La Razón (Madrid) - Tú Economía
Inflación legislativa
EsEs más fácil hacer leyes que gobernar, apuntaba Leon Tolstoi. En España somos maestros en la producción legislativa. En 2021 alcanzamos la mayor generación de leyes de la última década. Se nos da de vicio. Aquí no tenemos problemas de productividad, aunque se distorsiona la vida social y económica. En el pasado año, los Boletines Oficiales estatales y autonómicos escupieron 1.088.249 páginas. Solo es comparable, según la CEOE, con la primera década de la democracia. Entonces había que desmantelar el andamiaje de la dictadura y construir el nuevo edificio constitucional. En el pasado ejercicio se aprobaron 851 normas estatales que consumieron 241.803 páginas oficiales. Es poco comparado con la verborrea legislativa de las CCAA, que ocuparon 846.446 páginas de las publicaciones autonómicas. Es un 24% más que el año precedente. Más allá de la locuacidad reglamentaria está la fórmula elegida para hacerlo.
El poder prefiere el Decreto Ley. Prácticamente la mitad de las normas con rango de ley se han aprobado por Decreto Ley. Este es la culminación del poder ejecutivo. Es rápido, certero, casi absoluto. Se gobierna por Decreto cuando se teme al Parlamento. Se hurta la posibilidad de debate, se regatea ponderación y reflexión. Se desprecia la discrepancia. Las Cortes quedan orilladas y limitadas al sí o al no, conmigo o contra mí. Se impide la transacción, el pacto. Gobernar queda reducido a una simple expresión de voluntades y mantenimiento del poder por eso, quizá, en la convalidación del Decreto Ley para mitigar los efectos de la Guerra de Ucrania, la Moncloa prefirió a Bildu que al PP. Bildu no tiene posibilidades de llegar a La Moncloa, Feijoo sí.