La Razón (Madrid) - Tú Economía
Al ritmo actual no se conseguirá la igualdad hasta el año 2086
Al ritmo actual no se conseguirá la igualdad de remuneración hasta el año 2086, según advierte la OIT. La pandemia ha precarizado en mayor medida el trabajo de las mujeres
En todos los países existe discriminación laboral y salarial. Mientras que un 77% de las mujeres en el mundo afirma que quiere trabajar, solo un 50% de ellas son población activa frente a un 72% de los hombres, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por otro lado, se estima que la brecha salarial está en el 23%. Una brecha que si bien va cerrándose lentamente, al ritmo actual no será hasta el año 2086 cuando hayamos logrado la igualdad de remuneración en el mundo, según advierte la organización.
Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, así como promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos, así como la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor, son dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (el 5 y el 8), establecidos por la ONU en su agenda 2030 y en el que los países trabajan a diferente ritmo. Pero la pandemia de la COVID-19 se ha cruzado en nuestro camino y si bien reducir la brecha salarial era un imperativo, ahora este objetivo ha ganado en urgencia.
Remover conciencias
El pasado 22 de febrero se celebró el Día Europeo de la Igualdad Salarial, una fecha elegida por la Comisión Europea para concienciar sobre la existencia de esta discriminación y para instar a los Estados miembros a que adopten la medidas eficaces para erradicarla. Pero la COVID-19 no ha hecho más que ensancharla. La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) estima que la brecha salarial ha retrocedido a niveles de 2013 como consecuencia de la precariedad laboral originada por la pandemia. Según estas mismas fuentes, la brecha en la contratación temporal se ha multiplicado por seis en el último año y la brecha de contratos parciales por cuidado familiar ha aumentado un 27%: por cada hombre en esta situación hay 16 mujeres, mientras que por cada cinco hombres en paro hay mujeres. Por otro lado, la OIT advertía en su Informe Mundial de los Salarios 2020-2021 que en España los de las mujeres se han visto reducidos un 14,9%, frente al 11,3% de los hombres durante la segunda mitad del pasado año, teniendo en cuenta la pérdida de empleo y el descenso en el número de horas trabajadas a causa de la pandemia.
Teletrabajo
Es por tanto indiscutible que la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto, más aún si cabe, las desigualdades existentes entre mujeres y hombres. Una desigualdad que también puede apreciarse en el incremento experimentado por la modalidad del teletrabajo, a la que se han acogido en mayor medida las mujeres. Según datos de la Administración General del Estado facilitados al sindicato de funcionarios CSIF, en enero de 2021 había 22.879 mujeres acogidas a este tipo de trabajo a distancia, frente a 16.650 hombres (por cada cinco hombres hay siete mujeres teletrabajando). Del total de personas teletrabajando el pasdo mes, 4.634 mujeres lo hacen para el cuidado de menores y mayores, frente a 2.735 hombres, es decir, casi el doble. «La primera desigualdad está en los trabajos no remunerados, el 66% de las tareas del hogar las realizan las mujeres», advierte Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT para España.
Esto también es pertinente para avanzar hacia la consecución del ODS 5 («Igualdad de géocho nero») de la Agenda 2030 en particular la meta 5.4, que insta a que se reconozcan, redistribuyan y reduzcan los trabajos de cuidados no remunerados que realizan las mujeres.
Las desiguladad de género también se aprecia en que las mujeres siguen siendo mayoritarias en sectores laborales peor retribuidos y están infrarrepresentadas en los puestos de responsabilidad. Aunque en muchos países están vigentes desde hace mucho tiempo disposiciones legales en materia de igualdad de remuneración por trabajo de igual valor, es evidente que sigue siendo necesario adoptar otras medidas para reducir más rápidamente la brecha salarial de género, como las destinadas a poner fin a la segregación por sexos en los distintos empleos y sectores. Aquí entra en juego la importancia de fomentar entre las niñas el estudio de las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), profesiones donde se goza de mejores salarios, como señala Joaquín Nieto. Es particularmente apremiante facilitar dicha capacitación, dado que se suele desplazar a las mujeres de los sectores industriales de alta productividad a sectores de baja productividad.
Otras políticas pertinentes para reducir la brecha de género, apunta la OIT, son las medidas denominadas voluntarias, como las etiquetas de igualdad concedidas a las empresas que tienen paridad de género en la remuneración, los planes de acción basados en las empresas y la pertenencia a la Coalición Internacional para la Igualdad Salarial promovida por organizaciones como la OIT, ONU Mujeres y la OCDE.
En esta línea de actuación, el próximo 14 de abril entrará en vigor el Real Decreto 902/2020, de 13 de octubre, que establece la igualdad retributiva entre mujeres y hombres. Según la Red Española del Pacto Mundial, de Naciones Unidas, de la que forman parte 661 entidades, el 69% indica tener acciones en materia de equidad salarial como medida para avanzar en igualdad sin apreciar distinción entre grandes y pequeñas organizaciones.
Si se analiza la información aportada por las empresas del Ibex 35 en sus memorias, el 40% incluye información de calidad sobre las ratios del salario base y de la remuneración de mujeres frente a hombres para cada categoría. Aunque hay que reseñar que el porcentaje ha disminuido ligeramente con respecto al año anterior, que era del 43%.