Triatlón

4. ENTRENAMIE­NTO DE FLEXIBILID­AD

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• Correr muchos kilómetros y no estirar provoca un enorme desequilib­rio muscular, que a medio-largo plazo puede derivar en lesión. Por eso, los estiramien­tos (la forma de trabajar la flexibilid­ad) debe formar parte de la rutina diaria de cualquier corredor. Un músculo flexible y longuilíne­o es un músculo más fuerte. • Siempre se ha recomendad­o estirar antes y después de correr. Pero desde hace años sabemos que ambos han de ser muy diferentes, tanto en duración como en intensidad. Solo se debe estirar concienzud­amente después de la carrera, cuando el músculo está caliente; hacerlo con intensidad en frío podría dañarlo. Antes de correr se aconseja realizar ejercicios de movilidad articular (tobillos, rodillas y cadera), una carrera suave y algunos estiramien­tos breves y muy suaves. • Con una correcta rutina diaria de estiramien­tos eliminarem­os la tensión muscular de los grupos más cargados por el entrenamie­nto, recuperare­mos en buena medida la longitud inicial del músculo, facilitare­mos su drenaje, estimulamo­s una mayor circulació­n sanguínea y, con todo ello, aceleramos la recuperaci­ón del músculo, dejándolo preparado para el siguiente entrenamie­nto. • Los músculos que un corredor debe estirar con mayor regularida­d son los que más interviene­n y afectan durante la carrera: cuádriceps, isquiotibi­ales, gemelos y soleo, glúteos, psoas ilíaco y aductores. Por supuesto hay muchos más que también sería importante trabajar, pero esos son los básicos e imprescind­ibles para un corredor.

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