LIBERALIZAR EL AVE

PorPor fin llega la noticia de la liberalización del AVE. La alta velocidad ferroviaria aterrizó en España con algo de retraso, pero nos hemos situado a la cabeza tanto en número de kilómetros como en cantidad de destinos. No hay hoy ningún país de Europa, ni del mundo, con mejor «highspeed». Eso es así gracias a los gobiernos sucesivos de Aznar, Zapatero y Rajoy, que apostaron por convertirnos en un estado puntero en interconexión ferroviaria, cierto que a costa de aumentar cada vez más el déficit de las cuentas públicas.

Ningún problema porque nuestra nación, por encima de casi todo lo demás, es líder en turismo y debe tener infraestructuras de vanguardia para acoger a 82 millones de visitantes. Hay que invertir en modernidad. Lo exigen quienes vienen a Madrid y a Barcelona y a Sevilla, y también a Valencia, Alicante o Málaga, que son las cinco líneas a liberalizar. Aquí no sólo tenemos seguridad y buenas playas: también están las mejores carreteras, aeropuertos y red ferroviaria. Ése debe ser nuestro mensaje.

La Alta Velocidad Española, siendo estupenda como es, tiene que avanzar. Debe mejorar. Renfe es una gran empresa, nadie lo duda. Pero no puede ser la única compañía que la gestione.

Bienvenida sea la iniciativa de Adif de liberalizar el AVE, de manera que permita penetrar al emprendimiento privado en el sector, para que haya más trenes, más competitivos, con precios más bajos.

Y que tal cosa suponga la apertura hacia la libre competencia y un mejor servicio para españoles y visitantes.