Pereza legislativa

LaLa ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, anunció ya en el años 2018 que, «en breve», presentaría en el Congreso una nueva Ley de Industria en respuesta a los desafíos del siglo XXI.

Ahora, después de más de tres años de verdadera pereza legislativa, con la consulta pública previa, finaliza uno de los primeros pasos en la tramitación de los proyectos de ley, previo a cerrar el texto propuesto.

La actual normativa industrial tiene treinta años, durante los cuales se han producido cambios tecnológicos disruptivos que abren una era distinta; la nueva estrategia industrial europea y su actualización incorpora las lecciones de la crisis; junto a los nuevos ámbitos de actuación pública en la transición energética, la economía circular o la defensa de los derechos del consumidor. Todos con gran incidencia en el sector secundario. Además, también es un compromiso ineludible para nuestro país dentro del Componente 12 del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.

Una nueva Ley de Industria es necesaria para lograr que la actividad industrial y productiva aporte el 20% del Producto Interior Bruto (PIB) nacional, como recoge el Pacto de Estado por la Industria, presentado a los Grupos Parlamentarios de la Comisión correspondiente el reciente marzo, tras ser avalado por el Comité Ejecutivo del Foro de Alto Nivel de la Industria.

Pacto que impulsaba el último Gobierno de Rajoy, listo para firmar el lunes anterior a la moción de censura. Pero, el Gobierno actual estaba en otras cosas. Ahora despiertan para impulsar la fabricación de microprocesadores.