CAÍDA EN LA VENTA DE COCHES

UnoUno de los índices que mejor informa sobre la salud de la economía de un país suele ser el de la venta de coches. Cuando los ciudadanos invierten en automóviles suele ser porque hay confianza y no existen grandes incertidumbres.

Inquietan, por ese motivo, los actuales datos objetivos sobre el retroceso producido en el sector en el primer semestre del año, con una caída del 5,7%. El mercado de los autos nuevos está prácticamente parado. Las matriculaciones bajaron un 8,3% en junio.

¿Por qué? Incertidumbre, impasse político, la demonización del diésel, la confusión de los compradores a la hora de elegir entre gasolina, gas, híbrido o eléctrico. El Gobierno no ha favorecido la recuperación del mercado. Las diatribas de la ministra para la Transición Ecológica contra el gasóleo han hecho un daño irreparable a un sector que representa el 10% del Producto Interior Bruto (PIB) en España. Y si no se venden coches aquí, los fabricantes llevarán el negocio a otro lado.

¿Es un problema global?. No lo es, porque en Francia y Alemania las cifras son buenas. Sólo Italia presenta una situación de retroceso, parecida a la de nuestro país.

España es una nación con un parque automovilístico anticuado, entre los más viejos de Europa. Eso es peligroso porque influye en la contaminación de las ciudades y perjudica a la seguridad vial.

Por todo ello parece urgente que el Gobierno, aunque esté en funciones, se ocupe un poco del sector y adopte medidas para frenar tan alarmante caída en las ventas.