La Razón (Madrid) - Tú Economía
El futuro del dinero pasa por las nuevas criptomonedas
El anuncio de entrada de Facebook en las criptodivisas es el pistoletazo de salida de una carrera en la que competirán las empresas tecnológicas, la banca y las compañías de servicios financieros tradicionales
El anunció de creación de Libra por parte de Facebook ha puesto en guardia a los servicios financieros tradicionales que, a partir de ahora, tendrán que competir con las empresas tecnológicas.
Tras comprarse tres camisas que pagó con su tarjeta de crédito, Juan abonó los 2,40 euros de dos cafés con monedas, en «cash», justo antes de transferir 40 libras desde su «smartphone». Podría ser éste el comienzo de un relato, pero también la descripción de una situación cotidiana futurista. Y es que, en unos años, es probable que veamos cómo conviven las divisas tradicionales con criptodivisas u otros medios de pago emitidos no sólo por bancos centrales, sino por grupos con capacidad de generar confianza y seguridad entre los ciudadanos.
En este escenario, las alarmas no han dejado de sonar desde que el mes pasado Facebook anunciara formalmente la creación de una nueva criptomoneda, Libra, que podría usarse tanto para transacciones entre particulares como para compras establecimientos, y que estaría integrada en WhatsApp y Messenger a partir del próximo año.
Gobiernos, reguladores y supervisores a nivel mundial agitan el miedo en aras de frenarla. Desde el Banco de España, se alertó sobre sus implicaciones potencialmente sistémicas, mientras que tanto la Reserva Federal como el presidente estadounidense, Donald Trump, coincidieron en lo pernicioso de esta moneda digital. Advertencias a las que recientemente se sumaron las del G7, que ha puesto bajo la lupa a las criptodivisas después de que alguno de sus miembros, como Francia, considerara que Libra incumple los requisitos para ser lanzada.
«EFECTO MARIPOSA»
Gabriela V. Orille, coCEO de MyInvestor, asegura que los reguladores han de velar por la estabilidad, pero que no se pueden poner diques al mar. Y es un hecho que la regulación suele ir por detrás de lo que demanda la sociedad. «Efectivamente, el movimiento de cualquier ‘‘bigtech’’, entre ellos Facebook, tiene poder desestabilizador porque su capacidad de influir entre millones de ciudadanos resulta ilimitado y exponencial. Es el ‘‘efecto mariposa’’. La regulación ha de encontrar el equilibrio entre preservar el funcionamiento del sector financiero y adaptarse a un entorno cambiante en el que la tecnología juega un rol clave a todos los niveles». Y añade que no sólo las «bigtech» están impulsando las criptomonedas y otros medios de pago alternativos, ya que algunos bancos centrales, como el de Suecia, ya han anunciado públicamente su intención de emitirlas.
Por su parte, el economista Félix Moreno ve lógico que los responsables de los bancos centrales perciban con preocupación «cualquier alternativa a su monopolio soen
bre la moneda». Y relata que, durante mucho tiempo, han mirado con recelo a Bitcoin, pero que se han dormido pensando que su uso estaba poco extendido. No obstante, agrega que Bitcoin ha llegado a los 100 millones de usuarios y que su crecimiento se está acelerando, por lo que grandes empresas como Facebook ven la necesidad de emularlo para no quedarse atrás en la carrera tecnológica.
No hay duda de que supervisores, bancos centrales y entidades de crédito tendrán que evaluar los posibles efectos de las criptodivisas. Como tampoco la hay de que el dinero físico, contante y sonante, eso de pagar a «tocateja», podría quedar prácticamente en peligro de extinción.
La coCEO de MyInvestor sostiene que los mercados que se basan en datos son más eficientes que los que lo hacen en precio, lo que sitúa al dinero en sí en un segundo plano. Y augura que en los próximos años podrían surgir nuevos competidores expertos en la gestión de datos.
En este marco, no todo el mundo tiene clara la viabilidad del proyecto de Facebook. Los detractores esgrimen que se trata de una moneda gestionada por una empresa sobre la que pesa la acusación de haber comercializado con los datos personales de millones y millones de personas, es decir, un lastre para su confianza. «Evidentemente esto pesará mucho a la hora de fiarse y usar la Libra», anuncia Ismael de la Cruz, analista de mercados financieros.
Pero respecto a esa posible eclosión de nuevos competidores, Gabriela V. Orille avisa de que uno de los riesgos de un hipotético «boom» de las criptodivisas es que los gobiernos pierdan el control del uso del dinero. «Las políticas expansivas o contractivas que utilizan los bancos centrales para estimular o enfriar la actividad económica perderían efecto si se reinventa el dinero convencional y los mecanismos de cambio», apostilla.
Asimismo, indica que lo realmente disruptivo en la operativa de las criptomonedas es su posible futuro papel dinamizador en la bancarización de mercados en vías de desarrollo. «Las monedas digitales se controlan a través de móviles y dispositivos digitales con gran penetración en países emergentes –África y Asia, especialmente, en los que la banca aún no ha llegado», remarca.
Finalmente, Moreno –quien cree que Bitcoin será uno de los pocos refugios en la próxima crisis financiera, durante la que veremos las «desastrosas» consecuencias de las políticas expansivas de esta última década– asevera que la entrada de Facebook es sólo el pistoletazo de salida de una carrera en la que van a competir las empresas tecnológicas, la banca y las compañías de servicios financieros tradicionales.
«Las políticas expansivas o contractivas de los bancos centrales perderían su efecto si se reinventa el dinero convencional»
«Supervisores, bancos centrales y entidades de crédito tendrán que revaluar los posibles efectos de las criptodivisas»