BENEFICIOS DEL TRAIL RUNNING PARA EL TRIATLETA
Fortaleces mayor número de músculos. Al correr por terreno blando evitas sobrecargas articulares, con lo que disminuyes el riesgo de lesión. Por esta misma razón puedes hacer sesiones más largas de resistencia de base, de varias horas incluso, si alternas correr con andar. Aporta mayor sensación de bienestar y libertad, dejando para más adelante el estrés de los ritmos, test… Debido a la irregularidad del terreno, ayuda a “despertar” nuestros pies y hacerlos más eficientes, y no una mera prolongación de nuestras piernas, y que el impulso en nuestra carrera empiece por ellos.
Tu musculatura debe prepararse para las subidas y mucho más para las bajadas. En pendientes muy pronunciadas no siempre es más ventajoso subir corriendo, por lo que será mejor hacerlo caminando con las manos en las rodillas. En las carreras de montaña, en las subidas ni se pierde ni se gana mucho; la verdadera diferencia está en las bajadas. El trabajo específico de fuerza en cuestas puede realizarse en varios tipos de pendientes concentrándote en los apoyos (casi por obligación del terreno, de metatarso o puntera), en la respiración rítmica y en las sensaciones. Lo ideal es entrenar esfuerzos de subida y bajada en una misma sesión. Tramos de 30’’ a 2’ a ritmo fuerte y aprovechando las bajadas para recuperar suave y entrenar la técnica adecuada de bajada, fijándote en los apoyos y anticipándote al terreno. Se puede realizar a la inversa, es decir, hacer la subida despacio y la bajada a mayor velocidad, pero siempre controlando nuestro cuerpo y no dejándonos llevar de forma descontrolada por la pendiente descendiente. Es importante saber mantener un ritmo constante en las subidas largas; por eso, también es recomendable entrenar las cuestas largas, que te lleven entre 15 y 20 minutos. Y adecua tu zancada al terreno. Es importante saber acortar o alargar la zancada en cada momento.