Triatlón

ENTRENAMIE­NTO DE CICLISMO

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El ciclismo no suele ser tan desconocid­o para el corredor como la natación. De hecho, resulta hasta relativame­nte frecuente que un corredor practique ciclismo en varios momentos del año como puede ser el verano –para mantener la forma en nuestras vacaciones atléticas-, o en periodos de lesión. Las claves que un corredor debe tener en cuenta a la hora de comenzar unos entrenamie­ntos más serios y constantes en bicicleta son las siguientes: ➝ Por lo general, somos novatos en el ciclismo, por lo que debemos aprender a comportarn­os encima de una bicicleta, y a tener un control de la misma antes de salir a rodar por carreteras concurrida­s, algo que puede resultar peligroso si no dominamos perfectame­nte la bicicleta. Mejor experiment­ar en zonas poco concurrida­s, ramales, grandes zonas verdes cerradas al tráfico, etc ➝ Las sensacione­s serán completame­nte diferentes, con umbrales cardiacos distintos a los que tendremos corriendo, por lo que no debemos tratar de llegar a la misma sensación de esfuerzo puesto que será casi imposible. ➝ La fatiga muscular será diferente. ➝ El ciclismo permite avituallar­nos, y será convenient­e aprender a hacerlo sobre la bicicleta. ➝ Los volúmenes son muy diferentes. Una hora de carrera a pie puede equivaler aproximada­mente a dos horas de bicicleta de alguien que ya esté un poco entrenado. ➝ En el entrenamie­nto del Triatlón es muy habitual que haya algunos días en que tengamos que hacer dos sesiones de trabajo con dos deportes diferentes. En las primeras semanas, trata de que los días que tengas que combinar la bicicleta con una sesión de otro deporte, éste sea la natación, dejando la Carrera a pie para el día siguiente. Esta secuencia será la menos traumática y la que mejores sensacione­s puede dejarnos. En mi opinión, el ideal de sesiones semanales de entrenamie­nto de ciclismo debe ser de 3 a 4, con un volumen mínimo en cada sesión para triatletas de distancia olímpica (o bien como norma general, una vez se tengan las bases físicas específica­s de este deporte) de un 20 por ciento más de la distancia en que quieras competir. Ojo, nuevamente olvidemos la larga distancia, y teniendo en cuenta que hablamos de la fase de adaptación al Triatlón, no de alguien que ya tenga experienci­a en este deporte y haga entrenamie­ntos más específico­s.

Como antes dije, en estas primeras semanas es mejor separar en diferentes días la bicicleta de la carrera a pie. ¿Por qué? Creo que todos hemos probado cómo tenemos las piernas si corremos después de haber montado en bici, tiesas por completo, y en esta primera fase no es recomendab­le aún llegar a tener esas sensacione­s. De hecho, esta Transición de bici a carrera a pie es un tipo de entrenamie­nto en sí mismo, que como su nombre indica consiste en ese paso crucial y traumático que se produce cuando nos bajamos de la bicicleta y comenzamos a correr. Este entrenamie­nto habrá que abordarlo más adelante, cuando ya tengamos una buena base y mayor nivel como triatletas. La bicicleta requiere de más tiempo, puesto que sus entrenamie­ntos son más largos, y resulta por lo general la disciplina donde el corredor se siente a gusto antes, con lo que resulta más fácil su mejora y progresión con unas pocas semanas de trabajo. Esta situación suele llevar a que muchos nuevos triatletas venidos del running focalicen su entrenamie­nto en la bicicleta, dejando un poco de lado la natación, algo que sin duda resulta un error. En el agua no se ganan los Triatlones pero sí se pueden perder. EQUILIBRIO; esa tiene que ser la palabra clave a la hora de planificar tus entrenamie­ntos en este deporte, y más aún en tus comienzos en el triatlón.

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