¿ESTADO O SOCIEDAD DEL BIENESTAR?

TrasTras la postguerra mundial, creció el protagonismo del Estado en Occidente influido por el panteísmo estatal del régimen soviético. El socialismo se reinventó. La familia empezó a dejar de ser reconocida como sujeto de derecho, y la idea de sustituirla por el Estado para todo lo relacionado con la formación de los hijos, transmisión de valores, cuidado de mayores, o el socorro mutuo formó parte de un proyecto de ingeniería social. Pero la institución familiar ha sido básica para el progreso de las sociedades occidentales y explicativa de sus superiores niveles de progreso. Destruirla tiene un coste.

De la fortaleza o debilidad de la familia, han dependido los niveles de capitalización, inversión y empleo de una sociedad; incluso la especialización económica y aprendizaje profesional al constituir en no pocos casos unidades de producción. De la familia «eres», no por «lo que seas». Se aprende esfuerzo, solidaridad, lealtad, en interés del grupo. Sus vínculos permiten la ordenación cultural y social. Al final, del grado de solidez y cohesión familiar depende el nivel de ahorro intergeneracional que, desincentivando el gasto improductivo, genera mayores niveles de bienestar, renta y crecimiento futuro.

La sustitución de las funciones tradicionales de la familia por el «Estado», y no por la sociedad, conduce a la atomización individual, debilitando al grupo, y terminando en un estado mayor de aislamiento, soledad y dependencia. También la ruptura del hogar deviene en niveles mayores de disfuncionalidad y pobreza. Y las mayores demandas de ayudas y transferencias públicas derivadas hacen a las personas menos autónomas y más dependientes. El incremento de la violencia intrafamiliar, el estatismo, el gasto público y la burocratización crece. El Centro Diego de Covarrubias nos lo recuerda en su sexto Cuaderno «Estado de bienestar y destrucción de la familia». Fortalecer la familia es reforzar la «Sociedad del Bienestar» frente a los Estados.

«De la fortaleza o debilidad de la familia, han dependido los niveles de inversión y empleo»