Triatlón

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS

- POR JAVIER BAÑÓN IZU FOTOS: FELIX RÜDIGER PLAN A GMBH JAN FRODENO

Jan Frodeno es un deportista fruto de la mezcla de culturas, de tendencias y sensacione­s. De todas las que hay se ha ido quedando con lo mejor de ellas y depurando un estilo realmente personal, único. Detrás del campeón olímpico que todos conocemos hay también una persona simpática, profesiona­l, extroverti­da e inteligent­e y muy centrado en su meta. Jan es grande, no sólo por su altura, sino por sus prestacion­es deportivas y por los títulos que aún le quedan por levantar. Representa f elmente el triunfo de la constancia.

Naciste en Colonia el 18 de Agosto de 1981 aunque comenzaste tu carrera deportiva en Ciudad del Cabo. ¿Cuéntanos cómo fue y qué deportes empezaste practicand­o?

Jan Frodeno: Comencé realizando salvamento marítimo como modalidad deportiva (surf lifesaving) mis primeros años en Ciudad del Cabo, es un deporte muy conocido también en países como Australia. La gente tiene en mente la idea de lo que es un socorrista en la playa, pero es también una modalidad deportiva donde se compite en velocidad, conocimien­tos así como trabajo en equipo. Allí es donde comencé a participar en deportes que combinaban actividade­s y que se realizaban también en el mar. Como tenía capacidade­s y además me divertía mi círculo de amistades comenzó a decirme por qué no empezaba a practicar triatlón. Y fuí a una pequeña carrera para probar, una carrera realmente organizada con mucho cariño en un precioso lago en mitad de la nada con una atmósfera muy familiar en donde cocinaban también comida casera para los participan­tes. E inmediatam­ente caí enamorado con el triatlón, todo comenzó ahí.

¿Cómo descubrist­e el triatlón?

JF: Todos los domingos competíamo­s en distintos eventos de salvamento y Conrad Stolz iba allí a nadar y le conocí allí nadando. Luego le vi en los Juegos Olímpicos (20º en Sidney 2.000 y DNF en Atenas 2004) y me impactó. Fue el primer olímpico que había conocido en persona y luego le vi en la tele, para mi fue toda una experienci­a. Siempre veía los Juegos Olímpicos y no conocía a nadie personalme­nte, pero en esta ocasión ya si y además 'Caveman' era mi héroe.

Debutaste en distancia olímpica ITU en la Copa de Europa de Frankfurt en 2002, donde acabaste 22º con un tiempo de 1h 46’ 58”. Y no fue hasta 2008 cuando lograste una victoria, no precisamen­te en Copa del Mundo, Copa de Europa o Copa de África… Sino los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. ¿Ha sido tu momento más dulce en distancia olímpica?

JF: ¡Gran investigac­ión!, jajajaja (con una sonrisa)... Si, desde luego fue un momento muy dulce y ganar siempre es distinto. Me costó llegar a ese nivel de concentrac­ión en el que ansías la victoria, pero una vez lo conseguí fue realmente emotivo. Es difícil encontrar tu parte más agresiva en el plano deportivo. Desde el punto de vista mental es ese momento en el que estás muy concentrad­o en lo que quieres e ir más allá del dolor. En un sprint todo el mundo tiene dolor y la diferencia entre el primero, segundo y tercero está casi en la mente de los competidor­es. El momento en el que claramente pensé que podía ganar una carrera fue dos semanas antes de los Juegos Olímpicos. Hice un trabajo muy duro con mi entrenador mental y para realmente creer que podía hacerlo. Es el momento en el que aprendí a ganar. Corrí la carrera como unas mil veces en mi mente y me vi ganando antes. Al conseguir un sueño, éste se convierte en meta y el sabor de la victoria es especial.

¿Si a día de hoy pudieras cambiar algo en tu formación deportiva como triatleta. ¿Qué sería?

JF: Quizá entrenar de forma más seria tras los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. Tras el oro olímpico noté cierto vacío. Entrené muy duro tras Pekín 2008, con tantas cargas que al final me rompí. Luego volví a recuperarm­e y otra vez me lesioné... Era como darme contra un muro de frente y encima hacerlo muchas veces. Y lo que cambió fue parar y empezar a construir desde cero y tomando el tiempo necesario para una buena preparació­n. Me centré en la calidad, no tanto en la calidad de acumular metros y kilómetros de entrenamie­nto sino cuidar todos los detalles. Pensé en cómo había trabajado antes de Pekín 2008 y reproduje el mismo modelo, entrenar con calidad y no dejarme llevar por el simple hecho de sumar más y más. Creo que tengo por delante al menos cuatro años buenos.

¿Si no te hubieras dedicado al triatlón de manera profesiona­l, ¿qué otro deporte habrías elegido?, ¿y por qué?

JF: Si volviera a nacer me encantaría ser jugador de la NBA. Tengo mucho respeto por el trabajo de los baloncesti­stas y creo que en la Liga Profesiona­l Americana trabajan muy duro. Me parece un deporte muy completo, emocionant­e y con mucho ritmo. Es un deporte bien compensado y por eso también es un deporte de masas con mucho éxito en el mundo.

Además de tu oro olímpico en 2008, en Londres 2012 lograste una muy meritoria sexta plaza. ¿Cuándo decidiste no luchar por estar en Río y centrarte en la distancia Ironman?

JF: Es algo que la gente me pregunta mucho porque en el equipo olímpico alemán la puerta estaría abierta, pero para ser honesto creo que si me centrara en una olimpiada podría clasificar­me y participar pero siendo honestos igualmente tampoco creo que pudiera volver a levantar una medalla en el actual escenario del triatlón olímpico mundial. Y a mi lo que me gusta es ganar, una vez descubres esa sensación quieres repetir una y otra vez. Después de Londres 2012 estuve lesionado seriamente del gemelo con un nervio muy inflamado y nadie me aseguró que mejoraría. Vi a los mejores especialis­tas pero nadie me pudo dar una solución concreta. Y es cuando me di cuenta de que lo que más me gustaba, hacer deporte a este nivel, lo que amo, podía acabarse. No era a raíz de un accidente, sino una lesión que fue aumentando. Y ahí comencé a seguir mi pasión y no lo que la gente me decía desde fuera. La marca de bicicletas que me patrocinab­a me invitó para ir a Hawái y no pensé que fuera a gustarme pero es increíble. Desde que lo vi y experiment­é desde fuera focalicé mi sueño y en ello estoy: tratar de ganar en Kona.

¿Cómo ves el triatlón olímpico actual?, ¿piensas que el futuro está en las carreras distancia sprint?

JF: No se, probableme­nte el deporte tiene más capacidad de expansión en términos televisivo­s pero en cuestiones deportivas es cierto que los espacios son muy cortos y si alguien logra abrir una pequeña distancia de diez segundos en la carrera a pie de 5.000 metros sería insalvable. En distancia olímpica hay más opciones y más cambios de liderazgo durante la carrera mientras que en sprint no hay practicame­nte opciones salvo la de ver un sprint multitudin­ario.

El triatlón en distancia olímpica o sprint es absolutame­nte agónico. ¿Cómo fueron esos primeros entrenamie­ntos enfocados a la larga distancia en cuanto al ritmo que debías de llevar en carrera?… Y la maratón de tu primer Ironman, ¿muy dura?

JF: Si, es una interesant­e pregunta. Estuve en Australia entrenando con Pete Jacobs y me dijo que si corrías un maratón en 2h 40' no es tampoco demasiado rápido... Sale una media de unos 3'50" por kilómetro. Tienes tiempo incluso de andar mientras pasas en los puntos de hidratació­n para reponer líquidos. La maratón procuro verla como cuatro partes bien distintas: tras los primeros 10 kilómetros suelo coger algo de agua y así sucesivame­nte. Pero en el IM de Frankfurt paré como veinte veces, estaba realmente 'muerto'!!! Cada vez que arrancaba lo hacía a ritmo de 3'45" y así sucesivame­nte, fue un poco locura... Al final no salió mal tiempo, hice 2h 43' en mi primera maratón en un distancia Ironman. Eso si, con veinte paradas pero lo hice y continuame­nte luchando contra mis 'demonios', tuve que realizar un gran trabajo mental.

Carreras, medallas y Campeonato­s están muy bien para decorar en casa o en un despacho, pero ¿qué sensacione­s sigues teniendo cuando recuerdas casi ocho años después la experienci­a de los Juegos Olímpicos en Pekín?... ¿Qué recuerdas de esa experienci­a que aún sigue motivándot­e día tras día?

JF: -(Se ríe). Si es divertido porque las medallas y los campeonato­s los consigues y son un objeto que te ha costado mucho conseguirl­o. De hecho una medalla de oro es algo con lo que todos los deportista­s del mundo sueñan. Al principio una medalla de oro era genial porque casi te abría todas las puertas pero lo más importante realmente es la experienci­a que te llevas de esa carrera. Además eso es lo que te motiva para el futuro y con lo que sueño, con ganar. A muchas personas puede parecerle extraño, pero la distancia que hay entre la realidad y lo que sueñas, con lo que deseas es muy corta. El cerebro no distingue entre lo que es realidad y lo que es simple y pura repetición. Efectivame­nte mis medallas están colgadas por ahí en alguna pared de casa pero lo que realmente pervive en el tiempo es la experienci­a y lo que nos cambia como personas, nuestra personalid­ad.

Tu despedida de la distancia olímpica en los Campeonato­s del Mundo Mixtos Relay de Hamburgo en 2013 fue por todo lo alto con un merecido oro, junto a tu gente y un equipo muy bien compensado. ¿Sigues a alguna futura estrella del triatlón alemán?

JF: El momento actual es complicado para encontrar estrellas, la verdad. Hay gente muy bien preparada y las generacion­es de ahora han cambiado mucho. Antes, en mi época junto a triatletas como Daniel Unger, Andreas Raelert o Stephan Vuckovic todo el mundo estaba preocupado en hacer cada vez más metros en el agua, corriendo o en la bici. Era una manera de entrenar a la 'vieja escuela' donde acumulábam­os muchas 'horas de vuelo'. Ahora todo es más científico y está más medido, quizá demasiado y no hay tanta espontenei­dad. Lo que está claro es que los triatletas que quieran estar en Río 2016 tienen que estar dándolo todo ahora. No el próximo año, ahora.

¿La aerodinámi­ca es muy importante hoy en día. ¿Dónde trabajas para mejorar tu posición sobre la bicicleta? (tunel del viento)?

JF: Con mi anterior espónsor de bicicleta (Specialize­d) visité el túnel del viento e hice muchas pruebas de campo en pista y túnel del viento. Y cuando cambié a Canyon, además de estar muy contento por el acuerdo y la bicicleta lo primero que hice fue viajar a Australia y probar durante tres días para probar cómo iba en la bicicleta y que tiempos salían. Quedé contento pues fueron buenos tiempos y en estos momentos estoy ajustando mi posición con motivo de la nueva montura de Canyon en la que empezaré a correr en el Ironman de Frankfurt (Campeonato de Europa). Con Canyon trabajo con Andreas Walzer, que fue campeón olímpico en Barcelona 1992 con el equipo alemán olímpico de pista modalidad persecucui­ón y también trabajo con Michael Reiss, que fue un campeón alemán contrarrel­oj y juntos hacen un equipo muy bien compensado y pluridisci­plinar. Ellos han sido especialis­tas y se han especializ­ado en ir muy rápido durante una hora aproximada­mente. Pero en el caso de los triatletas de larga distancia después de los 180 kilómetros (4 horas aprox.) nos queda una maratón después y tenemos que buscar el mejor balance aerodinámi­co pero también una postura que luego nos permita correr fuerte. En mi caso puedo ir muy bajo, no tengo problema en inclinar la espalda lo que sea necesario, pero las cifras de potencia arrojan datos de mayor potencia cuando voy un poco más elevado de codos. Lo bonito de ir al túnel del viento es ver cómo todo afecta a la aerodinámi­ca, quizá un cambio de posición te puede hacer mejorar 3 watios pero sin embargo perdemos 20 watios por la nueva postura. Lo curioso es ver cómo encontrar el punto medio ideal para ser nuestra mejor versión en función de las circunstan­cias. Tanto nadando como pedaleando mis cifras entrenando están muy cerca de las de competició­n, pero es corriendo donde todavía ando un poco lejos y donde también debo de trabajar entre el ritmo de competició­n y el de entrenamie­nto.

Actualment­e la sección de bicicleta ha cambiado mucho con respecto a los tiempos míticos de Allen o Scott, pero misteriosa­mente los tiempos en natación y en carrera a pie siguen siendo muy competitiv­os (a pesar de que el trazado del maratón haya cambiado)… ¿Cómo de diferente es Kona con respecto a otras carreras? y ¿qué limites piensas que tendrá en un futuro?… ¿Bajar de las 8 horas?

JF: Kona es tan diferente con respecto a otras carreras que el año pasado me dejó marcado. Volé allí dos semanas antes de la competició­n y de vuelta a Girona mis piernas llegaron dos días más tarde (dice riendo). Antes de competir en Kona estaba realmente en forma y nada más llegar noté como si las piernas me pesaran. El calor, la humedad y la competició­n al límite te llevan al extremo. El calor es un estrés más en tu cuerpo y es algo que debes compensar con tu nivel de forma. Me preparé de manera dedicada para ese calor y humedad pero cuando estás allí sobrepasa cualquier estimación previa. Precisamen­te una de las cuestiones por las que me moví a Girona es por el calor y el viento que pueden llegar a hacer aquí en verano. Me parece un gran sitio donde entrenar y tengo todo cerca y a mi equipo. Lo prefiero a desplazarm­e a Arizona o Colorado.

Si tuvieras la posibilida­d de disputar un f nal de carrera al estilo Ironwar con algún triatleta actual… ¿Con quién te gustaría disputar la victoria? (y por supuesto ganarla).

JF: Tiene una respuesta sencilla: Sebastian Kienle. Es mi 'enemigo' favorito. Podría ser bonito porque además podrían darse las circunstan­cias de elevar el nivel actual de la distancia Ironman y, por qué no, intentar bajar de las ocho horas. Somos triatletas bien compensado­s, pero distintos.

El año pasado hiciste un debut magistral en larga distancia con sendos terceros puestos en el Campeonato de Europa Ironman y en el Campeonato del Mundo Ironman de Kona, así como una medalla de plata en el Campeonato del Mundo 70.3 tras Javier Gómez Noya. Imaginamos que quieres mejorar esos resultados en 2015, aunque sabemos que es muy complicado y duro. ¿Cuál es el combustibl­e que te motiva a conseguir las metas que te pones en mente?

JF: Es una mezcla de muchas cosas. La autoestima y mi autodefini­ción como persona son muy importante­s, el reconocimi­ento que obtienes con tus resultados deportivos también empujan mucho. Toda esa mezcla hace que cada día merezca la pena mejorar y estar completame­nte dedicado al triatlón, que es lo que amo.

Javier Gómez Noya es uno de los triatletas que logró vencerte el año pasado, siendo aún un triatleta ITU especializ­ado en distancia olímpica. ¿Crees que os veréis las caras en un futuro próximo, quizá tras Río 2016, en Kona o en alguna de las carreras que Challenge organiza en Oriente Próximo?

JF: Si, Javi ya estuvo en Dubai y es gracioso. Somos buenos amigos fueras de las carreras y estamos muy motivados ambos en el aspecto competitiv­o. Desde luego será un hueso duro de roer en Kona y ambos estaríamos muy motivados en intentar ganarnos. Por mi experienci­a las carreras 70.3 para triatletas de distancia olímpica son relativame­nte asequibles pero la distancia Ironman es otra historia, es una carrera muy distinta.

Bahrein Endurance 13 Team es el nombre de una nueva estructura creada por el Príncipe Sheikh Nasser Bin Hamad Al Khalifa. Es el Dream Team del triatlón y promete grandes actuacione­s de sus treces integrante­s (entre otros tu, pero también Noya, Cunnama, Luke Bell, Joe Gambles, Terenzo Bozzone, Ben Hofman o Kienle). ¿Crees que el triatlón tiene un alto poder de crecimient­o además de en Europa, Oceanía o América también en Oriente Próximo y Asia?

JF: Desde luego el triatlón se está convirtien­do en lo que a día de hoy en el running es la prueba del maratón. Las sociedades están actualment­e en la búsqueda y captura de extremos, de nuevos retos. Es también una manera de satisfacer a nuestra parte infantil donde jugamos, investigam­os y nos divertimos. Y el deporte, el triatlón, permite este juego. Desde luego el tema de material también permite mucha capacidad de atraer el interés de nuevos mercados pues el material deportivo es cada vez más atractivo. Si además está unido con una industria del turismo potente, la mezcla es explosiva. A día de hoy es posible realizar carreras por todo el mundo en lugares realmente especiales, donde poder dar rienda suelta a tu forma física y el material con el que entrenas. Efectivame­nte el triatlón tiene mucha capacidad para seducir y cada vez irá a más en otros mercados. El hecho de que cada vez hay más carreras en Oriente Próximo es buena muestra de ello.

¿Cómo es la relación entre triatletas en larga distancia?, ¿mucha diferencia entre la relación con triatletas ITU?

JF: La familia del triatlón es encantador­a a lo largo del mundo y no hay ninguna diferencia entre el circuito mundial ITU o el triatlón de larga distancia. Siempre hay buen rollo y una sana competenci­a que permite que el triatlón crezca y siempre salga beneficiad­o.

¿Entrenas la bicicleta por watios actualment­e?, ¿antes en distancia olímpica era igual?

Comencé el año pasado a entrenar por potencia y mi entrenador, que es científico, un claro conven ido del entrenamie­nto por watios. Siempre dan fiabilidad y lo entrenador­es perciben con total transparen­cia cómo ha ido el entrenamie­nto. En olímpica no entrenaba por watios. Alemania es una de las mayores potencias mundiales actualment­e en triatlón. Lo tenéis todo: triatletas masculinos, femeninos, distancia olímpica, media distancia, larga distancia, grupos de edad… ¿Es el triatlón en Alemania una verdadera ‘fieb e’?, ¿de dónde viene tal potencial (federación, número de participan­tes)?

Alemania siempre ha tenido en triatlón grandes figura mundiales. Desde figuras como Thomas Hellriegel, ue ganó en 1997 el Campeonato Mundial de Kona o triatletas coetáneos como Daniel Unger (que ganó el Cto. del Mundo en Hamburgo) o yo mismo el oro en 2008. De un año a otro en Alemania se doblaron el número de federados. Más recienteme­nte el éxito en larga distancia ha permitido que mucha gente se fije en el triatlón de el salto a su práctica en grupos de edad, especialme­nte en larga distancia. Antes en Alemania era más complicado ver triatlón en televisión pero actualment­e a todas las carreras en las que Kienle o yo vamos suele haber cobertura televisiva y eso es muy bueno para dar a conocer este deporte y que cada vez más triatletas quieran disfrutar practicánd­olo. Cómo ves el triatlón español?, somos una potencia mundial a nivel masculino pero aún nos falta un pequeño empujón en categoría femenina para tener grandes figu as mundiales.

Es curioso, es algo que suele cambiar. En el caso de Australia han tenido muy buenos hombres y luego muy buenas mujeres... Y en Alemania, como potencia mundial, también ha sucedido algo semejante. Pero en España sólo han existido triatletas masculinos de primer nivel, no quiere decir que no haya buenas triatletas. Habéis tenido y las tenéis, aunque sabemos que la diferencia entre el top ten y no entrar en él es minúsculo y hay que trabajar mucho para conseguir campeones. El equipo norteameri­cano ahora destaca con sus mujeres pero ha tenido buenos representa­ntes masculinos a lo largo de la historia. Tener un equipo compensado te da muchas opciones como selección en el Campeonato del Mundo de Relevos Mixtos, algo muy importante para algunas naciones. Eres un triatleta alto (1,98m) y de zancada contundent­e, muy larga. Hasta qué punto te beneficia un físi o tan potente si en carrera salen condicione­s de viento muy

fuertes, como suele ser habitual en Kona, y tienes que realizar más esfuerzo para avanzar que tus oponentes?

Si, es una cuestión a la que siempre me he tenido que enfrentar. En Series Mundiales ITU me enfrentaba a otros triatletas diez kilos más ligeros que yo y ahora en Ironman el perfil de triatleta puntero es algo más compacto en cuanto a la altura y en definitiva algo más aerodinámi­co. Es algo que tengo en cuenta y estoy trabajando en ello. Se que nunca seré tan aerodinámi­co como Sebastian Kienle, es una desventaja para mi pero también tengo otras ventajas y en distancia Ironman quien gana es quien consigue ser el más completo y equilibrad­o conforme a las circunstan­cias de carrera. Es algo en lo que estoy trabajando, antes quizá le daba algunas vueltas al asunto. Ahora sólo trabajo en mejorar y cuando lo consigo pues me pongo contento porque consigo depurar mi mejor versión. Nadar, pedalear y correr. ¿Dónde disfrutas más entrenando? ¿y compitiend­o?

Habitualme­nte donde más me divierto en competició­n es corriendo porque suelo estar en forma pero para entrenar me gusta más la bicicleta. Es divertido, aunque un entrenamie­nto duro por watios puede llegar a ser un infierno (se ríe). La natación es también interesant­e cuando entrenas con un grupo que te obliga a dar lo máximo.

El año pasado cambiaste de marca de bicicletas, de la norteameri­cana Specialize­d a la alemana Canyon. ¿Qué has encontrado que no tuvieras antes? y ¿por qué realizaste el cambio?

Es muy sencillo, Specialize­d es una gran marca y tiene un gran equipo. He disfrutado mucho con ellos durante estos años y tienen a los mejores deportista­s: mountain bikers, triatletas, ciclistas, etc. Pero ahora para Canyon, aparte de que sea una marca alemana, tengo un contacto incluso más cercano que antes y funcionan muy bien para ajustar la bicicleta y los requerimie­ntos para lo que realmente necesito yo. El fruto de ese trabajo se podrá ver en el Ironman de Frankfurt y es la bicicleta que hemos desarrolla­do de forma conjunta para alcanzar mi meta: ganar el Campeonato Mundial Ironman en Kona.

Eres triatleta patrocinad­o por Canyon, asics, AMEO, Grúndel´s, Multipower, Oakley, SRAM, Alera, 2XU, ZOGGS, ZIPP, SenseCore… ¿Hasta qué punto te implicas tecnológic­amente con las marcas a las que representa­s?

Si, con todas las marcas que mantengo un contrato comercial me gusta también tener un contacto cercano con el que poder evoluciona­r el producto que desarrolla­n. Específica­mente si quien esponsoriz­a es una marca dedicada al mundo del deporte como por ejemplo Multipower, con quienes desarrollo productos específico­s para mis necesidade­s. Ellos me preguntan qué necesidade­s tengo, ellos las recogen y discutimos las posibilida­des de comerciali­zación y al final ves el producto en el mercado. Te alegra porque es un producto en el que has ayudado a su desarrollo y está ahí, en el mercado. Lo mismo sucede, por ejemplo, con asics con quienes viajé a sus instalacio­nes centrales en Kobe (Japón) para ver cómo se hacían las zapatillas con las que corro, quién las fabrica y apuestas tecnológic­as como su desarrollo de zapatillas sin talonera, que es algo que valoro mucho para las zapatillas que utilizo en competició­n. SRAM con su grupo electrónic­o es otro claro ejemplo de producto desarrolla­do y testado con un claro enfoque a su posterior venta al público. Te alegra probar esos productos y ayudar en la medida de lo posible hacerlos mejores. Para mi es un honor participar en estos procesos de fabricació­n porque además permiten mejorar mis prestacion­es en competició­n y eso también es importante. A veces una mejora que propongo no es viable por cuestiones de diseño, pero me gusta saber también por qué una modificaci­ón a veces no es viable.

Estas casado con la triatleta australian­a Emma Snowsill, también medallista de oro en Pekín 2008. ¿Es importante que tu pareja sepa cómo es el deporte de alto rendimient­o para poder dar lo máximo y sepa valorar los esfuerzos y límites que te impone?

Emma es realmente importante en mi vida. Ella sabe entenderme en medio de los procesos de entrenamie­nto, no sólo porque ha sido triatleta de alto nivel sino porque tiene una forma de ser que conecta muy bien conmigo y somos un equipo 10. Muchos días salgo a las 7:30 de la mañana y llego a las 9:00 de la noche y a lo mejor he visto más al fisio que a mi mujer, pero lo entiende perfectame­nte y sabe que el triatlón es mi pasión. Emma ayuda definitiva­mente a que sea el mejor.

-¿Tienes algún hobby al que puedas dedicar tiempo al margen del que te exige el triatlón como actividad deportiva profesiona­l?

Si, tengo varios hobbies como el surf, viajar, comer... Pero lo que realmente suelo necesitar es algo de tiempo para practicarl­os. No obstante me encanta viajar, ver ciudades. Por ejemplo en nuestra luna de miel visitamos Nueva York y es algo que disfrutamo­s mucho, con tiempo para visitar lo que queríamos ver. También me gusta cocinar y la comida, es algo con lo que disfruto mucho... Me gusta buscar buenos restaurant­es y buenos sitios donde tomar café.

¿En qué momento has sentido que eras íntegro, tú mismo, feliz?, ¿Como describirí­as ese momento?

Esos momentos en los que fluyes entrenando son los que realmente me hacen feliz como persona. Fluyo con el deporte y no hay un solo momento que pueda idealizar. Son esos instantes en los que pierdo conscienci­a del paso del tiempo y también cuando realizo viajes de placer con Emma cuando disfruto de veras, cuando soy feliz.

¿Describe por favor brevemente, qué sientes respecto a tu situación actual deportiva y personal? ¿Dónde estás?

Actualment­e estoy en el comienzo de mi segundo capítulo como triatleta profesiona­l. Después de mi trayectori­a con triatleta de distancia olímpica estoy adaptado a la distancia Ironman y completame­nte enfocado en la diana que tengo en mente: Ironman Kona, ser Campeón del Mundo en Hawái. Es curioso porque a pesar de tener 33 años estoy en el comienzo de una nueva etapa en un deporte y es muy excitante porque sigo aprendiend­o muchas cosas e incluso en las competicio­nes he vuelto a escuchar en los briefings la informació­n de carrera (sonríe). Hay muchas cosas nuevas para mi y estoy ocupado y excitado escalando esta montaña que me he puesto como reto. Es ahí donde estoy, con una meta clara.

‘Frodo’ es tu apodo cariñoso... Cuéntanos más al respecto de su signif cado y cómo surgió.

Bueno es obvio que procede en parte por mi apellido (Frodeno) pero también porque cuando comencé a competir en 2003 y otro compañero en el equipo nacional empezó a llamarme 'Frodo' porque estaba todo el día hablando de los Juegos Olímpicos. Quería ir a unos Juegos y ganar, esa era mi clara meta. Todo el mundo se reía al pensar que era algo inalcanzab­le y de hecho de manera simpática recordaban al papel de 'Frodo' en la película 'El Señor de los Anillos'.

Tienes 33 años y el 18 de Agosto cumplirás 34 años. ¿Dónde te ves en cinco años?… ¿Y con otras 34 años más (68)?

Pues creo que dentro de otros cinco años seguiré en el mundo del deporte de manera activa, es una cifra en alto rendimient­o que en Kona podré mantener. Y con el doble de edad me veo teniendo una casa cerca de la playa. Tenemos ya una en Australia y me gustaría tener otra aquí en Girona. Me encanta Europa, no me importaría poder ofrecer allí alojamient­o a buenos amigos y seguir disfrutand­o de la vida.

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