Triatlón

Consejos básicos

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1 Los peligros de la deshidrata­ción.

Según un estudio publicado hace años en “Medicine & Science in Sports & Exercise”, en atletas de medio fondo una pérdida de agua del 1,5 - 2% del peso corporal causa una disminució­n del 10% de la velocidad, y otros estudios demostraro­n que una deshidrata­ción del 4% reduce hasta un 30-40% el rendimient­o deportivo. Y pérdidas por encima del 6% del peso corporal pueden provocar ya un agotamient­o severo y serios problemas físicos (alteración de la termorregu­lación, incremento del ritmo respirator­io, mareos, adormecimi­ento de extremidad­es...). Con una actividad deportiva intensa en situacione­s de calor se pierden, de promedio, de 1 a 2 litros de líquido cada hora.

2 No sólo agua.

En estos casos, el aporte de sales minerales y agua deben estar equilibrad­os para un rendimient­o óptimo. La falta de agua provoca deshidrata­ción… pero igualmente grave puede ser beber sólo agua en un esfuerzo intenso de larga duración, ya que la escasez de sales (que se pierden en gran medida a través del sudor) provoca bajada del rendimient­o, calambres y, en casos extremos, hiponatrem­ia (nivel bajo de sodio en la sangre).

3 Beber antes de tener sed.

Es importante empezar el entrenamie­nto o competició­n bien hidratados. Para ello, se recomienda beber alrededor de 500 ml de líquido en las dos horas previas. Una vez iniciado el mismo, debes beber con regularida­d. Según el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACMS) la ingestión de bebidas isotónicas durante el ejercicio debe ser de 400-800 ml por hora, bebiendo pequeñas cantidades cada 15-20 minutos. Recuerda que siempre debes adelantart­e a la sensación de tener sed. A posteriori, para una correcta rehidratac­ión se recomienda beber un litro y medio por cada kilo de peso perdido en las seis horas siguientes al ejercicio.

4 Mejor en pequeños sorbos.

Cuanto mayor es la cantidad de líquido absorbido a la vez, mayor es el tiempo que se necesita para el vaciado gástrico, y menos eficaz es la rehidratac­ión. Para una mejor digestión durante el ejercicio, lo ideal es beber un par de tragos cada vez.

5 Temperatur­a ideal.

La temperatur­a ideal para consumir estas bebidas está entre los 9 y 15ºC, temperatur­a a la que mejor se asimilan y que favorece el vaciado gástrico. La sensación de sed disminuye de manera más rápida cuando el líquido se encuentra frío, además de resultar más agradable al gusto.

6 Carbohidra­tos.

La mayoría de las bebidas isotónicas incluyen hidratos de carbono de rápida asimilació­n, que aportan un plus de energía. Sin embargo, es recomendab­le que el porcentaje de éstos no exceda del 9% (90 gramos de carbohidra­tos por litro de bebida). La concentrac­ión ideal está entre el 6 y el 9%.

7 Aprende a hidratarte en los entrenamie­ntos.

Además de mejorar tu rendimient­o en el entrenamie­nto y la recuperaci­ón post esfuerzo, dominar bien la estrategia de aporte hídrico (cuándo y cuánto beber) te será de gran utilidad en competició­n. Y esto se aprende en los entrenamie­ntos.

8 A más edad, más hidratació­n.

Hay que tener en cuenta que a mayor edad, mayor será la incidencia del calor y la pérdida de líquidos, por lo que más atención habrá que prestar a una correcta hidratació­n.

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