La Razón (Madrid) - Tú Economía
Cambios de marca, dos vinos con el mismo nombre y distinta alma
Si hay un tema espinoso en la guerra judicial que ha enfrentando a los Fernández Rivera es el referido a las marcas bajo las que se comercializan los vinos. Tal y como relatan fuentes próximas al bodeguero, fue Alejandro Fernández el que inscribió una veintena de marcas, entre las que se encuentran las más conocidas del grupo, enlaOficinadePatentesyMarcas, mientras que cedió la licencia a la bodega para su explotación. Con posterioridad, sus hijas mayores incorporaron estos sellos al Registro Europeo de Patentes. «Él se ocupaba solo del vino, por lo que era ajeno a la gestión. Estas segundas inscripciones se hicieron a sus espaldas, por lo que no pudo presentarlascorrespondientesalegaciones que hubieran paralizado el proceso», señalan estas fuentes.
Cuando fue excluido del organigrama empresarial, Alejandro Fernándezpresentóunademanda en la que solicitaba la revocación de las licencias a la bodega. Por este motivo, la titularidad de las marcas de Pesquera es un proceso que se encuentra judicializado, y que incluso ha cruzado el Atlántico. Y es que las nuevas gestoras abrieron en plena pandemia en California un pleito para que el veteranobodeguerodejaradevender vino bajo la marca Tinto Pesquera en EE UU. El tribunal americano se declaró incompetente a la hora de resolver quién era el titular, y remitió a las partes a la Justicia española.
Pese al fallecimiento del patriarca, el proceso continúa. La vista por la inscripción de marcas comunitarias está señalada para septiembre y no se ha suspendido. A la espera que los jueces dictaminen, se da la paradoja de que se comercializan dos vinos bajo el nombre de Pesquera, ambos con D. O. de Ribera del Duero, aunque con distinta alma. Eva no podría, en el momento actual, acreditar ningún interés legítimo en relación a las marcas tituladas a nombre de padre, hasta que no ostente algún título que le adjudique dichos derechos marcarios.
Desde Bodegas Familia Fernández Rivera, aseguran que todo se ha realizado conforme a la Ley, y que la Justicia ya les ha dado la razón, archivando varias demandas, como la de la presunta falsificación de un contrato de arrendamiento de los viñedos. «Lo único que quieren estas mujeres es trabajar, lo que han hecho toda la vida, y que las dejen tranquilas».