La Razón (Madrid) - Tú Economía
La UE se replantea el futuro de las nucleares en su territorio
► Holanda y Bélgica reconsideran su estrategia, mientras que Francia anuncia nuevas inversiones
El pasado 2 de febrero, el Ejecutivo comunitario propuso considerar, tanto las centrales de gas como las nucleares, energías verdes, indispensables para asegurar el suministro hasta conseguir el despliegue total de las fuentes de energía renovables. Una decisión controvertida, ante la que los Estados europeos se encuentran divididos. Aunque el veredicto de la Comisión Europea no obliga a ningún Estado a construir este tipo de infraestructuras y las cataloga como tecnologías de transición, sí que anima a los inversores a canalizar recursos en estas dos fuentes de energía. La propuesta realizada por el Ejecutivo comunitario puede ser tumbada si se consigue una mayoría de veinte Estados que representen el 65% de la población europea o aglutinar a 353 eurodiputados, lo que ahora mismo parece bastante difícil. Actualmente, el porcentaje de la energía nuclear supone el 25% de la generación eléctrica de la UE.
Según los últimos datos de 2020, hay 14 Estados que no tienen ninguna central nuclear: Dinamarca, Estonia, Irlanda, Grecia, Croacia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Austria, Polonia y Portugal. Este panorama puede cambiar porque, si bien hay países como Alemania que se sumarán a este lista este año, otros que habían decretado el apagón nuclear en los próximos años han comenzado a dudar.
FRANCIA: Es el país más dependiente de las energías nucleares, lo que se ha convertido casi en un símbolo nacional ya que representa representa el 67% de toda la energía eléctrica generada en el país. Una cifra que incluso podría aumentar ya que el Elíseo ha anunciado la construcción de nuevos reactores de pequeño tamaño más rápidos y pequeños de fabricar.
ALEMANIA: El nuevo gobierno de Olaf Sholz mantiene el propósito de su predecesora de que, en 2022, se cierren todas las centrales nucleares del país, tres actualmente. Según datos de 2020, las nucleares suponían el 11% de toda la generación eléctrica. En 2011, Angela Merkel decretó el apagón progresivo de todas las plantas tras el accidente de Fukushima en Japón. En el otro lado de la balanza, el país recibe más del 50% de su gas de Rusia y es uno de las campeones dentro del club europeo en la quema de carbón, junto a Polonia. En los primeros seis meses de 2021, la energía eléctrica producida a partir del carbón supuso el 27,1% según Destatis, la oficina estadística alemana. PAÍSES BAJOS: Tan solo dispone de un reactor, cuya vida útil fue ampliada hasta 2034 y se esperaba que tras esta fecha, el país abandonara definitivamente la energía nuclear. Pero la nueva coalición liderada por Mark Rutte, ha anunciado la construcción de dos nuevos reactores que deberán estar en funcionamiento en 2030.
BÉLGICA: A finales de 2021, la coalición de gobierno anunció un pacto «in extremis» para mantener el cierre de todas sus centrales nucleares para el año 2025 (tal y como estaba inicialmente previsto desde hace décadas), pero reservándose el derecho a un «freno de emergencia» en caso de que no sea posible asegurar el suministro energético. Los planes iniciales eran sustituir los reactores atómicos por nuevas centrales de gas, pero el desorbitado incremento del precio de esta fuente de energía y los fuertes desacuerdos territoriales sobre dónde instalar estas centrales siguen dividiendo al gobierno federal.
ITALIA: El país transalpino era uno de los más abiertamente anti-nucleares de la UE. Pero la fuerte dependencia del país respecto al gas ha reabierto un debate que hace años era tabú. Ha sido el ministro de Transición Ecológica, Roberto Cingolani, el que ha relanzado la discusión sobre el retorno de la energía atómica.