José Ceballos Brito
El triatlón como sinónimo de salud y bienestar
Hace algunos años, en el 2005, me diagnosticaron un esguince en la rodilla derecha que resultó ser rotura de menisco interno, por lo que después de un periodo de convalecencia de algunos meses me operaron. Pasados unos meses más, la rodilla seguía igual de inflamada y parecía que las molestias no iban remitir, no aparentando recuperación alguna, por lo que decidieron hacerme otra artroscopia resultando que tenía artrosis en la misma. Esto obligó a realizar otra intervención quirúrgica para limpiar la zona. Y es a partir de entonces cuando empiezo a tener buenas sensaciones; había transcurrido entre una operación y otra cerca de un año, y ya estaba "casi" curado. Durante todo este tiempo realicé rehabilitación en piscina para fortalecer la rodilla en las que resultaron ser mis primeras brazadas, ya que por entonces no sabía dar ni una sola: ni flotar, ni nadar… ¡nada de nada! Este fue el detonante para realizar algo que tenía pendiente durante tantos años. Notando una ligera mejoría y mejores sensaciones, pasado un tiempo, empecé a correr ligeramente despacio para no sufrir sobrecargas. Para fortalecer empecé a combinar con la bici que había abandonado, pero con la piscina y el polideportivo que por suerte me quedan cerca de donde trabajo, seguía practicando la natación antes de recoger a los niños de clase. Solo disponía de una hora pero para mí era tiempo suficiente, y si había probado algún bocado antes, me entrenaba en solitario (sé que es mejor en grupo, pero por el escaso tiempo que tengo no puedo). Además, en algunos momentos usaba la pista de atletismo. Al cabo de cierto tiempo me di cuenta de que estaba practicando los tres deportes que componen el triatlón. Eso sí, entrenando poco pero constante. Y, mira por donde, empecé a adquirir unos hábitos que me gustaban y no había experimentado. En abril de 2013, llevado por el afán de hacer cosas diferentes, arriesgo y me apunto para hacer un triatlón sprint. No sabía qué tiempo realizaría pero si de algo estaba seguro era de que podría acabarlo. Y efectivamente lo acabé, en un tiempo de 1h37:38. Solo quería demostrarme a mí mismo que podía hacerlo. Mi familia ¡los más sufridores! me preguntaban si era conveniente este esfuerzo, porque en el año 2008 me habían puesto una malla por una hernia umbilical producida por torsión del epiplón 13 años atrás. Pero yo les decía que con tranquilidad, y siendo un poco meticuloso y precavido para no forzar hasta el punto de lastimarme, podría hacer el triatlón sprint que me había propuesto en Gando (Gran Canaria) localidad donde resido. Siempre he practicado, de una manera u otra, deporte como amateur. Me gusta porque genera salud y bienestar, y nunca lo había hecho con un plan de entrenamiento determinado. Por unos motivos o por otros, había dejado el atletismo por cargas producidas en los tobillos a consecuencia de varios esguinces diagnosticados, así como por los problemas mencionados en las rodillas. Hoy en día hay un invento llamado las “www” que nos da conocimiento y orientación para entender algunos ejercicios, así que me bajé un plan de entrenamiento de Internet, el cual seguí con más o menos rigurosidad, para obtener resultados que no creía posible. Mi intención es seguir practicando estos apasionantes deportes, que se han convertido para mí en uno, y así disfrutar de este mundo tan increíble que el deportista tanto amateur como profesional lleva en su naturaleza y carácter. Entreno día a día por donde puedo: calles, campo, caminos, pistas o cualquier otro sitio donde realizar la actividad. Se conoce a mucha gente, incluso amigos en abundancia, aquellos que vamos más atrás del crono que marcan los profesionales. Intento no ponerme retos con este deporte porque tengo la intuición de que si lo hago, lo abandonaré. Intentaré seguir poco a poco para mejorar día a día, y hacer de éste un modo de vida y bienestar que busco cuando entreno, así como sentirme más saludable. Y para mí, salud es igual a calidad de vida.