FALTA FONDO, SOBRA INTENSIDAD
Lo he pensado un rato y sé que puedo entrar en terreno farragoso, pero el único compromiso que tengo con vosotros para esta sección de la revista es ser yo mismo. No soy más ni menos interesante que nadie, pero va en el puesto y aunque le doy una gran valor a mi intimidad porque me gusta que mi vida sea mía, qué duda cabe que éste es el mejor escenario para sincerarse en público. Ya lo he dicho en otras ocasiones, es un privilegio tener mi espacio y aunque aquí me muevo con total libertad, intento gestionarlo de manera responsable. Y cuidado, la responsabilidad mal entendida en este trabajo te puede llevar a caer en la falta total de ética profesional, para convertirte en algo tan triste y repugnante como los que sólo se dedican a escurrir el bulto. Me hago cargo de que a alguno le chirriará lo que voy a decir y sirva esta observación de sincera disculpa para los aludidos que pudieran ofenderse. Podría escribir sobre temas triviales: que empieza el otoño, que los días son más cortos y que en esta época del año los bosques y que los parques están preciosos. Sé de sobra cómo hacerlo para cubrir el expediente y hacer de esta página una foto muy grande de mí mismo en un posado artificial, cuanto más grande mejor porque así escribo menos, para proceder a presentaros los contenidos de la revista como quien canta los números de la lotería. Salvo esta página, el resto de la revista es vuestra, nosotros os observamos y escuchamos con atención, trabajando de sol a sol para que cada línea escrita atienda a vuestras necesidades. Muchos años después de hacer el mismo trabajo, sobre todo cuando uno escribe en primera persona, sé que cada lector entenderá de manera diferente cada línea de lo escrito. La actitud optimista vende más, aunque sea falsa y se use para espolear a tus clientes. Por ahí van los tiros. El titular podría dar a entender que fuera a plantear cuestiones referentes al entrenamiento. Nada más lejos de la realidad. Quiero hablar del impacto y las consecuencias que el deporte, en este caso el triatlón, tiene sobre muchos de nosotros. Por circunstancias y aunque cada se ven más y más jóvenes con el traje de triatlón, el perfil de triatletas que vivimos en España es de deportistas entrados en años, de no mucho nivel y con mucho por descubrir en nuestro deporte. Esta situación cambiará con el tiempo y la revista lo hará junto a todos vosotros. Muchos de nosotros hemos llegado “tarde” al triatlón y en muchos de nosotros se ha producido un fenómeno de euforia al descubrir una segunda juventud al darnos cuenta de que nuestro cuerpo está lleno de capacidad y energía. Qué voy a decir yo, claro que el triatlón es un deporte que te llena de bienestar, de confianza y optimismo, pero tenedlo claro, TRIATLÓN, siempre lo escribo en mayúsculas cuando pretendo aclarar que hablo de esta revista, es un negocio y vosotros sois nuestros clientes. Esta revista da de comer a mis hijos y a los de otros. Precisa- mente por eso, no debo, no puedo, pasar por alto lo que estoy viendo en los últimos años: cómo se está sangrando a muchos triatletas con el negocio de las emociones. Esto funciona del siguiente modo: hacemos una publicación desde una editorial seria y solvente en la que con más o con menos acierto y a cambio de 4,50€ os ofrecemos en forma de revista contenidos de calidad que atiendan a las necesidades de información de nuestro mercado, con las publicidades de por medio que insertan nuestros imprescindibles anunciantes, que también son nuestros clientes. Nuestro mercado sois vosotros, sois vosotros los que dictáis las normas, y depende de la habilidad y sensibilidad del que quiere venderos algo para que consiga vendéroslo o no. Precisamente ahora que muchos de vosotros estáis en plena borrachera del triatlón, podríamos aprovechar para inflaros a toda máquina de necesidades ficticias: más material, más carreras, más y más de todo… y el resultado sería una resaca de triatlón que a muchos os alejaría de esto para siempre. Pese a lo que muchos digan, el triatlón no es un deporte con una única finalidad competitiva en la que haga falta ir a más por obligación, de hecho no se me ocurre nada más divertido que elegir nuestros tres deportes para combinarlos entre sí como un juego en el que cada día puedes ser lo que tú quieras: hoy nadador, mañana runner, el fin de semana ciclista… y cuando te dé la gana triatleta en competición ¿Es el interés profesional lo que mueve a escribir este editorial? He vivido el boom del fitness, el del mountain bike, del ciclismo… y también sus crisis. No me gustaría presenciar de nuevo cómo muchos de vosotros salís del triatlón agotados, incapaces de seguir el ritmo frenético que os impone entrenar a todas horas, correr tantas pruebas y comprar tanto de todo. Hazlo como te dé la gana, pero mi obligación es invitarte a reflexionar, que no te dejes engañar y que nunca olvides que el triatlón…es un deporte de fondo.