DISFUNCIÓN MUSCULAR
Al igual que otros músculos del cuerpo, la disfunción abdominal puede darse por dos motivos, principalmente: el primero es que los músculos pueden perder tono o fuerza debido al desuso. Demasiadas horas sentado suele ser el motivo más habitual, también entre los atletas. Algunos ejercicios muy bien intencionados pero pobremente diseñados, como los tradicionales sit-ups o una máquina de abdominales, pueden causar desequilibrios musculares al hacer que ciertas fibras queden demasiado tensas mientras otras permanecen débiles. El resultado de ello es una mala postura, un caminar irregular y el acortamiento o tensión de los músculos antagónicos; concretamente los de la parte inferior de la espalda. Este suele ser el cuadro clínico en la mayoría de los pacientes que sufren dolor de espalda. Simplemente contrayendo los abdominales de manera regular y suficiente a lo largo del día, tal y como hemos descrito antes, puede ayudar a mejorar en gran medida la función muscular y reducir o eliminar el dolor. Una segunda causa de la disfunción muscular abdominal es la inhibición anormal. Este es un problema neuromuscular en el que está implicado el cerebro y los nervios que conectan con cada fibra muscular. En esta condición puede desarrollarse el mismo tipo de dolor en la parte lumbar y otros problemas. Pero aquí el ejercicio físico no ayuda demasiado puesto que se trata de un dolor causado por el sistema nervioso, y no por el desuso o cierta debilidad muscular. Es como si se hubiera encendido un interruptor que desactivara el músculo. Un cuerpo sano puede corregir este problema en algunas ocasiones. Pero a menudo es necesario dar con un buen terapeuta que sepa evaluar los músculos y aplicar la terapia adecuada. Para tratar ambas situaciones —poca fuerza y disfunción neuromuscular—, el biofeedback puede resultar efectivo, ya que esta técnica permite entrenar la mente para que se comunique mejor con un mayor número de fibras musculares durante cada contracción, lo cual resulta en un mejor funcionamiento y un aumento de la fuerza. Los músculos abdominales pueden ser nuestros mejores amigos cuando hablamos de forma física. Cuidar de ellos de una manera adecuada implica utilizarlos sabiamente: sin abusar de éstos ni obviarlos. Volver a entrenar la comunicación entre el cerebro y la musculatura es algo que puede conseguirse y mantenerse con facilidad, y puede mejorar la función corporal, eliminar el dolor y aumentar el rendimiento deportivo.