Sin perdón

LosLos Presupuestos nacen prorrogados. No sabemos si alentarán la recuperación ni cómo influirán los Fondos Europeos. Sí sabemos que las cuentas del 2022 llegan con la intención de, si hace falta, prorrogarse hasta las elecciones.

Estos presupuestos liberan a Sánchez de la oposición y le apresan en una alianza con Esquerra Republicana de Cataluña y Bildu, el nuevo binomio hegemónico en el universo nacionalista.

Sánchez ha pagado al PNV su apoyo para desalojar a Rajoy con la irrelevancia. Desde la moción de censura, Pedro Sánchez ha cimentado su permanencia en la incorporación de los independentistas al bloque de izquierdas.

Comenzó con la ERC de Oriol Junqueras y su posterior indulto. ERC se ha convertido en un socio coyuntural, pero socio, que ha servido para relegar a los neoconvergentes e ir difuminando poco a poco la figura de Puigdemont en el brumoso retiro de Waterloo.

Bildu ha visto el camino y quiere iniciar la misma senda en el País Vasco. Para arrancar concesiones al Gobierno central ya no es necesario pasar exclusivamente por la formación de Ortuzar. Incluso, Arnaldo Otegi se permite defender el voto a los presupuestos para sacar en el futuro a 200 presos etarras de la cárcel y nadie del Gobierno le confronta tajantemente.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, afirma que todo se negocia con transparencia. Que no hay nada bajo la mesa. Argumenta que las formaciones del parlamento han sido legitimadas por los ciudadanos y la ley de partidos y que, por lo tanto, no hay que pedir perdón ni disculpas permanentemente cuando se buscan objetivos superiores como la aprobación de unas cuentas para España.