Claves en el rendimiento de la carrera en un triatlón
Casi sin darnos cuenta, la temporada de triatlón no sólo ha comenzado sino que se han disputado un gran número de pruebas del calendario nacional. Muchas ilusiones, horas de entrenamiento y sacrifici s que, en algunos casos, habrán tenido la recompensa del trabajo bien hecho, pero en otros habrán supuesto un revés en forma de rendimiento por debajo de lo esperado. Cuando valoramos nuestro rendimiento, éste casi siempre se relaciona con un puesto o un tiempo con el que cruzamos la meta. Y cruzamos la meta tras completar el segmento de carrera a pie, el que define g an parte de nuestra valoración global en la prueba, aunque sólo se trate del tercer sector de la misma. A continuación te ofrecemos algunas claves para mejorar la carrera a pie en el triatlón.
La temporada es larga y quedan aún muchos objetivos que alcanzar. Quizá el primer paso para encaminarnos decididamente hacia los mismos sea descubrir nuestros puntos débiles y dar con las claves para mejorar nuestra carrera a pie lo que, globalmente, nos hará también mejores triatletas. El triatlón es un deporte de resistencia en el que, como en otros deportes, la capacidad aeróbica máxima y la posibilidad de mantener una fracción alta del consumo de oxígeno máximo durante la competición son determinantes para el éxito. Sin embargo, posee algunas peculiaridades que lo diferencian de otros deportes de resistencia. Uno de ellos es la segunda transición, que marca el final del sector de ciclismo y el comienzo de la carrera, y que constituye un momento clave, pues la capacidad de hacer de forma efectiva el cambio de ciclismo a carrera es determinante para el rendimiento, ya que la respuesta cardiorrespiratoria durante la carrera a pie de un triatlón se ve aumentada por diversos factores. Esta respuesta, comparada con una carrera a pie aislada, está caracterizada por aumentos progresivos de la frecuencia cardiaca y respiratoria, fatiga de los músculos respiratorios, posibles alteraciones en la difusión de fluid s en la carrera respecto a la bici, y descenso de la economía de carrera y del rendimiento. Las causas que permiten explicar esta respuesta específi a son de carácter multifactorial y no es posible establecer claramente la importancia de cada uno de ellas. Sin embargo, los factores que parecen estar relacionados
con este descenso del rendimiento están relacionados con la fatiga previa producida por el sector de ciclismo (a nivel cardiovascular, muscular y también por la menor disponibilidad de glucógeno). A nivel neuromuscular, al cerebro y a la médula espinal les lleva un tiempo ajustarse completamente a los nuevos patrones de coordinación neuromuscular que se necesitan para correr, y durante este período de ajuste la carrera parece lenta y descoordinada aunque este hándicap mejora con el paso de los minutos. Este dato es corroborado con la impresión de muchos triatletas que han expresado una sensación de descoordinación durante la T2 y los primeros minutos de la carrera a pie. Sin embargo, triatletas de talla mundial, como Javier Gómez Noya y los hermanos Brownlee, durante los pasados JJOO de Londres, realizaron un primer parcial en la carrera a pie (2,5 kilómetros iniciales) a ritmo de 2’48’’, descendiendo este ritmo paulatinamente en los siguientes parciales hasta un ritmo entorno a los 3’ en los 2,5 kms f nales. Esto quiere decir que la habilidad para hacer un cambio efectivo y rápido de segmento en la T2, a pesar de las respuestas específ cas negativas que se dan en el triatlón, es entrenable y mejorable, y estas mejoras marcan la diferencia en el rendimiento f nal de la carrera a pie.