La característica fundamental de las carreras de fondo es que requieren una gran preparación (que abarca varios meses antes de la celebración de la prueba). Ya en competición, aunque la preparación haya sido óptima, supone un gran esfuerzo físico y psicol
Pero, ¿qué tipo de pensamientos se suceden durante la prueba? En no pocas ocasiones escuchamos a deportistas, después de una retirada, explicar que se bloquearon mentalmente, o que su mala actuación fue más un problema mental que físico. También, cuando el rendimiento es excepcional, escuchamos que éste fue debido a que su mente fue más fuerte, lo que le hizo sobreponerse a la fatiga física. Conocer nuestros pensamientos y, de alguna forma, manejarlos implica tener un mayor control sobre nuestro rendimiento. Asimismo, Antes de detallar las estrategias psicológicas pertinentes para afrontar con éxito una prueba, es oportuno recordar/revisar cuáles son los objetivos de las mismas para un deportista amateur. Y éstos no son otros que conseguir que se afronte la experiencia de la mejor manera posible, se favorezca la consecución de sus objetivos, se alivie su sufrimiento, y que se disfrute al máximo de la experiencia. En algunos estudios realizados con deportistas amateur antes de la competición, se constata un alto grado de motivación por alcanzar los objetivos propuestos, pero también, en no pocos casos, un exceso de tensión, incertidumbre y preocupación relacionado con la trascendencia subjetiva de la prueba y la posibilidad de no alcanzar los objetivos deseados
asociativos o disociativos.
Los tienen que ver con las propias sensaciones corporales del deportista (percepción de esfuerzo, ritmo, pulso…).
Los tienen que ver con pensamientos ajenos a la actividad (es decir, pensar en cosas que nada tienen que ver con la prueba). Las estrategias asociativas favorecen el rendimiento (correr más rápido, superar momentos críticos, etc), por lo que pueden ser más oportunas durante la competición, dejando los disociativos para los entrenamientos. Sin embargo, las carreras