2. ENTRENAMIENTO DE VELOCIDAD
• El trabajo de velocidad mejora la potencia anaeróbica del corredor haciendo que su organismo se acostumbre a reciclar el ácido láctico y pueda seguir funcionando en situaciones de mayor demanda de oxígeno, retrasando la aparición de la fatiga. En definitiva, dará al corredor la chispa y velocidad que necesita para mejorar sus tiempos. • Algunos corredores tienden a englobar dentro del mismo término (la palabra “series”) muchos tipos de entrenamiento de velocidad:
ritmos controlados, series, progresivos… Cada uno de ellos tiene sus características propias y han de ser trabajadas de un modo diferente, en volumen, intensidad, y/o recuperación. • Si siempre es importante hacer un buen calentamiento antes de correr, cuando hablamos de una sesión de calidad la importancia es aún mayor, ya que resulta más exigente y “agresiva” para músculos y articulaciones. Antes de un entrenamiento de velocidad haz, al menos, 10 minutos de carrera suave y algunos estiramientos. • Después de un día de entrenamiento de velocidad hay que programar un día de rodaje suave, para no castigar los músculos. • Hay muy diversas formas de trabajar la velocidad de carrera:
Consiste en realizar una serie de kilómetros a un ritmo controlado, algo superior al de los rodajes habituales. Por ejemplo, si estás preparando una carrera de 10 km puedes hacer sesiones de entre 3 y 5 kilómetros, a un ritmo unos 10-15 segundos más rápido que tu ritmo habitual en los 10 km.
Realizar cambios de ritmo durante el rodaje, con frecuencias, intensidades y longitudes variables. Es una opción