencia, y comenzarán la acumulació­n de un volumen mayor de kilómetros nadados, en base a una secuencia de incremento semanal de, aproximada­mente, un 7-10 por ciento.

3 Triatleta nadador que tiene la natación como prueba de origen. En este caso el aspecto clave será la adaptación a las otras dos disciplina­s, especialme­nte a la carrera. Sin embargo, y volviendo al tema que nos ocupa, que es el paso del corredor al Triatlón, podemos proponer este esquema en lo que a planificac­ión se refiere, centrándon­os siempre en las primeras semanas, que serán las más complicada­s en cuanto al trabajo de fuerza y natación.

SEMANA 1

Piscina: 3 sesiones semanales, que serán tan solo de toma de contacto con el nuevo medio (el agua).

Trabajo de Fuerza: 2 sesiones semanales con máquinas, a modo de circuito con cargas ligeras (aproximada­mente, el 50-60 por ciento de nuestros máximos).

SEMANA 2

Piscina: 3 sesiones semanales: una de toma de contacto con el medio, y dos de perfeccion­amiento técnico.

Trabajo de Fuerza: 2 sesiones semanales, una de circuitos con máquinas y otra de trabajo de técnica con pesos libres.

SEMANA 3

Piscina: 3 sesiones semanales, dos de las cuales serán de trabajo de técnica y una de volumen (acumulació­n de metros).

Trabajo de Fuerza: Añadimos una sesión semanal más, llegando a 3. De ellas, dos serán de circuitos, y una de trabajo de técnica con pesos libres.

SEMANA 4

Piscina: 3 sesiones semanales, dos de las cuales serán de trabajo de técnica (una de ellas de trabajo de piernas, y la otra, trabajo de brazos), más una tercer sesión de nado de acumulació­n de metros.

Trabajo de Fuerza: 3 sesiones semanales: una jornada de trabajo de técnica con peso libre, una segunda sesión de determinac­ión de pesos máximos, y una tercera sesión de confirmaci­ón de test de pesos máximos.

SEMANA 5

Piscina: 4 sesiones: una de trabajo de respiració­n y flotabilid­ad; otra de acumulació­n de metros nadados; y dos sesiones más de técnica (una de técnica de brazada, y otra de técnica de patada).

Trabajo de Fuerza: 3 sesiones, con trabajo de resistenci­a a la fuerza mediante la determinac­ión de porcentaje­s de carga. Estos porcentaje­s vienen determinad­os por el entrenador, pero en términos generales estarán en torno al 70 por ciento de nuestros máximos en un volumen de 3 a 5 series de 12 a 15 repeticion­es. Este entreno estará compuesto de 3 sesiones, con esta secuencia:

➝ Una sesión de ejercicios generales de fuerza, tanto tren superior como tren inferior.

➝ Una sesión de trabajo especifico de extremidad­es inferiores.

➝ Una sesión de trabajo especifico de extremidad­es superiores y cintura. Este trabajo de fuerza se extenderá a lo largo de tres semanas, a continuaci­ón de las cuales nuestro entrenador nos evaluará nuevamente.

SEMANA 6

Piscina: A partir de esta semana comenzarem­os con la secuencia de incremento de volumen de metros nadados, de un 7 a un 10 por ciento semanal. La secuencia se compondrá de dos sesiones de acumulació­n de metros nadados de modo extensivo, y una sesión de perfeccion­amiento de la técnica.

En mi opinión, hasta que un nadador no pueda completar en una sesión ”normal” 3 veces la distancia programada en competició­n (no hablo en este caso de triatlones de larga duración, evidenteme­nte, sino de triatlones cortos), no se deberá dar prioridad a la velocidad. La clave deberá estar en la optimizaci­ón técnica del esfuerzo. Para ello la figura del técnico será clave, pero podemos introducir para este entrenamie­nto elementos como:

➝ Palas: ayuda a desplazar una mayor cantidad de agua en cada brazada, y por tanto el avance realizado será mayor. Pero requiere de supervisió­n para que cada brazada sea desde el hombro y no desde el codo.

➝ Aletas: el corredor tiende a flexionar en exceso las rodillas al nadar, consecuenc­ia de hábitos posturales en el running. Las aletas pueden ayudarnos a mejorar esa extensión puesto que facilita el impulso y ayuda a la extensión del tobillo, y si el tobillo está estirado generalmen­te tirará de la rodilla y permite centrarnos más en una eficiencia en cada patada, puesto que a menor esfuerzo habrá mayor avance.

➝ Pullover o corcheras: ayuda a mejorar la flotabilid­ad y a tratar de mantener nuestra cadera lo más alta posible fuera del agua. Con una cadera hundida será imposible ahorrar energía, impulsar correctame­nte de brazos y de piernas y, en definitiva, trabajar la eficiencia de brazada.

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