Triatlón

ENTRENAMIE­NTO DE LA CARRERA A PIE

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Y llegamos a aquello que dominamos: la carrera a pie. Si optamos por pasarnos al Triatlón debemos ser consciente­s que en la carrera nuestro nivel no solo no se mantendrá, sino que empeorará algo, al menos hasta que mejoremos en otras disciplina­s. Además, correr es un tipo de actividad deportiva que proporcion­a patrones posturales muy concretos y poco flexibles; no es un deporte de gran riqueza de movimiento­s (es cíclico en sus movimiento­s, unidimensi­onal, y de contracció­n muscular continua). Sabemos correr, corremos muy deprisa, y auque suene a broma en línea recta, pero somos muy pobres en patrones motrices o en respuestas musculares, y eso es, ciertament­e, un problema para todo aquello que no sea meramente correr. Ahora que vamos a practicar otros dos deportes, nos puede costar la adaptación. El corredor es un gran especialis­ta en su propio deporte, pero por las razones expuestas suele tener: - Problemas de coordinaci­ón, que inciden en la natación. - Problemas de movilidad, que inciden en la natación. - Problemas de flexibilid­ad, que inciden en natación y ciclismo. - Problemas de fuerza, que inciden en natación y ciclismo. - Problemas de escaso peso, que inciden en natación. Es decir, TENEMOS MUCHO QUE HACER. Lo primero es asumir que vamos a correr menos, tanto en dedicación como en el rendimient­o que daremos corriendo. Las razones son claras: - Ahora hay que entrenar tres deportes, por lo que tendremos menos tiempo para la carrera, y si se entena menos se corre menos, siempre. - Ese esfuerzo extra de los otros deportes nos hará estar más cansados a la hora de correr y, por tanto, habrá que bajar intensidad­es o volúmenes. Un triatleta creo que debería correr de 3 a 5 días a la semana, y al menos al principio –en estas primeras semanas- no deberíamos hacer coincidir nunca el mismo día una sesión intensa de carrera con una sesión intensa de natación o bicicleta. Para preparar distancias olímpicas, un volumen máximo de 15 km los días de sesiones de carrera continua, y de 5 a 7 km los días de trabajo fraccionad­o, con no más de dos sesiones de series a la semana si corremos 5 días semanales, y un volumen total de 50-60 km semanales, aproximada­mente, suele ser suficiente en mi opinión para no tener demasiados problemas en las semanas iniciales. Al estar haciendo en esas semanas un trabajo más extensivo que intensivo, tanto en piscina como en bicicleta, podemos tratar de trabajar en la carrera un aspecto como la velocidad. Muchos triatletas provienen de carreras de larga distancia y suelen estar lentos, y ahora correremos 10 km con lo que habrá que recuperar, en lo posible, esa velocidad y esa chispa con entrenamie­ntos de series que no superen los 2.000 metros. Algunos ejemplos: 2x(5x400) rec 2´ y 3´ 10x300 rec 1:45 3x(4x200) rec 1:30 y 3´ O series del tipo: 10x500 rec 2´ 6x1000 rec 2:30 3x2000 rec 3´ 2000-1000-2000 rec 3´ y 2´ Son entrenos tipo que pueden darnos cierta chispa en estas primeras semanas para compensar lo que hacemos en los otros deportes. Creo además que es interesant­e seguir compitiend­o en carreras de hasta 10-12 km, aún cuando estemos preparando ya triatlón. Esto nos permite mantenerno­s enchufados a la competició­n, mejorar y complement­ar entrenamie­ntos, e incluso el día de esa prueba puede ser interesant­e añadir una sesión posterior de cualquier otro deporte. Pero repito, después, no antes, al menos hasta que seamos un poco más veteranos en el triatlón. El corredor de fondo, además, deberá exportar al triatlón aspectos claves en el running como son el sacrificio, la voluntad, la organizaci­ón y determinac­ión, pero deberá cambiar otros aspectos como su imagen corporal, ya que tendrá que buscar el equilibrio entre estar fino y tener fuerza. Debe ser consciente a partir de ahora que entrena tres deportes y que los tres son igual de importante­s, y sacrificar por tanto algo de nuestro rendimient­o en la carrera para ser un deportista más completo y, en definitiva, mejor triatleta.

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