La Razón (Madrid) - Tú Economía

Diversidad e inclusión, una fortaleza más para el negocio

Las compañías comprometi­das con la igualdad de género tienen un crecimient­o superior de media al 5% interanual, según los estudios

- ELENA MAGARIÑOS

Las mujeres significan, en la sociedad actual, más del 50% de la inversión en educación y formación de todos los niveles, incluidos los estudios superiores, másteres y doctorados, así como la formación profesiona­l. Sin embargo, y a pesar de que, según revela el informe «Women in Business 2019», de Grant Thornton, el 87% de las empresas españolas cuentan con al menos una mujer en la dirección de las mismas, tan solo el 30% de los puestos directivos de nuestro país está ocupado por mujeres. Por este motivo, distintas compañías están elaborando programas que orienten a otras empresas a romper el «techo de cristal» para las españolas, como es el caso de «Yo, jefa», desarrolla­do por Trescom, o «Women Pulse», por Grant Thornton. «El entorno actual de negocios, que cada vez es más complejo, obliga a las organizaci­ones a promover un cambio cultural, abrazando la diversidad y la inclusión», explica Isabel Perea, socia de Auditoría de Grant Thornton. «Por eso, la diversidad se está convirtien­do en un imperativo de negocio, en el que las empresas que adoptan equipos directivos compuestos por hombres y mujeres están consiguien­do mejores resultados», añade Perea.

MEJORES RESULTADOS

Y es que «Women in Business» revela con su «Índice de Diversidad» que, a mayor implicació­n en la diversidad de género, más posibilida­des de haber crecido a un ritmo superior de un 5% interanual. «Solo una de cada tres empresas sin implicació­n ha crecido por encima de ese porcentaje. Al final, hay una clara relación entre las medidas de paridad que se aplican y las mejoras en los resultados alcanzados», señala Perea.

De hecho, este estudio se respalda en el último elaborado por la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo, en el que participab­an 15.000 empresas de 70 países diferentes, y que ha llegado a la conclusión de que las compañías que tienen a mujeres en los cargos directivos han registrado un crecimient­o de entre un 5 y un 20%, situándose la mayoría entre el 10 y el 15%.

«Parece posible concluir, con todos estos datos, que el compromiso con el liderazgo femenino al final resulta rentable para las empresas», subraya. En cuanto a las razones que hay detrás, Perea considera que la diversidad trae como consecuenc­ia distintos puntos de vista en la toma de decisiones. «En un estudio que hicimos hace unos años llegaba a la conclusión de que incorporar perfiles diferentes al proceso de toma de decisiones da una mejor respuesta a lo que la sociedad está demandando, y esto, en definitiva, lleva al éxito», recalca.

Sin embargo, el acceder a un puesto directivo puede hacerse realmente difícil para las mujeres. «Lo que parece claro es que no hay frenos para ejercer el liderazgo por falta de formación o preparació­n, sino que son otros motivos, los cuales convergen, además, con los bajos niveles de natalidad en el sur de Europa y con el freno que supone la maternidad para muchas mujeres que desean tener una carrera directiva, pero, sobre todo, con que las responsabi­lidades responsabi­lidades familiares no estén del todo compartida­s», explica Perea. Con ella coincide Merche Aranda, directora del Máster en Desarrollo Directivo, Inteligenc­ia Emocional y Coaching EAE-BS. «Hoy las organizaci­ones demandan una disponibil­idad total a las funciones de dirección, y esta exigencia es más alta cuanto más elevado es el nivel de responsabi­lidad del puesto», subraya.

DEPENDIEND­O DEL SECTOR

Por su parte, Isabel Lozano, fundadora y CEO de Trescom, considera que la desigualda­d en los puestos de dirección depende también del sector al que pertenezca la empresa. «Hay sectores que todavía tienen una mayoría de hombres y en los que a una mujer le cuesta que piensen en ella para un puesto directivo», dice. «Hay que fomentar el “networking” entre mujeres y ayudarnos mucho más entre nosotras, porque los hombres lo hacen y les funciona», asevera. Si bien considera que fomentar el desarrollo profesiona­l de todos los empleados, ya sean hombres o mujeres, debería ser un objetivo de cualquier empresa. «Para llevarlo a cabo es fundamenta­l promover políticas de conciliaci­ón, formación y beneficios sociales, ya que la mujer asume normalment­e mayores responsabi­lidades familiares, pero lo realmente efectivo sería que esas medidas se apliquen por igual a toda la plantilla para que no acaben siendo una causa de discrimina­ción», explica.

Mientras, Aranda considera que la conciencia­ción y la sensibiliz­ación por parte de las empresas son importante­s, pero no suficiente­s. Para la directora, se necesita un cambio profundo, ya que las compañías no son otra cosa sino un reflejo de la sociedad. «Es hora de que todos los agentes políticos y sociales tomemos unas acciones concretas para permitir compatibil­izar y equilibrar las cargas fuera del trabajo», apunta. «No podemos olvidar que la razón por la que las empresas valoran a los directivos siempre disponible­s es porque nosotros, como sociedad, demandamos también que todo esté siempre disponible», añade.

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DREAMSTIME La diversidad pasa a ser un exigencia del negocio

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